¿Yo presumida? Nooooo ¿Quien lo dice? Pues todos, y sino a las fotos me remito.
Si, soy yo, y no debía de tener más de cuatro años porque las hizo mi padre. Como veréis ya apuntaba maneras. Me llamaban la ratita presumida, es otro de los efectos secundarios que produce el gen Naranjo.
En la de la izquierda me estaba preparando para "mi sesión de fotos." Cada vez que veía a mi padre con la cámara ahí estaba yo dispuesta a posar, y tenía que asegurarme de "estar perfecta" y no, no es ninguna tontería, así me lo han contado y me lo creo ¡vaya si me lo creo! porque lo de ser presumida no fue algo de la infancia no, se mantiene de por vida os lo aseguro.
En la de la derecha estoy en mi querido y añorado Parque de El Retiro, con un patín sólo eso si, que estaba aprendiendo y tenía que ir despacito. Esos patines me duraron hasta hace bien poco con su funda y todo, los perdí en el parque del Campo de las Naciones un día que fuimos a patinar mi hija y yo, se nos olvidaron en un banco y no los volvimos a ver. Una pena después de tantos años, eran un recuerdo muy querido.
En cuanto mi hermano y yo oíamos llegar a mi padre corríamos al cuarto de estar, nos subíamos a los sillones y empezábamos a saltar y gritar ¡Papaaa! él venia, nos cogía en brazos y nos preguntaba ¿Como están mi princesa y mi Urtain? (por si alguien no lo sabe Urtain fue un boxeador de la época) Y nosotros encantados le llenábamos de besos esperando "la pregunta" ¿Os apetece que vayamos a El Retiro? Evidentemente nuestra respuesta era siempre la misma ¡siiii! Y allí nos llevaba día sí y día también.
Normalmente la cámara le acompañaba por eso tengo tantísimas fotos mías, le encantaba fotografiarnos, ya os conté en otro post (podéis verlo aquí) que además las revelaba él. Por cierto la foto que acompaña ese post también está hecha en El Retiro.
Pero a lo que iba, observaréis que en la foto poso estupendamente jejeje. Llevo el pelo corto porque mi madre decía que así se reforzaba el pelo y para que llevarla la contraría, a mi me daba igual, me veía monísima con el pelo largo o corto, así soy de presumida, que no creída, ya sabéis que la autoestima no es mi fuerte.
También veréis ¡que se me ven las braguitas! y es que me vestían siempre con vestidos y faldas cortísimas, debía ser la moda de entonces porque en casi todas las fotos las luzco y no debía de importarme mucho la verdad.
Lo de ratita presumida se mantuvo durante años pero lo de mi princesa se acabó en el momento que mi padre falleció. Aun así El Retiro seguía siendo nuestro destino todas las tardes, mis tías o mi madre se encargaban de que así fuera, éramos demasiado pequeños para saber que era la pena o la tristeza.
Pero aparecieron otros "nombres" como doña Dolores, y es que "siempre me dolía algo", mentira, no me dolía nada, pero me encantaba la aspirina infantil y creía que así me la daría mi madre, y me la daba si ¡pero era una cuchara con agua y azúcar! pero a mi me sabía igual, y "mágicamente" el dolor desaparecía.
También he sido Antoñita la fantástica y es que todo lo que me contaban en el cole o en el parque yo lo soltaba en casa, y como la mayoría eran mentiras de ahí el mote. Era tan ingenua como ahora ¡me lo creía todo!
El de pequeña dura hasta el día de hoy. Entonces por la edad, luego porque siempre he sido como una niña, después cuando empecé a trabajar por cariño y aun lo sigue haciendo más de uno, los demás se han ido jubilando, ahora por mi 1'54 cm. y como no voy a crecer más, supongo que seguiré siendo la pequeña aunque tenga 90 años. Que ahora trabajo (bueno estoy de baja pero todo se andará) con compañeras muy jovencitas ¡y me siguen llamando pequeña! Claro que es con cariño, que sino ya me encargo de callarles inmediatamente con mi pronto Naranjo, yo me quedo como nueva y el afectado no vuelve a pronunciar la palabra pequeña de por vida.
