A los 16 años la revolución de hormonas nos mete en cada follón ... Aunque hay cierta dosis de vergüenza y pudor, hay también mucho de descaro y "valentía".
A esa edad no conocía aun a Javi y salía con un chico apasionado de las motos. Su medio de transporte habitual era una Vespa azul pero en casa tenia otras dos o tres de campo.
Aquella moto me causo más de un disgusto, pero a los 16 años ¡Que importaba! Tener un novio con moto que siempre venia a buscarme donde estuviera y me llevaba de vuelta a casa era genial ¡Y no presumía yo nada de aquello!
El primer disgusto fue a causa de una preciosa falda larga de aquellas tipo indio que se llevaban entonces, se enganchó en el motor y quedó para tirarla. Acababa de comprármela mi madre, yo me empeñe en estrenarla y cuando llegué a casa la bronca fue estupenda.
De aquel chico guardo muy buenos recuerdos, era cariñoso y muy atento pero estaba empeñado en que aprendiera a montar en moto, algo que nunca me había planteado y ni siquiera sabía si me apetecía, pero tanto insistió que al final accedí.
Llegó el día y fuimos a un descampado en el que poder practicar sin "peligro", por supuesto no teníamos casco, en aquellos años aun no era obligatorio.
Ahí estaba yo, sentada en la moto, las manos en el manillar y escuchando atentamente las instrucciones sobre el freno, el embrague, el acelerador y las marchas.
- ¿Lo has entendido?
- Si (¿Si?)
- ¿Te atreves a intentarlo?
- Por supuesto
- Pues venga.
Embrague ¿O era primero el acelerador? ¿Y el freno cual era? ¡No me dio ni tiempo! La Vespa se quedó clavada en la arena y yo salí volando por encima de ella.
Pero no fue eso lo peor ¡No!
Lo peor fue que para evitar hacerme daño en las manos ¡las quité y aterricé en el suelo con la barbilla! Mucho mejor ¡Donde va a parar!
¿Qué por qué hice eso? ¡Y yo que sé! Ya sabéis que soy un caso, que le voy a hacer.
La verdad es que no me pasó nada, sólo una pequeña herida en la barbilla que ha dejado una pequeña cicatriz que apenas se ve y que me recuerda hasta donde se puede llegar en la inconsciencia juvenil. Bueno, también me hace sonreír, para que os voy a engañar, que aquellos años tuvieron muchas cosas buenas y me gusta revivirlas.
A esa edad no conocía aun a Javi y salía con un chico apasionado de las motos. Su medio de transporte habitual era una Vespa azul pero en casa tenia otras dos o tres de campo.
Aquella moto me causo más de un disgusto, pero a los 16 años ¡Que importaba! Tener un novio con moto que siempre venia a buscarme donde estuviera y me llevaba de vuelta a casa era genial ¡Y no presumía yo nada de aquello!
El primer disgusto fue a causa de una preciosa falda larga de aquellas tipo indio que se llevaban entonces, se enganchó en el motor y quedó para tirarla. Acababa de comprármela mi madre, yo me empeñe en estrenarla y cuando llegué a casa la bronca fue estupenda.
De aquel chico guardo muy buenos recuerdos, era cariñoso y muy atento pero estaba empeñado en que aprendiera a montar en moto, algo que nunca me había planteado y ni siquiera sabía si me apetecía, pero tanto insistió que al final accedí.
Llegó el día y fuimos a un descampado en el que poder practicar sin "peligro", por supuesto no teníamos casco, en aquellos años aun no era obligatorio.
Ahí estaba yo, sentada en la moto, las manos en el manillar y escuchando atentamente las instrucciones sobre el freno, el embrague, el acelerador y las marchas.
- ¿Lo has entendido?
- Si (¿Si?)
- ¿Te atreves a intentarlo?
- Por supuesto
- Pues venga.
