Mi tía y madrina, la hermana mediana de mi madre, se vino a vivir con nosotros nada más fallecer mi padre.
Como vivíamos muy cerca del Parque El Retiro en Madrid, casi todas las tardes nos llevaba allí, bien a jugar en los columpios o a visitar la antigua Casa de Fieras que era el zoo de entonces.
Hoy los animales están en el Zoo de La Casa de Campo, no es el lugar perfecto pero bastante mejor acondicionado que el recinto de El Retiro, y digo que no es perfecto porque creo que donde mejor están es en su hábitat natural, pero eso es otra historia.
Como iba diciendo, la Casa de Fieras era una cita habitual para nosotros, nos encantaba ver a los graciosos y escandalosos monos, los fieros leones, las jirafas de cuello estirado, ...
Mi hermano tenia entonces cuatro años y yo cinco. Aquella tarde nos vistieron de punta en blanco para la visita a nuestros amigos los animales. No recuerdo que llevaba yo pero la imagen de mi hermano la tengo grabada, un conjunto en color crudo de aquellos que tenían los pantalones cortísimos e iban abotonados a la camisa.
Tras el paseo mi tía decidió que era la hora de merendar y nos sentamos en un banco frente a los gorilas dispuestos a comernos los bocadillos que había preparado.
Y en esas estábamos cuando me di cuenta que uno de los gorilas nos miraba fijamente. De repente le entró el apretón, evacuó, hizo sus necesidades... ¡QUE SE CAGÓ VAMOS! puso la mano, y cuando acabó apuntó, disparó, y ... ¡directo a mi hermanito!
Allí estaba el pobre, lleno de mierda (perdón pero es la verdad) de la cabeza a los pies, llorando a todo llorar ¡y con un olor ...!
Mi tía, que es bastante asquerosíta para estas cosas, no se le ocurrió otra cosa mejor que llevarnos a casa ¡sin intentar limpiar ni un poquito al pobre niño! y así fuimos pooor todo El Retiro, y las sucesivas calles paseando la mierda y el olor hasta que, por fin, llegamos a casa y mi madre nos abrió la puerta. Cogió a su niño y lo metió directamente a la bañera mientras ... ¡se partía de risa!
Imaginad la escena, mi hermano llorando, mi madre sin parar de reír, mi tía acordándose de todo el árbol genealógico del gorila y haciendo todo tipo de aspavientos, y yo tan alucinada que ¡no sabia si llorar o reír!
Hoy cada vez que nos da por contar historias de aquellos años y recordamos esta lloramos todos de risa, ¡pero a carcajada limpia! claro que no es para menos, porque lo reconozco, fue de tebeo, pero a mi hermano no le hace ninguna gracia ¡pobre!
Si queréis seguir riendo, no os perdáis el último post de Azul ¡Espectacular! (sólo tenéis que pinchar aquí)
Como vivíamos muy cerca del Parque El Retiro en Madrid, casi todas las tardes nos llevaba allí, bien a jugar en los columpios o a visitar la antigua Casa de Fieras que era el zoo de entonces.
Hoy los animales están en el Zoo de La Casa de Campo, no es el lugar perfecto pero bastante mejor acondicionado que el recinto de El Retiro, y digo que no es perfecto porque creo que donde mejor están es en su hábitat natural, pero eso es otra historia.
Como iba diciendo, la Casa de Fieras era una cita habitual para nosotros, nos encantaba ver a los graciosos y escandalosos monos, los fieros leones, las jirafas de cuello estirado, ...
Mi hermano tenia entonces cuatro años y yo cinco. Aquella tarde nos vistieron de punta en blanco para la visita a nuestros amigos los animales. No recuerdo que llevaba yo pero la imagen de mi hermano la tengo grabada, un conjunto en color crudo de aquellos que tenían los pantalones cortísimos e iban abotonados a la camisa.
Tras el paseo mi tía decidió que era la hora de merendar y nos sentamos en un banco frente a los gorilas dispuestos a comernos los bocadillos que había preparado.
Y en esas estábamos cuando me di cuenta que uno de los gorilas nos miraba fijamente. De repente le entró el apretón, evacuó, hizo sus necesidades... ¡QUE SE CAGÓ VAMOS! puso la mano, y cuando acabó apuntó, disparó, y ... ¡directo a mi hermanito!
Allí estaba el pobre, lleno de mierda (perdón pero es la verdad) de la cabeza a los pies, llorando a todo llorar ¡y con un olor ...!