Hay algún apodo más de los que no me acuerdo, pero en cuanto las neuronas me los recuerden os lo cuento inmediatamente. Y de El Retiro seguiremos hablando, pero si os apetece reír un rato podéis hacerlo leyendo esta anécdota que tuvo lugar en la antigua Casa de Fieras del Parque El Retiro.
Si, soy yo, y no debía de tener más de cuatro años porque las hizo mi padre. Como veréis ya apuntaba maneras. Me llamaban la ratita presumida, es otro de los efectos secundarios que produce el gen Naranjo.
En la de la izquierda me estaba preparando para "mi sesión de fotos." Cada vez que veía a mi padre con la cámara ahí estaba yo dispuesta a posar, y tenía que asegurarme de "estar perfecta" y no, no es ninguna tontería, así me lo han contado y me lo creo ¡vaya si me lo creo! porque lo de ser presumida no fue algo de la infancia no, se mantiene de por vida os lo aseguro.
En la de la derecha estoy en mi querido y añorado Parque de El Retiro, con un patín sólo eso si, que estaba aprendiendo y tenía que ir despacito. Esos patines me duraron hasta hace bien poco con su funda y todo, los perdí en el parque del Campo de las Naciones un día que fuimos a patinar mi hija y yo, se nos olvidaron en un banco y no los volvimos a ver. Una pena después de tantos años, eran un recuerdo muy querido.
En cuanto mi hermano y yo oíamos llegar a mi padre corríamos al cuarto de estar, nos subíamos a los sillones y empezábamos a saltar y gritar ¡Papaaa! él venia, nos cogía en brazos y nos preguntaba ¿Como están mi princesa y mi Urtain? (por si alguien no lo sabe Urtain fue un boxeador de la época) Y nosotros encantados le llenábamos de besos esperando "la pregunta" ¿Os apetece que vayamos a El Retiro? Evidentemente nuestra respuesta era siempre la misma ¡siiii! Y allí nos llevaba día sí y día también.
Normalmente la cámara le acompañaba por eso tengo tantísimas fotos mías, le encantaba fotografiarnos, ya os conté en otro post (podéis verlo aquí) que además las revelaba él. Por cierto la foto que acompaña ese post también está hecha en El Retiro.
Pero a lo que iba, observaréis que en la foto poso estupendamente jejeje. Llevo el pelo corto porque mi madre decía que así se reforzaba el pelo y para que llevarla la contraría, a mi me daba igual, me veía monísima con el pelo largo o corto, así soy de presumida, que no creída, ya sabéis que la autoestima no es mi fuerte.
También veréis ¡que se me ven las braguitas! y es que me vestían siempre con vestidos y faldas cortísimas, debía ser la moda de entonces porque en casi todas las fotos las luzco y no debía de importarme mucho la verdad.
Lo de ratita presumida se mantuvo durante años pero lo de mi princesa se acabó en el momento que mi padre falleció. Aun así El Retiro seguía siendo nuestro destino todas las tardes, mis tías o mi madre se encargaban de que así fuera, éramos demasiado pequeños para saber que era la pena o la tristeza.
Pero aparecieron otros "nombres" como doña Dolores, y es que "siempre me dolía algo", mentira, no me dolía nada, pero me encantaba la aspirina infantil y creía que así me la daría mi madre, y me la daba si ¡pero era una cuchara con agua y azúcar! pero a mi me sabía igual, y "mágicamente" el dolor desaparecía.
También he sido Antoñita la fantástica y es que todo lo que me contaban en el cole o en el parque yo lo soltaba en casa, y como la mayoría eran mentiras de ahí el mote. Era tan ingenua como ahora ¡me lo creía todo!
