En Junio de 1968 se casaba la hermana mediana de mi madre, mi tía y madrina que había vivido con nosotros durante unos meses, y lo hacia con el que ha sido y es mi segundo padre.
La boda transcurrió como tiene que ser, bien, con mi hermano y yo vestidos para la ocasión y encargados de llevar las arras y los anillos, él todo de blanco con pantalones cortos, yo con vestido cortísimo (enseñando las bragas) y gorro tipo capota tan de moda entonces.
Tras la ceremonia y la posterior celebración iniciaron la luna de miel camino de Asturias que era su destino para disfrutar de aquellos días.
El recién estrenado esposo, aunque había nacido en Madrid, se consideraba y sentía asturiano, de hecho, a día de hoy mantiene ese acento tan peculiar de la tierra y con el que hablaban sus padres y demás familia.
El alojamiento elegido no podía ser otro que un antiguo caserón familiar.
Y llegó la noche.
De repente en plena madrugada, él se levanta y agarra a su mujer al grito de:
- Vamonos que aquí no nos quieren.
Ella, sin comprender nada, sólo acertó a preguntar
- ¿Qué dices? ¿Pero adonde vamos a ir a estas horas?
Pero era tal la fuerza y el convencimiento de él, que salieron corriendo del caserón en plena noche y totalmente desnudos.
Tras un rato corriendo a través de aquellos valles como si fueran Adán y Eva, ella completamente aterrada seguía gritandole e intentando que entrara en razón ... hasta que por fin ¡le despertó!
Si, mi tío es sonámbulo, un pequeño detalle que se le olvidó comentar a la que ya era su mujer, pero a partir de aquel momento ella no lo olvidó nunca y empezó su pequeña venganza.
Él era un alto ejecutivo (ya se ha jubilado), lo que le obligaba a realizar viajes de varios días con cierta frecuencia, aquí era donde ella fraguaba su desquite.
Se dedicaba a cambiar todos los muebles de sitio con la excusa de aprovechar el espacio y darle un aire nuevo a la decoración, y lo hacía ella solita, sin ayuda para mover los muebles ni nada, a lo bruto. Cuando él llegaba a casa, se encontraba con los cambios y le gustaban, hasta que llegaba la noche y se levantaba sonámbulo, se despertaba a base de los golpes que se daba con los muebles que no estaban en su sitio habitual.
- ¡Me cago en ...!
Ella medio dormida
- ¡Que pasa! ¿Te has hecho algo?
- No, no.
Y ella se daba la media vuelta para ocultar la media sonrisilla.
La venganza continuó e incluso, una noche, él apareció durmiendo en el suelo y con la cabeza metida dentro de la mesilla de noche
Claro, que las venganzas te pueden explotar de repente en la cara, y así ocurrió, tres de sus cuatro hijas también son ¡sonámbulas!
Las cuatro dormían juntas en la misma habitación, las dos mayores en una litera y las dos pequeñas en otra, y esto es lo que ocurría una noche cualquiera:
- Una se sienta en la cama y empieza a contar en voz alta, uno, dos, tres, ....
- Otra se levanta a comprobar que la puerta de entrada a la casa esta cerrada, y lo hace varias veces.
- Otra se levanta y discute con quien sea en voz alta en un dialogo perfectamente entendible.
- La que no es sonámbula duerme tanto y tan bien que se cae de la cama y no se entera ¡y sigue durmiendo plácidamente en el suelo!
Las cuatro viven ya fuera de casa con sus respectivas parejas ¿les habrán contado su secreto?
Tengo que preguntárselo.
La boda transcurrió como tiene que ser, bien, con mi hermano y yo vestidos para la ocasión y encargados de llevar las arras y los anillos, él todo de blanco con pantalones cortos, yo con vestido cortísimo (enseñando las bragas) y gorro tipo capota tan de moda entonces.
Tras la ceremonia y la posterior celebración iniciaron la luna de miel camino de Asturias que era su destino para disfrutar de aquellos días.
El recién estrenado esposo, aunque había nacido en Madrid, se consideraba y sentía asturiano, de hecho, a día de hoy mantiene ese acento tan peculiar de la tierra y con el que hablaban sus padres y demás familia.
El alojamiento elegido no podía ser otro que un antiguo caserón familiar.
Y llegó la noche.
De repente en plena madrugada, él se levanta y agarra a su mujer al grito de:
- Vamonos que aquí no nos quieren.
Ella, sin comprender nada, sólo acertó a preguntar
- ¿Qué dices? ¿Pero adonde vamos a ir a estas horas?
Pero era tal la fuerza y el convencimiento de él, que salieron corriendo del caserón en plena noche y totalmente desnudos.
Tras un rato corriendo a través de aquellos valles como si fueran Adán y Eva, ella completamente aterrada seguía gritandole e intentando que entrara en razón ... hasta que por fin ¡le despertó!