Embrague ¿O era primero el acelerador? ¿Y el freno cual era? ¡No me dio ni tiempo! La Vespa se quedó clavada en la arena y yo salí volando por encima de ella.
Pero no fue eso lo peor ¡No!
Lo peor fue que para evitar hacerme daño en las manos ¡las quité y aterricé en el suelo con la barbilla! Mucho mejor ¡Donde va a parar!
¿Qué por qué hice eso? ¡Y yo que sé! Ya sabéis que soy un caso, que le voy a hacer.
La verdad es que no me pasó nada, sólo una pequeña herida en la barbilla que ha dejado una pequeña cicatriz que apenas se ve y que me recuerda hasta donde se puede llegar en la inconsciencia juvenil. Bueno, también me hace sonreír, para que os voy a engañar, que aquellos años tuvieron muchas cosas buenas y me gusta revivirlas.
Mi niña bello recuerdo, vaya que no tuvo consecuencias mayores, seguro la más fuerte fue la reprimenda, como dices la audacia de la adoloncias...Te atrevez? Palabras magicas para intentarlo todo. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarServidor se quedó bajo un coche que afortunadamente frenó a tiempo, mi padre que casualmente contempló el suceso, cortó por lo sano.
ResponderEliminarGracias por compartir el recuerdo
Hola R.C. Si, es de esos recuerdos agradables y simpaticos. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola El PInto. Pues menos mal que frenó! Me encantan las motos pero hay que tenerlas respeto. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola laMar, que recuerdos, ¿verdad? te lo pasas bien recordándolos. Yo también tuve lo mío a mis 17 años por tirarme de un pretil al agua de cabeza cuando solo había medio metro de agua, me quede totalmente clavado en la arena, toda una odisea. Y todo lo hice por unas chicas que me estaban mirando, eramos unos tontorrones.
ResponderEliminarBesos!
Hola Arkaitz. Pues menos mal que no te paso nada ¡que peligro! Si es gratificante recordar algunas cosas. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
me encantan! aunque son un poco pesadas (sobre todo si perdés el equilibrio)
ResponderEliminarsabés que me encanta...que no le temés a arriesgarte
me encantan estos recuerdos
está muy lindo el blog, se lee muchísimo mejor a lo ancho
beso
Cuanta verdad tiene tu historia, la vida a esa edad es lo máximo, como dice mi hija..
ResponderEliminarY guardar esos momentos como bellos recuerdos, es muy especial. Gracias por compartirla.
Un abrazo
Saludos fraternos
Hola Vir. A mi también me encantan pero me dan respeto jejejeje. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Adolfo. Jejejeje, a esa edad se vive como en una carrera, todo es ya y aquí, se piensa poco. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
el mío tenía coche y pueblo en las montañas (no era Marco ¿eh?) perop también sintió el gusanillo de enseñarme, y ni corta ni perezosa me lanzé con aquel bólido rojo por la carreterita, todo bien hasta que al cruzar las vías del tren confundí derecha e izquierda y me metí de lleno en el badén.
ResponderEliminar(las cicatrices del auto se curaron, pero nunca nunca más me dejó el coche)
Hola Pilar. Jajajajajaja! Eso también me paso pero ya con Javi, un campo inmenso con una sola piedra ¿Y que hice yo? Pues pasarla por encima jajajajaja. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Cuantas barbaridades de inconsciente juventud hemos cometido...un amigo mío hizo lo mismo que tú...no poner las manos...lo bueno es que fue en bici...cuesta arriba (una cuesta muy pronunciada) y contra un seiscientos que llevaba allí aparcado dos meses (vamos que era ya como parte del paisaje) :-D
ResponderEliminarBsos
Vaya lujazo, con 16 ya te venía a buscar tu novio en moto.
ResponderEliminarLos que no nos motorizamos (vehículo de motor, no moto) hasta pasados los 20 teníamos que recurrir a nuestro encanto personal. Era más laborioso pero sabía que no estaban conmigo por la moto...
Un beso, guapa.
