Ayer mientras me veía la herida ya casi cicatrizada recordé un verano, hace ya años, en el que tuve un pequeño accidente que dejó marcado mi cuerpo para siempre, fue mi primera cicatriz.
A partir de que nos daban las vacaciones en el colegio todos los sábados y domingos mi madre nos llevaba a la piscina, y en cuanto ella cogía las vacaciones los chapuzones eran diarios.
Nos levantábamos por la mañana, desayunábamos y salíamos camino a la diversión. La piscina Montserrat estaba cerca de casa y al lado de la de mis primos por lo que nos reuníamos allí y lo pasábamos bomba todo el día en remojo. No sé que edad tenía exactamente, unos seis o siete años aproximadamente, y estábamos todos en la zona que no cubría saliendo y tirándonos al agua de nuevo una y otra vez.
Yo acababa de salir cuando, de repente, alguien me empujo y caí al agua, algo totalmente normal en ese momento de juegos, perooo .... di con las rodillas en el fondo de la piscina con tan mala suerte que uno de los azulejos estaba roto ¡Y me lo clavé!
Si, ya se ¡todo me ocurre a mi! ¿Y que le voy a hacer?
El caso es que yo salí del agua como si nada, noté el golpe pero no me dolió, pero cuando mi madre me vio empezó a ponerse histérica, vino hacia mi, me cogió en brazos y me llevó corriendo al botiquín. Yo no entendía nada hasta que de repente me vi la rodilla izquierda ¡Menudo agujero tenia! Se me veía hasta el hueso, pero a mi no me dolía y no me asusté. Por supuesto en el botiquín el médico no estaba, se había ido a comer, sólo estaba un socorrista con ligeros conocimientos de medicina ¿? y había que ponerme puntos. Nadie pensó en llevarme al hospital que estaba casi al lado ¿Para que? así es que aquel muchacho se puso a la tarea de coserme (y nunca mejor dicho) la herida. No me puso anestesia porque ni sabía donde estaba. Recuerdo aquella aguja en forma de gancho como si la viera ahora.
Mi madre, nerviosa perdida la pobre y llorando a todo llorar y yo animandola:
- Mami no llores ¡Si no pasa nada! No me duele.
Y era verdad, hasta que aquel aspirante a algo me pinchó, entonces si dolió y fueron seis pinchazos porque me "puso" tres puntos. Para rematar la faena e inmovilizarme la rodilla no encontró mejor solución que ponerme un cartón duro por detrás y vendarme.
Evidentemente dos de los puntos se infectaron, pero ya en manos de un médico y con los cuidados adecuados aquella herida cicatrizó como debía y quedó como un recuerdo "de guerra"
A partir de que nos daban las vacaciones en el colegio todos los sábados y domingos mi madre nos llevaba a la piscina, y en cuanto ella cogía las vacaciones los chapuzones eran diarios.
Nos levantábamos por la mañana, desayunábamos y salíamos camino a la diversión. La piscina Montserrat estaba cerca de casa y al lado de la de mis primos por lo que nos reuníamos allí y lo pasábamos bomba todo el día en remojo. No sé que edad tenía exactamente, unos seis o siete años aproximadamente, y estábamos todos en la zona que no cubría saliendo y tirándonos al agua de nuevo una y otra vez.
Yo acababa de salir cuando, de repente, alguien me empujo y caí al agua, algo totalmente normal en ese momento de juegos, perooo .... di con las rodillas en el fondo de la piscina con tan mala suerte que uno de los azulejos estaba roto ¡Y me lo clavé!
Si, ya se ¡todo me ocurre a mi! ¿Y que le voy a hacer?
El caso es que yo salí del agua como si nada, noté el golpe pero no me dolió, pero cuando mi madre me vio empezó a ponerse histérica, vino hacia mi, me cogió en brazos y me llevó corriendo al botiquín. Yo no entendía nada hasta que de repente me vi la rodilla izquierda ¡Menudo agujero tenia! Se me veía hasta el hueso, pero a mi no me dolía y no me asusté. Por supuesto en el botiquín el médico no estaba, se había ido a comer, sólo estaba un socorrista con ligeros conocimientos de medicina ¿? y había que ponerme puntos. Nadie pensó en llevarme al hospital que estaba casi al lado ¿Para que? así es que aquel muchacho se puso a la tarea de coserme (y nunca mejor dicho) la herida. No me puso anestesia porque ni sabía donde estaba. Recuerdo aquella aguja en forma de gancho como si la viera ahora.
Mi madre, nerviosa perdida la pobre y llorando a todo llorar y yo animandola:
- Mami no llores ¡Si no pasa nada! No me duele.
Y era verdad, hasta que aquel aspirante a algo me pinchó, entonces si dolió y fueron seis pinchazos porque me "puso" tres puntos. Para rematar la faena e inmovilizarme la rodilla no encontró mejor solución que ponerme un cartón duro por detrás y vendarme.