Si, mi tío es sonámbulo, un pequeño detalle que se le olvidó comentar a la que ya era su mujer, pero a partir de aquel momento ella no lo olvidó nunca y empezó su pequeña venganza.
Él era un alto ejecutivo (ya se ha jubilado), lo que le obligaba a realizar viajes de varios días con cierta frecuencia, aquí era donde ella fraguaba su desquite.
Se dedicaba a cambiar todos los muebles de sitio con la excusa de aprovechar el espacio y darle un aire nuevo a la decoración, y lo hacía ella solita, sin ayuda para mover los muebles ni nada, a lo bruto. Cuando él llegaba a casa, se encontraba con los cambios y le gustaban, hasta que llegaba la noche y se levantaba sonámbulo, se despertaba a base de los golpes que se daba con los muebles que no estaban en su sitio habitual.
- ¡Me cago en ...!
Ella medio dormida
- ¡Que pasa! ¿Te has hecho algo?
- No, no.
Y ella se daba la media vuelta para ocultar la media sonrisilla.
La venganza continuó e incluso, una noche, él apareció durmiendo en el suelo y con la cabeza metida dentro de la mesilla de noche
Claro, que las venganzas te pueden explotar de repente en la cara, y así ocurrió, tres de sus cuatro hijas también son ¡sonámbulas!
Las cuatro dormían juntas en la misma habitación, las dos mayores en una litera y las dos pequeñas en otra, y esto es lo que ocurría una noche cualquiera:
- Una se sienta en la cama y empieza a contar en voz alta, uno, dos, tres, ....
- Otra se levanta a comprobar que la puerta de entrada a la casa esta cerrada, y lo hace varias veces.
- Otra se levanta y discute con quien sea en voz alta en un dialogo perfectamente entendible.
- La que no es sonámbula duerme tanto y tan bien que se cae de la cama y no se entera ¡y sigue durmiendo plácidamente en el suelo!
Las cuatro viven ya fuera de casa con sus respectivas parejas ¿les habrán contado su secreto?
Tengo que preguntárselo.
jajajaja...por un momento me imaginé miles de cosas hasta llegar al párrafo del sonambulismo. Muy sutil la estrategia de tu tía, sí señor!. Una vez mi madre me contó que cerca de donde vivía de pequeña,había un tanque profundo lleno de agua. Una noche, encontraron a una vecina caminando por el borde del tanque con toda la tranquilidad del mundo. Se asustaron mucho pensando que la chica estaba pensando en suicidarse, así que alguien trató de subir para agarrarla fuertemente y bajarla de allí evitando una posible tragedia. Pero de repente, un familiar de la chica, comentó que no hiciera absolutamente nada porque sencillamente era sonámbula. Al cabo de un rato, ésta se bajó tan tranquila del muro, dejando atrás el peligro y regresó por sí misma a la cama.
ResponderEliminarMenudas historias!!!!
Besos LaMar.
Por cierto...espero que te sientas muchoooooooooooooooo mejor.
jajaja ¡que anecdota amiga!un abrazo,te confieso que el titúlo me asustó.besos
ResponderEliminarHola niña...
ResponderEliminarAl parecer también has cambiado el color de las paredes, ahora me imagino en el mar, como tu nombre.. muy bonito..
No conozco a nadie que sea sonámbulo, tiene que ser divertido, bueno un ratito, pues tu tía se paso con su venganza, pobrecillo.. jjeje...
Un besote y bella semana
Qué graciosa tu tía Lamar!!! pero creo que la idea de cambiar los muebles además de venganza, era la única forma de que tu tío se despertara.
ResponderEliminarLo que no sabía era que el sonambulismo se hereda??.
Un besote Lamar y Felices Pascuas.
Hola Magdalena. Parece ser que los sonámbulos tienen un sexto sentido ¡eso dicen! jejeje. Estoy mejor, mientras recordaba esta historia y la escribía me he estado riendo un rato y eso es bueno ¿no? Gracias mi niña.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Fiaris. Pues imagínate el susto de mi tía corriendo desnuda por ahí ¡la frasecita se las trae! jejeje
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Balo. ¡Siiiii! ahora me pega más ¿no? Como tu dices, es divertido, pero cuando te lo cuentan porque de vez en cuando dormían en casa y me tocaba dormir a mi con ellas ¡imagínate!
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Marita. Venganza, mi niña, era pura venganza :) Que yo sepa tampoco se hereda, creo que se trata de una simple coincidencia, bueno simple es un decir, jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Jajaja!!...A veces las apariencias engañan, niña....Al empezar a leerlo, me he ido por las ramas...jajaja...
ResponderEliminarPd: Ehhh!!!...Que yo de enana también era sonámbula, jajajja!!!...
Besitos...muchos. Feliz puente, si lo tienes.