Mi tía, que es bastante asquerosíta para estas cosas, no se le ocurrió otra cosa mejor que llevarnos a casa ¡sin intentar limpiar ni un poquito al pobre niño! y así fuimos pooor todo El Retiro, y las sucesivas calles paseando la mierda y el olor hasta que, por fin, llegamos a casa y mi madre nos abrió la puerta. Cogió a su niño y lo metió directamente a la bañera mientras ... ¡se partía de risa!
Imaginad la escena, mi hermano llorando, mi madre sin parar de reír, mi tía acordándose de todo el árbol genealógico del gorila y haciendo todo tipo de aspavientos, y yo tan alucinada que ¡no sabia si llorar o reír!
Hoy cada vez que nos da por contar historias de aquellos años y recordamos esta lloramos todos de risa, ¡pero a carcajada limpia! claro que no es para menos, porque lo reconozco, fue de tebeo, pero a mi hermano no le hace ninguna gracia ¡pobre!
Si queréis seguir riendo, no os perdáis el último post de Azul ¡Espectacular! (sólo tenéis que pinchar aquí)
Muy gracioso, mucho, el mono sabía bien donde apuntaba.
ResponderEliminarAbrazo
Y a mí, me mataste de la risa.
ResponderEliminarLa mejor forma de empezar cualquier día. Y si es domingo... mejor!
¡qué anécdota más divertida! Normal que os riáis cuando la recordáis.
ResponderEliminarYo recuerdo una vez que fuimos al zoo y una llama le escupió a mi hermano pequeño en toda la cara. Todavía hoy mi hermano odia a esos bichos... y de eso ha pasado más de 30 años.
Por cierto, me ha encantados que hayas puesto la sintonía de los Chipiritifláuiticos. ¡Adoraba esa serie! Que buenos recuerdos me ha traído escucharla.
Besos.
Jajjajaj... Seguro que algo le habría hecho tu hermano al pobre mono, y se la guardó, jajajaja... Que estampa...
ResponderEliminarBesos, LaMar. El video de los chiripitiflauticos es impagable. Gracias.
Pide perdón de antemano a tu hermano de mi parte, pero no he podido evitar reirme imaginandome ese segundo en el cual recibe el regalo jajajja pobre...no me extraña que llorara...injusto animalucho que encima que van a visitarlo hace eso....
ResponderEliminarjajaja lo siento, sigo imaginandomelo
Un beso
Me estoy riendo mientras leo tus palabras porque esto lo he vivido yo también, aunque no en mis "propias carnes" afortunadamente.
ResponderEliminarTal vez sea algo propio de la especie je je porque en el zoológico de Jerez, el gorila, actuaba igual, cuando soltaba su esencia, la tomaba con su mano y la lanzaba contra la reja y contra los despistados observadores...
¿será alguna manera de defenderse? habrá que investigar al respecto.
Abrazotes y buen domingo
Ay mi niña!, me he reido...eso es como tu dices pasear la mierda, jejeje, lo que no se es como no se le ocurrió a tu tía comprar lotería, lo mismo os hubiera tocado. La verdad es que no me hubiera gustado estar en el lugar de tu hermano. Un besote. Uru.
ResponderEliminarHola José Jaime. Si, sin duda, ¡tenia una puntería perfecta el canalla!
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Cassiopeia. Pues eso no pasa a nosotros cuando lo recordamos ¡nos morimos de risa! todos menos mi hermano claro.
Un abrazo enorme
Hola Jengibre. Para mi que se vengan por estar encerrados ¿no? Los Chipiritifláuticos forman parte de mi infancia ¡eran geniales!
Un abrazo enorme
Hola Onminayas. Hoy hubiera sido un video de esos que triunfan en Youtube jejejeje. El video lo busque adrede porque ilustra mi infancia feliz.
Un abrazo enorme
Hola Azul. Anoche me acosté riéndome gracias a ti y hoy tu te ríes conmigo ¿no es genial?
Un abrazo enorme
Hola Canoso. Como le dije a Jengibre ¿no se querrán vengar por estar encerrados? Yo apostaría a que si.
Un abrazo enorme
Hola Uru. ¡Bastante tenia ya con llegar a casa lo antes posible! De todas maneras se lo preguntaré, por que no hubiera estado mal que nos hubiera tocado algo además del "regalito". Me alegra verte reír.
Un abrazo enorme
Yo soy y vivo en Salamanca, pero cuando mis abuelos vivían en Madrid recuerdo perfectamente las visitas al Retiro a ver los animales. En aquella época alucinabas.
ResponderEliminarlaMar...
ResponderEliminarPaso a agradecerte la gentileza que has tenido con votar en mi blog. Te estoy muy agradecido. No aparece tu gadget de seguidores para agregarme, lo intentaré más tarde. La canción de los chiripitiflauticos que has puesto en este post es genial¡
Un fuerte abrazo.
