Allá por 1973 mi madre me llevó por vez primera al dentista, tenia diez años.
¿La causa? Un diente que a todas luces estaba de más ¡lo teníamos clarísimo! pero, ya se sabe lo que ocurre en esto casos, tu tienes una opinión muy clara peeeeero el doctor experto en la materia tiene la suya propia. Según él, el diente no sobraba, estaba donde no debía.
A partir de ese día me esperaban casi cuatro años de visitas periódicas a su consulta ¡a las ocho de la mañana! Si si habéis leído bien, mi madre acordó esa hora de visita para que yo no perdiera clase ni ella tiempo en el trabajo ¿alguien me preguntó? ¡por supuesto que no! Vamos a ver ¡mamá eres funcionaria! Nada no hubo manera, allí estábamos cada día a las ocho de la mañana.
Empecé mi tratamiento de ortodoncia, algo que hoy casi todo el mundo conoce e incluso se lo hace por estética simplemente, y ese no era mi caso, pero entonces era casi desconocido, es más, mi dentista hizo la tesis doctoral con mi boca ¡más majo él ...! Me colocaron los brackets pero, claro, los de entonces no tenían nada que ver con los de ahora, los míos eran un anillo completo puesto en cada diente, es decir, ¿os acordáis de aquella película de James Bond en la que uno de los malos tenia los dientes de hierro? ¡esa era yo! Pero mi habitual optimismo continuaba y no me afectaba en lo más mínimo, eso si, en la fotos sólo sonreía. Los días de consulta tenían algo bueno, antes de entrar a clase mi madre y yo desayunábamos tranquilamente un café con las mejores porras de todo Madrid en una cafetería cercana al colegio.
El resultado de aquellos madrugones los podeis comprobar en la foto que acompaña este texto.
Así fue pasando el tiempo, y llegó el 20 de noviembre de 1975 ¿y donde estábamos nosotras a las ocho de la mañana? ¡exacto! en el dentista y por supuesto sin enterarnos de nada, porque mi madre a esas horas nunca ponía la radio del coche y el dentista se acababa de levantar, que para eso tenía la consulta en su casa y lo de dormir se lo podía permitir. Así es que salimos de la consulta, nos dirigimos a nuestra cafetería, pedimos el desayuno de siempre, ...... y el camarero nos miraba entre alucinado e incrédulo porque, claro, yo iba con el habitual uniforme escolar, hasta que el pobre no pudo más y le soltó a mi madre.
- Perdone que le pregunte ¿usted no se ha enterado verdad?
- ¿Enterarme de que?
- Pues de que ¡Franco ha muerto!
Si la imagen fuera un dibujo animado los ojos de mi madre hubieran salido de las órbitas unas cuantas veces a modo de muelle.
- ¿Qué?
- Pues eso, que ha muerto Franco. ¡Pero si no hablan de otra cosa en la radio!
- Ya ... bueno ... es que ... la radio del coche ... no funciona (¡mentira!).
- Se han declarado tres días de luto oficial, así es que la niña no tiene colegio. (no tengo claro si fueron tres días o una semana).
Sólo dos personas en el Mundo no se habían enterado de la noticia del día, del año, de la década, de nuestra historia ¡mi madre y yo!
¡¡¡Bieeeeeeeeeeen!!! En aquel momento me alegraba por lo de no tener que ir al colegio, poco después celebraría la muerte del dictador plenamente consciente de lo que aquello significaba. Así que me fui para casa tan tranquila y tan contenta mientras que mi madre se iba al Ministerio a ver que pasaba.
Esa es mi madre ¡la responsabilidad en persona!
¿La causa? Un diente que a todas luces estaba de más ¡lo teníamos clarísimo! pero, ya se sabe lo que ocurre en esto casos, tu tienes una opinión muy clara peeeeero el doctor experto en la materia tiene la suya propia. Según él, el diente no sobraba, estaba donde no debía.
