Mi corazón herido

De que mi peor enemiga soy yo no me cabe la menor duda.
De que mi corazón colabora, tampoco. Quizás por eso quiero tanto y siento sin medida.
Es mi corazón quien manda y no sé vivir de otra manera.
Tengo muchos defectos, muchísimos, unos trato de corregirlos y otros ni me importa tenerlos porque no estorban, pero cada día descubro que hay más y no me importa, tenerlos es lo que me hace ser humana, ser persona.

Siempre me he dejado llevar por mi corazón y no me arrepiento, es de las pocas cosas que tengo claras sobre mi y no estoy dispuesta a cambiar.

Todo lo que hago, hablo, quiero, escribo, confieso, los buenos deseos, ... siempre es con el corazón en la mano, nace de las entrañas y siempre voy con la verdad por delante. No sé hacerlo de otra manera y si existe no quiero conocerla. Ni siquiera sé mentir ni quiero aprender.

Los que me conocen bien siempre dicen que mi perdición es tener un corazón así, y ante cualquier contrariedad llegan los consabidos "te lo advertí" o el "ya te lo dije" o el "te avisé" o el "nunca aprenderás" y por supuesto el "tienes que cambiar o vas acabar mal"

Soy tan trasparente que me convierto en presa fácil para los desalmados que se aprovechan de mi buena fe para atacar por todos los frentes y yo, como siempre, pierdo y me desarmo entera.

No tengo arreglo, ni defensa contra la crueldad humana que es mucha y nunca espero. Hay quien ha maltratado mi corazón de forma infame e injustificable.

Hay demasiada decepción y mucha tristeza en este momento de mi vida. Jamás esperé que así fuera pero de nuevo me engañaron.

Todo lo que doy lo hago de corazón y sin pedir nada a cambio, me ofrezco sin recibir ni lo espero, trato de ayudar siempre que puedo y hasta donde me dejan, no me meto en la vida de nadie pero siempre estoy cuando me necesitan, no me cuesta pedir perdón cuando me equivoco o hago daño sin pretenderlo, nunca he humillado ni me he reído de nadie, respeto a todo el mundo hasta que me demuestran que no se lo merecen, perdono y olvido.

No me gustan los cotilleos sin sentido, ni los juicios sin oportunidad de apelación, ni las etiquetas que se marcan a fuego y no desaparecen, ni los calificativos adjudicados sin conocimiento, ni el hablar por hablar de los demás sin darles la oportunidad de estar presentes y defenderse.
Sé que peco de ingenua ¿Y que? Me gusta más el mundo visto desde mi perspectiva, el real es cruel.

Así es que, si, soy pequeña, e ingenua, soñadora, cariñosa, muy mimosa, leal, fiel, amiga de mis amigos, me identifico con el dolor de los míos y lo siento en las entrañas, no entiendo las injusticias y lucho contra las que puedo, defensora de oficio en pleitos pobres, devota de la creencia de que todo el mundo es bueno mientras no me demuestre lo contrario, guardo los secretos en la caja fuerte y olvido la contraseña, actúo con los demás como me gustaría que lo hicieran conmigo...

Esta soy yo, así de simple, así de fácil.

Por eso no merezco el daño, el desprecio y la humillación que he recibido, porque soy buena persona y lo he demostrado. Todo lo que he hecho ha sido de corazón y me lo han devuelto hecho añicos y totalmente desgarrado. Confié y esto es lo que he recibido a cambio ademas de la cobardía del silencio.

No sé el tiempo que me costará arreglarlo porque el daño ha sido enorme, innecesario e inmerecido. Conseguiré rehacerme como lo he hecho ya en otras ocasiones, pero me ha pillado tan desprevenida que me llevará algo más de tiempo, ahora mismo estoy destrozada.

Pero seguiré aquí y poco a poco volveré a escribir tanto como pueda y con el ritmo de antes, retomaré mis recuerdos e historias aunque de vez en cuando necesitaré desahogarme de tanta frustración, perdonadme por hacerlo con vosotros, pero con tiempo todo volverá a la normalidad. Volveré a twitter,  a facebook y a divoblogger una nueva plataforma que os recomiendo y merece la pena, porque, además de vosotros, ellos también me dan vida.

Y de nuevo abro mis ojos para no perderme nada y mi sonrisa al avatar.

Gracias por estar siempre.