Me encantan tus post revival. Ainsss pero lo que más me ha gustado es lo guapetona que has salido en la foto con tu vespa... jejeje.
ResponderEliminarBesos mil.
Hola Markos. ¡Que peligro teníamos! jajajajaja. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Javier. Mis broncas me costó no te creas, que mi madre no estaba nada de acuerdo, pero ¡ya sabes! La juventud, jajajajaja. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Anita. Estoy muy propia ¿verdad? jajajaja. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enooooooooorme
No te lo vas a crees laMar, pero yo también me caí a los 16 años de la moto de un novio y también tengo su recuerdo en mi barbilla.
ResponderEliminarLo que pasa que el novio de turno era bastante más macarra y con peor gusto de el tuyo... en vez de una Vespa tenía una Ducati... y además me tiro él por hacer el gamba...el muy hortera.
Un besazo guapa
quiereteMUCHO
Esas son heridas de guerra mujer, además seguro que te dan un punto aventurero, como la cicatriz del latigazo de Indiana Jones je je
ResponderEliminarbesos
Pasaba a dejar mis saludos por el día del blog, no podía evitar pasar a dejar mis felicidades. Justo en estos días han coincidido con los de mayor producción laboral cosa que me ha coincidido la mayor parte del tiempo.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo.
Jjjejejje!! Pues nosotros tenemos una Vespa, además azul; cuando vengas por aquí, ya sabes...puedes volver a intentarlo... :))Seguro que esta vez lo harías mucho mejor... ;))
ResponderEliminarBesinos, mi niña!!!
Te pasó como a mí. Una vez, frené en la cuneta y hasta ahora. Besos
ResponderEliminarHola QuiereteMucho. ¡Que alegría me da verte! Si es que a esa edad no tenemos conocimiento jajajajaja. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Canoso. Jajajaja! Si ni se me ve jajajaja! Pero yo se que está ahí y me gusta el recuerdo. Gracias mi niño ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Adrián. Aisssssss! Gracias, ¡eres un sol! Aunque con un día de retraso felicidades a ti también. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Iruk y cia. Jooooo! Vale, cada vez tengo más ganas de ir jejejeje, y no por la moto que conste. Gracias mi niña ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Macgo. Jajajaja! La verdad es que salvo algún ciclomotor, no he vuelto a intentarlo. Gracias guapo ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
¡Hola laMar! me ha encantado la historia, mi costilla también tenía una Vespa y me estoy riendo pues trajiste algún que otro recuerdo, ¡qué delicia en las curvas!
ResponderEliminarBesitos preciosa
Hola Alondra. jejeje! Si, y eso de abrazarle fuerte por si acaso jejejeje. Gracias mi niña :)
ResponderEliminarUn beso enorme
Bueno, pues aunque en el momento no sería nada divertido, tú lo has hecho parecer así con tu manera de contarlo. Son entrañables esos recuerdos de juventud a veces ¿eh? Aún así, pobrecilla...
ResponderEliminarBesos!
Mi cielo....eres la repepera, jejejje, yo no se ni manejar una biciqueta, si lo hubiera hecho con una vespa, seguro que acabo en el mar...me encantan tus relatos. Perdona por no comentarte antes, pero no estoy bien de la tos, me canso mucho y como me desperte a las 4 de la madrugada, me dieron mi medicación y algo para tomar calentito, aquí estoy con mi niña. Gracias por pasarte por casa a tomar un café conmigo todos los dias, y por los mimitos que me das por las noches antes de dormirme. TQM mi cielo. Uru.
ResponderEliminarHola Sonix. Pues nos reímos un montón jejejeje, no me hice daño ¡soy así de bruta! jejejeje. Gracias preciosa ;)
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Uru. Cariño no tengo nada que perdonarte, no tienes más que una sola obligación ¡cuidarte! Para que nos podamos ver pronto en Madrid jejejeje. TQM
ResponderEliminarUn beso enooooooooorme