A partir de ese día me esperaban casi cuatro años de visitas periódicas a su consulta ¡a las ocho de la mañana! Si si habéis leído bien, mi madre acordó esa hora de visita para que yo no perdiera clase ni ella tiempo en el trabajo ¿alguien me preguntó? ¡por supuesto que no! Vamos a ver ¡mamá eres funcionaria! Nada no hubo manera, allí estábamos cada día a las ocho de la mañana.
Empecé mi tratamiento de ortodoncia, algo que hoy casi todo el mundo conoce e incluso se lo hace por estética simplemente, y ese no era mi caso, pero entonces era casi desconocido, es más, mi dentista hizo la tesis doctoral con mi boca ¡más majo él ...! Me colocaron los brackets pero, claro, los de entonces no tenían nada que ver con los de ahora, los míos eran un anillo completo puesto en cada diente, es decir, ¿os acordáis de aquella película de James Bond en la que uno de los malos tenia los dientes de hierro? ¡esa era yo! Pero mi habitual optimismo continuaba y no me afectaba en lo más mínimo, eso si, en la fotos sólo sonreía. Los días de consulta tenían algo bueno, antes de entrar a clase mi madre y yo desayunábamos tranquilamente un café con las mejores porras de todo Madrid en una cafetería cercana al colegio.
El resultado de aquellos madrugones los podeis comprobar en la foto que acompaña este texto.
Así fue pasando el tiempo, y llegó el 20 de noviembre de 1975 ¿y donde estábamos nosotras a las ocho de la mañana? ¡exacto! en el dentista y por supuesto sin enterarnos de nada, porque mi madre a esas horas nunca ponía la radio del coche y el dentista se acababa de levantar, que para eso tenía la consulta en su casa y lo de dormir se lo podía permitir. Así es que salimos de la consulta, nos dirigimos a nuestra cafetería, pedimos el desayuno de siempre, ...... y el camarero nos miraba entre alucinado e incrédulo porque, claro, yo iba con el habitual uniforme escolar, hasta que el pobre no pudo más y le soltó a mi madre.
- Perdone que le pregunte ¿usted no se ha enterado verdad?
- ¿Enterarme de que?
- Pues de que ¡Franco ha muerto!
Si la imagen fuera un dibujo animado los ojos de mi madre hubieran salido de las órbitas unas cuantas veces a modo de muelle.
- ¿Qué?
- Pues eso, que ha muerto Franco. ¡Pero si no hablan de otra cosa en la radio!
- Ya ... bueno ... es que ... la radio del coche ... no funciona (¡mentira!).
- Se han declarado tres días de luto oficial, así es que la niña no tiene colegio. (no tengo claro si fueron tres días o una semana).
Sólo dos personas en el Mundo no se habían enterado de la noticia del día, del año, de la década, de nuestra historia ¡mi madre y yo!
¡¡¡Bieeeeeeeeeeen!!! En aquel momento me alegraba por lo de no tener que ir al colegio, poco después celebraría la muerte del dictador plenamente consciente de lo que aquello significaba. Así que me fui para casa tan tranquila y tan contenta mientras que mi madre se iba al Ministerio a ver que pasaba.
Esa es mi madre ¡la responsabilidad en persona!
Niña que despiste!pero mira tienes buenas anecdotas de tu madre para contar y eso es bueno.Yo bueno sobre mi madre desgraciadamente no podría contar nada.un abrazo y me gustó la anecdota.
ResponderEliminarMuy graciosa la anécdota de tu madre. Estaba toda España en vilo con la noticia, ja, ja. Abrazos
ResponderEliminarUff vaya del dentista y recuerdo que como a los 7 años como aun tenia los dientes de leche me pusieron fundas de plata, y luego como a ti la interminable ortodoncia, hoy en dia hay braquetes de colores, y mi hija hizo que le dentista le quitara por una semana los braquetes, y luego colocarselos, sin costo como regalo de cumple. Un fuerte abrazo mi niña
ResponderEliminarHola Fiaris. Es que mi madre es un caso único :) Mi niña yo tampoco las tengo de mi padre, pero si recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Ligia. Tu lo has dicho ¡toda España pendiente de la noticia! y mi madre y yo ... pues en otro mundo :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola R. C. Mi hija también los ha llevado hace poco y nada que ver con lo nuestro ¡la ciencia avanza! :))
ResponderEliminarUn abrazo enorme
¿Se llama tiburón y es en 007? El malo, digo. Curioso Tiburón en laMar. ;) Un abrazo, precioso relato.