Evidentemente dos de los puntos se infectaron, pero ya en manos de un médico y con los cuidados adecuados aquella herida cicatrizó como debía y quedó como un recuerdo "de guerra"
La foto que veis arriba corresponde a lo que es hoy en día aquella piscina de mi infancia en la que aprendí a nadar, saltar del trampolín y en la que competí durante dos años (Sin ganar nada).
Dejó de ser una instalación de ocio familiar para convertirse en las instalaciones del Mundial de Natación de 1986 que se celebró en Madrid.
Ahora es el Centro Especializado de Tecnificacion Deportiva de Natación M-86. Está en proceso de ampliación y reformas para convertirlo en el mayor centro acuático urbano del Mundo, además, dispone de las primeras piscinas olímpicas con tratamiento de ozono para el agua.
Dejó de ser una instalación de ocio familiar para convertirse en las instalaciones del Mundial de Natación de 1986 que se celebró en Madrid.
Ahora es el Centro Especializado de Tecnificacion Deportiva de Natación M-86. Está en proceso de ampliación y reformas para convertirlo en el mayor centro acuático urbano del Mundo, además, dispone de las primeras piscinas olímpicas con tratamiento de ozono para el agua.
Ofu... me está doliendo y todo la pierna al leer tu relato, buen post, un saludo ;)
ResponderEliminarRockandrolleando
Hola Mr. Romantico. Jejejejeje! Pues a mi no me dolía, aunque reconozco que ahora al recordarlo me da un poco de repelús. Gracias mi niño ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Jo, pues parece mentira que no te doliese, lo que son los niños ¿no? O eso, o tienes una resistencia al dolor muy grande, jeje.
ResponderEliminarPero bueno, es bonito recordarlo ahora con esa ternura de los recuerdos infantiles. Y hay que ver lo mucho que ha crecido la piscina!
Un beso!
Pobre tú, qué tranquilidad... Yo aprendí a nadar cuando ya era bastante mayor, y eso que estamos rodeados de mar por todas partes, pero en aquellos tiempos no nos dejaban ir a la playa con mucha facilidad. Abrazos
ResponderEliminarmenos mal que quedó todo como un lindo recuerdo!!!
ResponderEliminarImpresionante las fotos!!
Cariños!
Bueno cariño es como dices "todo me pasa a mi",si que has pasado cosas en la vida!buen relato mi niña,te invito hoy estoy de festejo te espero en casa,TQM.
ResponderEliminarYo también tuve una herida en la rodilla que me dio muchos problemas ya que al ser una niña de unos 4 o 5 años no paraba y solía caerme mucho. Me encantó tu relato, que bellos recuerdos. Besos!!
ResponderEliminarAntes éramos de otra pasta, los juegos a tirarse piedras ahora estarían penados, inventarse juegos ahora sería competencia desleal al SR. Playstation o Sr. Nintendo, los veranos en el pueblo serían de paletos, jugar a mamás y papás sería indecente... Cualquier tiempo pasado fue mejor.
ResponderEliminarLos recuerdos que trae sólo nombrar los veranos de la infancia, aunque tengamos un maldito azulejo por el medio.
Un beso y perdona por el rollo.
Ainsss... mi niña, pero todo de pasa a ti???
ResponderEliminarMe alegro que tu última cicatriz vaya cada vez mejor.
Besotes.
Hola Sonix. Jejejeje! Si, siempre he tenido resistencia al dolor y sin embargo me aterra pensar en él, algo muy raro si. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Ligia. ¡Que pena! teniendo la playa ahí mismo y que no pudierais disfrutarla ¡joooo! Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme.
Hola Princesa Adora. ¡Aquí tengo la cicatriz para que no se me olvide! jejejejeje. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Fiaris. Pues la historia de la tercera cicatriz es para partirse de risa, pero lo dejo para otro post. Ahora mismo voy. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Gladys. Eres de las mías!!! ¿El suelo te quiere mucho? Por que a mi me adora jajajajaja. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Javier. ¡¡De rollo nada!! Me ha encantado por que tienes toda la razón y estoy de acuerdo totalmente contigo. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Anita. Si, ya sabes, mis desastres y yo jajajaja. Gracias mi niña ;))
ResponderEliminarUn beso enooooooooooorme
laMar...
ResponderEliminarPues demostraste una entereza fuera de lo común. Y es que ya eras una mujer fuerte de bien pequeñita. Te dolieron los puntos, pero es que era un zoquete el que te los puso (no le quito su buena voluntad). Me gustan tus miradas al pasado, porque los recuerdos nunca hay que olvidarlos, forman parte de nuestra vida...