El de pequeña dura hasta el día de hoy. Entonces por la edad, luego porque siempre he sido como una niña, después cuando empecé a trabajar por cariño y aun lo sigue haciendo más de uno, los demás se han ido jubilando, ahora por mi 1'54 cm. y como no voy a crecer más, supongo que seguiré siendo la pequeña aunque tenga 90 años. Que ahora trabajo (bueno estoy de baja pero todo se andará) con compañeras muy jovencitas ¡y me siguen llamando pequeña! Claro que es con cariño, que sino ya me encargo de callarles inmediatamente con mi pronto Naranjo, yo me quedo como nueva y el afectado no vuelve a pronunciar la palabra pequeña de por vida.
Hay algún apodo más de los que no me acuerdo, pero en cuanto las neuronas me los recuerden os lo cuento inmediatamente. Y de El Retiro seguiremos hablando, pero si os apetece reír un rato podéis hacerlo leyendo esta anécdota que tuvo lugar en la antigua Casa de Fieras del Parque El Retiro.
Bonito relato nostálgico Chary. La memoria es la vida y el echar la vista atrás de vez en cuando es gratificante. Tu padre tenia una gran modelo contigo, sabias posar como una profesional,..te lo dice uno que entiende. :-)
ResponderEliminarBesos!
Que lindos recuerdos, amén de fotos ;)
ResponderEliminarMe encanta historias verdaderas!!!TQM besotes
ResponderEliminarMi querida amiga: este escrito me ha encantado: por su frescura, por su ternura, por la alegría que irradias al recordarlo y por...... ¡dios tantas cosas!...
ResponderEliminar¡ay laMar! sólo hace falta abrir el cofre y encontramos tantos tesoros, aférrate a ellos y pídele a los reyes unos patines y vuela alto, muy alto.
Un abrazo, y gracias por la sonrisa dulce que me has dejado.
Hola @arkaitz
ResponderEliminarViendo mis fotos ayer decidí escribir estos recuerdos, son bonitos y me gusta recordarlos.
Para mi padre era la mejor jajajajaja, tengo álbumes y álbumes de fotos mías. Gracias mi niño ;)
Besos enormes
Hola @Pilar
ResponderEliminarSi, son preciosos para mi. Me acuerdo hasta el color de la falda, era azul, y mira que era pequeña, pero hay cosas que se mantienen en el recuerdo y no quiero olvidarlas. Gracias mi niña ;)
Besos enormes
Hola @Fiaris
ResponderEliminarJajajajaja, todo lo que cuento es verdad y lo sabes, sólo hay alguna vez que me dejo llevar por las musas, pero son las menos. Gracias mi niña ;) TQM
Besos enormes
Hola @Alondra
ResponderEliminarEstos recuerdos me vuelven a la infancia y me convierto en niña de nuevo, por eso está escrito así ¡soy una niña! jajajaja. Son buenos si, y tengo muchos similares a los que aferrarme y es lo que hago.
Y lo de los patines lo voy a hacer, gracias mi querida hada madrina ;)
Besos enormes
Si es que eras la verdadera ratita presumida... Y ya sabes el que tuvo retuvo.
ResponderEliminarSigue conservando esa ternura de los niños, te da un encanto especial.
Un beso mi niña.
Hola @Javier
ResponderEliminarSi, y aun lo soy y mucho, algo heredado y compartido con los Naranjo jejejeje.
Siempre seré una niña, quizás por mi ingenuidad o porque no quiero crecer. Creo que siempre seré Peter Pan. Gracias mi querido Gladiador ;)
Besos enormes
Bonitos recuerdos y no pierdas nunca la niña que llevas dentro.
ResponderEliminarPor cierto yo mido un centimetro menos que tu jajaja y siempre digo : El perfume y el veneno se venden en frascos pequeños. ¡¡ala !!.
Un abrazo
Hola @Lola
ResponderEliminarNo pienso hacerlo no te preocupes. Dos pequeñas estupendas y que alguien se atreva a decir lo contrario jajajaja. Gracias brujita ;)
Besos enormes
No presume el que quiere, sino el que puede, estas preciosa, con tu juventud radiante. Precioso relato lleno de cariño y nostalgia.
ResponderEliminarHola @Juan Antonio Jajajaja ¡colorada como un tomate me has dejado! Gracias mi niño ;)
ResponderEliminarBesos enormes