ResponderEliminarHola Joju. ¡Siiiiiiiii! No conseguía acordarme. Jajajaja! muy curioso si.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Entretenido relato, empiezas a leer y no puedes parar hasta el final : ), y...ese maravilloso Barry white..., un abrazo LaMar.
ResponderEliminarHola Psigetdo. Gracias guapo! Me alegro que te guste :) La canción, que me encanta, fue un éxito y llegó al número 1 en todas las listas aquel 1975, por eso la he puesto.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
me encantó este post como te dije en face!
ResponderEliminarme encantan estas anécdotas
beso enorme
Vaya... curiosa forma de contar la muerte de Franco...
ResponderEliminarUna madre es entrañable siempre, y tu tienes una forma muy particular de hablar de ella, amiga. Me ha encantado esta anécdota.
ResponderEliminarUn beso
Hola Mar, ésta es una increíble historia sobre un evento que marcó la historia, impresionante. Ya me imagino estar tan tranquila desayunando con tu madre y que te digan "Franco, el dictador, ha muerto... están viviendo un momento clave en la historia".
ResponderEliminarIncreíble, me parece sumamente interesante. Y, como dices en algún comentario, yo tampoco tengo anécdotas que contar sobre mi padre, sólo sobre mi madre.
Saludos,
Desmodius.
Hola Vir. Gracias mi niña :) Tengo más que iré contando poco a poco.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Ocasiones. Bienvenid@ y gracias por tus palabras. Fue así como ocurrió que le voy a hacer.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Tani. Mi madre es lo único que tuve porque mi padre murió cuando yo tenia cuatro años, así es que las anécdotas que tengo son de ella. Gracias mi niña :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Desmodius. Así es mi madre .... y yo claro, vivimos en otra galaxia ;) Como le comentaba a Tani, de mi padre tengo preciosos recuerdos, pero murió muy joven y no me dio tiempo a compartir anécdotas. Gracias guapo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hasta para los niños de aquella epoca fue "fiesta" el luto del dictador!!!
ResponderEliminarUna anecdota entrañable y graciosa laMar
besos!
Hola El Ente. Es verdad!! Gracias guapo :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Vaya! Eso si que es una anécdota.
ResponderEliminarMi querida LaMar veo que has hecho cambios importantes en tu blog, me gusta que lo hagas, tú relato tan ameno como eres tú, un abrazo amiga como siempre TKM
ResponderEliminarQué anécdota más buena! Es chulo cuando tenemos recuerdos con tanto humor de la infancia... y es que mira que estabais a gusto las dos, tanto que estabais literalmente fuera del mundo! xD
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, y se ve que de tu madre tienes muy buenos recuerdos. ^^
Un beso!
Hola Nacho. Y tengo unas cuantas más, pero poco a poco.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Bichita. He simplificado y lo he vestido de cara al verano :) Gracias mi niña TKM
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Sonix. Más que a gusto, que lo estábamos, íbamos dormidas ¡con esos madrugones ...! Mi madre es muy especial, mucho :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Y el dentista tampoco se había enterado?
ResponderEliminarPor cierto, genial Barry White.
Un beso
Hola Javier. Pues es que la consulta la tenia en su casa y, para mi, que se levantaba un poco antes de que llegáramos nosotras para prepararlo todo. Es lo único que se me ocurre por que no nos dijo nada de nada.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Bufff... lo peor de todo, con diferencia la hora del dentista!!!
ResponderEliminarPero como anécdota histórica está genial.