Hola Loose. El titulo despista ¿ehhh? jejejeje. Si no tiene nada de malo ser sonámbulo, pero claro hay que avisar que si no pasa lo que pasa :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Ja Ja, muy buena la historia. A pesar de la gracia, debe ser un problema para ellos. Abrazos
ResponderEliminarHola Ligia. No te creas, están tan acostumbrados que es normal para ellos :) Gracias mi niña.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
hola guapísima, un beso,
ResponderEliminarr.
Hola Rafa. ¡Gracias! uno grande para ti también.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Jeje, que curiosa historia. Cuando cuentas que salieron casi sin ropa de la casa pensé que era porque al novio lo habían ofendido con algún comentario y te cuento por qué vino esto a mi mente. Años atrás cuando mi abuelo era joven y mi mamá una niña, él solía poner una canción qe dice "Llegaron los gorrones" y es una ofensa para quien es dirigida esa palabra, como si fueran indeseados. Entonces tuvieron visitas (la hermana de mi abuela) y mi abuelo se quiso lucir poniendo su canción favorita "Llegaron los gorrones" entonces la tía de mi mamá malinterpretó ese gesto y nunca más volvió a visitarlos...ups! Y todo por querer quedar bien.
ResponderEliminarSaludos!
Hola Gladys. Me alegro que te haya gustado, por lo menos me reí al escribirla. Lo de tu abuelo es una pena que por un simple malentendido acabara así mi niña, pero es lo que ocurre en las familias ¿verdad? te esfuerzas y al final metes la pata ¡que le vamos a hacer!
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Te he concedido un premio (uno más en tu amplísima colección), puedes pasar a recogerlo en mi blog:
ResponderEliminarhttp://digitaldeporte.blogspot.com/2010/04/premio-vale-la-pena.html
Saludos
Pues debe ser angustiante... con el tiempo igual te acostumbras, pero tener en casa alguien que a media noche decide hacer vida propia, levantarse y reaccionar de la manera más peregrina...
ResponderEliminarbesos
Hola JRio. ¡Gracias! Que ilusión, paso a por el en un rato.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Hola Canoso. Es raro pero te acostumbras. Mi marido no es sonámbulo pero alguna noche me ha dado algún susto que ya os contaré :)
Un abrazo enorme
Hola Lamar.
ResponderEliminarSiento no haber podido pasar por aquí, he estado un poco pachucha estos días.
Me he reído mucho con esta anécdota. Mi madre también era sonámbula de niña (ahora directamente no duerme apenas, tiene insomnio pobrecilla)Ella se levantaba, vestía y salía al patio de su casa. y luego otra vez a la habitación, se desnudaba y se volvía a la cama. Y mi sobrino mayor ha heredado el somambulismo.
Besitos de jengibre.
Hola Jengibre. Espero que estés mejor mi niña, no tienes que disculparte por que no hay ninguna obligación, ahora ¡me encanta verte! Tu madre y yo deberíamos conocernos y aprovechar nuestras horas de insomnio, este si que es un problema.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Te leí hace unos días, pero últimamente solo encuentro palabras en mi ombligo. Solo puedo decir que menos mal que por esas fechas no existía el Ikea, porque sino el pobre caballero sonámbulo hubiera terminado durmiendo en la terraza.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Joseluinik. No te preocupes mi duende y deja de buscar en tu ombligo que el corazón lo tienes repleto y lo expresas de manera genial :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
te he dejado un premio en mi blog laMar ;)
ResponderEliminarHola J-M. ¡Que ilusión! En un rato me paso por ahí ¡gracias!
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Lamar...
ResponderEliminarEs la primera vez que visito tu blog y debo decirte que me ha encantado amiga. Por aquí seguiré visitándote y disfrutando de lo que escribes.
No sabes el tiempo que llevaba sin escuchar la canción que tienes en el blog. Me trae muchos recuerdos de infancia y es genial. ¿sabes de algún sitio donde descargarla? tsss, que no se entere la Ministra, jeje.
Un abrazo
Hola
ResponderEliminarTienes algo en los Rayajos :)
Abrazos llenos de brazos :)
Hola Felix. ¡Pues bienvenido! y encima te gusta ¡me siento muy muy halagada! Gracias guapo. Pues entre tu y yo, así bajito, no tengo ni idea, en la página del reproductor hay varias versiones pero a mí me gusta esta de siempre, de todas maneras si encuentro algo te aviso.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Chema. Aissss que ilusión!! en un ratillo voy para allá.
Un abrazo enorme
Es buenísima la historia, no sabía lo que pensar del arrebato de tu tío. xD
ResponderEliminarMuy buena la historia, aunque supongo que da disgustos, sobre todo a los que la viven en carne propia o duermen al lado.
Muy bien contada la historia. Aunque no sabía que fuera hereditario, qué fuerte! ^^