Hola Magco. Si, era increíble poder verlos tan de cerca. Bienvenido y gracias por tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Felix. Bienvenido. No tienes por que darme las gracias, lo he hecho de corazón y convencida de que te lo mereces. Me alegro que te haya gustado la canción.
Un abrazo enorme
Dejando aparte la penita que me da el niño de entonces, me he reído mucho, Lamar. Esas anécdotas no se olvidan. Abrazos
ResponderEliminar¡Pero que barbaridad! No he podido parar de reírme (lo siento por tu hermano), se me debe de haber pegado el espíritu de vuestra madre...
ResponderEliminar¡Pero que cabrón (perdón por la expresión) y que mala intención llevaba ese gorila!
Ahora cuando vaya al zoo y vea defecar a algún animal, juro estar alerta en todo momento jajaja. Tu anécdota ha sido un buen recordatorio, un gran panel de advertencia de neón :-)
Bueno, cuídate. ¡Abrazos!
Hola Ligia. No, no se olvidan y ambientan las reuniones familiares, jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Hola Diego. Bienvenido y gracias por tus palabras. Buena reflexión, si señor, jejeje.
Un abrazo enorme
jajajaja laMar la verdad que estuvo buenisima la anecdota aunque a tu hermano no le guste,cariños amiga y a esperar más.
ResponderEliminarHola Fiaris. La verdad es que no es des su mejores recuerdos, jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Qué horror!! pero qué mala suerte la de tu hermano, pero la verdad es que hay personas que nacern como predispuestas para estas cosas. A mí por ejemplo cuando era adolescente usaba moto porque siempre he sido bastante loco, y aunque no me creas tenía una suerte para quie me caguen TODO tipo de aves. ¡qué barbaridad! Una vez iba por el circuito de playas ¡en moto! ¡a velocidad! y una gaviota me ha cagado, pero parece que no había cagado en un mes, porque me ha embarrado pero casi medio cuerpo y con el aire ya te imaginas llegué apestando y pegostreado Agggggg!!!! Un abrazo.
ResponderEliminarHola El Drac. Jijijiji, perdona. La verdad el que las gaviotas y las palomas son de armas tomar, a veces he pensado que tendría que llevar paraguas.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola LaMar, menuda historia, la verdad es que es de risa siempre que no le pase a uno : ) , por cierto, me has traído recuerdos nostálgicos del tío Aquiles y el capitán Tan, ¡uff!, que tiempos aquellos, cuando solo se pensaba en divertirse y jugar. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Psigetdo. A mi me gustaba Locomotoro, era conocido de mi padre y tuve la oportunidad de conocerle .... a él y a su amigüito invisible ;)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Interesante tu blog!
ResponderEliminarte dejo un fuerte abrazo!
Hola Allek. Bienvenido y gracias por tus palabras.
ResponderEliminarun abrazo enorme
Vaya pena que tendría tu hermanito que con toda ilusion fue al zoo para pasar un rato distraido, y como los animales no tienen conocimiento le jugaron una mala pasada, no hay que hacer caso.
ResponderEliminargracias por compartir la anecdota
que tengas una feliz semana
un beso.
Hola RMC. El pobre lloraba con razón ¡no me hubiera gustado estar en su lugar! jejeje
ResponderEliminarUn abrazo enrome
Ay pobre, mira que tuvo mala baba el dichoso mico y la tia.¡Ya la vale! Casi no se de quien fue peor la reaccion si del animal por antojarse de hacer precisamente en esos momentos aquello o de tu tia por pasear a t u pobre hermano con aquel aoroma natuiral, jajajaj,Lo siento pero no he podido para de reirme. Un besote grande.
ResponderEliminarHola Ely. Bienvenida y gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Marian. Pues entre el gorila y mi tía, mi tía y el gorila, el caso es que entre los dos la liaron, jejeje.
Un abrazo enorme
¡Pobrecito tu hermano! pero sinceramente imagino el cuadro y el viaje a casa y no sé si reír o llorar...
ResponderEliminarNo se lo digas a nadie pero a mi me dejó ese hermoso regalo una paloma y el viaje a casa fue de las peores experiencias que he vivido, toda la gente mirando el pastel que por más que limpié me chorreaba por el pelo y el abrigo.
De más está decir que odiooooooo las palomas.
Muchos besos.
Hola Alondra. Ríete pero a gusto, tranquila ¡no es para menos! Y lo de las palomas, creo que somos muchos a los que no nos caen demasiado bien, jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Alejandro. Tu comentario a desaparecido ¡pero lo pude leer! menos mal. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo enorme