Besos.
Hola Anita. ¿A que sí? Era inhumano levantarse a que se yo que hora, que ni me acuerdo, por que había que atravesar todo Madrid y llegar a la hora. Gracias mi niña.
ResponderEliminarUn abrazo enoooooorme
Hola Lamar.
ResponderEliminarYo de ese día recuerdo que como tú me alegre de no tener que ir al cole. Pero luego recuerdo que en la tele sólo daban música fúnebre y la cola de gente que desfilaba y me enfadé mucho.
Besitos de jengibre.
Hola Jengibre. ¡Es verdad! jejeje. Mira de eso no me acordaba. Gracias mi niña.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola laMar:
ResponderEliminarSoy seguidora tuya desde hace días y no puedo parar de leerte.
La verdad es que esta anécdota es tan fuera de lo común que tengo que escribirte algo.
En primer lugar, felicitarte por tu blog. Es magnífico. Seguramente porque aparte de ser tú una autora fuera de serie, el mar me cura todos los males.
Y, bueno, es que la de hoy es una anécdota tierna y graciosa. Tienes una forma de escribir tan natural...creía que me partía de risa con la descripción de tus brackets. Yo también los llevaba de hierro puro.
Y con gomas a cada lado. Además, durante un tiempo tuve que llevar una cosa con hierros por fuera. Y todos preguntaban: ¿y tú no tenías los dientes bien????
En fin, en cuanto a la muerte de Franco, muy fuerte, claro, pero seguro que a más de vosotras dos les pasó. Es que yo no había nacido, creo.
Fíjate si también estaba despistada. =)
No fueron tres días de luto... ¡Fue una semanaza entera sin clase! :-D
ResponderEliminarSaludetes cordiales...
PD: Tampoco es que yo sea muy mayor... Lo sé por uno que me lo contó... ;-)
Hola Quimey. Bienvenida y gracias por tus palabras, me siento muy halagada :) ¡Yo también llevaba gomas! pero lo de los hierros por fuera no me tocó XD. Por o que veo, no solo mi madre es despistada :))
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Hola Iñaki. Estaba casi segura de que habían sido más pero ante la duda ... Gracias por la aclaración :)
ResponderEliminarPues ese "uno" está muy bien informado ¿no?
Un abrazo enorme
Que arte ¿como has podido guardarte esta anécdota tanto tiempo?
ResponderEliminarDice mucho y bueno de tu madre; la familia ante todo.
Besotes
Hola Canoso. Es que tuve un momento de lucidez y me acorde de ella ;)) Mi madre es única jejejeje!
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Horror le tengo al dentista horroooooooooooooooor jajaaja
ResponderEliminarA mi me paso diferente....mami puso la radio...y me dijo ssshhhhhhhhhh calla que no se oiga lo que opinamos demasiado hoy no vas al cole....
jajja
Recuerdos...
Un beso
Hola Azul. Jejejeje, pues yo nunca le tuve miedo y eso que me hizo autenticas perrerias. Tu madre estaba al día, la mía estaba ... ni se sabe :))
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Pues vaya pesadilla de dentista, menudo suplicio durante 4 aňos, en fin mientras ibais a esa cafetería a mí me estaban gestando nací en el 74, pero sé que Franco había muerto desde que tengo uso de razón ,por poco casi antes que vosotras ja ja
ResponderEliminarQue interesante y que bien contado. jiji Por cierto la niña, guapisima que también hay que decirlo
ResponderEliminarjaja, yo en el 73 nací. Así que de la muerte de Franco tampoco me enteré. A mis dos añitos tenía yo otras cuitas.
ResponderEliminarMe ha ocurrido muchas veces, a mí y a mi familia, que es como lo que vos contas, vivimos siempre en otro planeta.
ResponderEliminarMuy buen relato. Muchos cariños.
Yo tenía dos añitos,así que no recuerdo nada de nada.Me encanto la anécdota y tu manera de narrarla,la música me emocionó.Felicidades bonita!
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