Un beso enorme
Heridas de guerra, je je, y el médico comiendo, si es que lo que no te pase a ti, je je
ResponderEliminarBesos
Cuando tengas un ratio pasa por casa y llévate unos regalitos:
http://semos-dos.blogspot.com/2010/08/hermosos-blogs-y-deseo-eterno.html
Hola Felix. Es que siempre he sido un poco brutita jejejeje. Gracias mi niño ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Canoso. Es que soy un desastre ya lo sabes jejejeje. Enseguida me paso. Gracias mi niño ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Ayyy!! Que dolor!! Ufff!! Cicatrices!! De esas tengo unas cuantas pero lo que no estoy tan segura es que aguantara, con tanto aplomo, el remiendo de lo puntos. Nunca me los han tenido que poner. Como siempre: ¡una valiente! Mírate ahora, ya ves que aún eres una valiente. Si lo sabré yo.
ResponderEliminarBesinos!!!
Me encantan tus anécdotas, laMar, pero pobrecita, tan peque y calmando a tu mami encima. Ay, y además, qué curioso, donde estaba la piscina ahora construyen ese "imperio acuático". Qué bárbaro.
ResponderEliminarEs que donde pasas, dejas huella, niña.
Hola Iruk y Marisa. Jajajaja!! Ya sabes que de niños somos algo inconscientes, y esta fue la primera cuando cuente la segunda cicatriz ¡te partes! Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Quimey. Para que veas!!! La piscina en la que yo jugaba la dejaron primeramente al aire libre y años después instalaron el cerramiento que se ve en las fotos para utilizarla también como cubierta. Puedo decir que la que se ve en las fotos es la piscina en la que aprendí a nadar. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola laMar: a mi niña le pasó algo similar pero fue en el borde de la piscina y en el mentón, gracias a una amiga que se quedó con el resto de la prole y con una toalla que se empapaba de sangre me la llevé a urgencias y los puntos se hicieron con anestesia, aún conserva la cicatriz, pero todavía recuerda el resto del verano sin nadar en la piscina para no infectar los puntos.
ResponderEliminarHeridas de veranos inquietos y hermosos, mejor eso que estar ante un televisor.
Me hiciste recordar un momento de terror como madre, ella estaba tan campante jejeje...
Un abrazo
Hola Alondra. Di que si, la infancia debe transcurrir entre juegos y amigos, no delante del televisor, ni de un ordenador, ni de una video consola, a pesar de las cicatrices, jejejeje, pero estás quedan en el recuerdo como una anécdota. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
¡¡¡Ainsss que dolor Guelita linda, se ve que lo mio es tambien herencia porque siempre fuy pelin pato y aun hoy en dia me pasa de todo..., Lo del carton no lo habia odio nuca, jajaja....a falta de otra cosa...Pero con todos esos tropezones no cambio mi infancia por la de muchos niños de hoy en dia que no pueden casi ni salir a la calle. Besazosss e intentare no tenerte tan olvidada.
ResponderEliminarHola Marianlady. Si cariño, lo llevamos en los genes ¡jajajaja! Que le vamos a hacer. Totalmente de acuerdo contigo, teníamos imaginación y hoy eso no se fomenta. Aquellos juegos nos ayudaron a crecer. Gracias mi niña ;) Y no te preocupes.
ResponderEliminarUn beso enorme
Que alegría y gusto inmenso volver a leerte.. me quedo como siempre por tu espacio... un beso
ResponderEliminarEspero ponerme al día ..
Un abrazo
Con mis
Saludos fraternos de siempre..
Hola Adolfo. Alegría la mía por volverte a ver. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
RECUERDOS Y REALIDADES!!!!!!!!!!!!!!! LAS DOS BUENAS AL FIN!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarun gusto!
Me has recordado a una amiga... su rodilla delata las travesuras infantiles! Bonito blog.
ResponderEliminarLa Monja Toronja
Hola La monja Toronja. Bienvenida y gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Roxana. Bienvenida y gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn beso enorme
Me facina como cuentas las cosas mi niña,
ResponderEliminarpobrecita todo le pasa a ella!. Menos mal q lo llevas con humor. ¡Cuantos cambios desde tu niñez!, toma y de la mía. Un fuerte abrazo, y no te asustes por los títulos, jejeje, me reí al leeros. Un besote enorrrrrrrme, esta noche hay fiesta, te unes a ella?. TQM, cielete. Uru.
Hola Uru. Y a mi me encanta leerte!!! Jejejejeje, como para no asustarse cariño ¡mira que eres juguetona!
ResponderEliminarGracias mi niña ;))
Un beso enooooooooorme
Querida amiguita,por fa,cuídate mucho para no tengamos que leer más historias de cicatrices tuyas...aunque las cuentes con mucha gracia.
ResponderEliminarUn besote y un abrazote.
Hola Sagitaire. ¡Que alegría! Parece que se arreglaron tus problemas técnicos ¡menos mal!
ResponderEliminarSi cuidarme me cuido, pero soy torpe o el suelo me adora jajajaja. Gracias mi niño ;)
Un beso enorme