En mis manos

Acércate,
serán mis manos tu guía
en el camino que desees.

Son mis manos
ternura y locura,
caricia y tentación,
ilusión y sensatez.

Acércate,
mis manos serán
voz muda que entiendes,
que habla y escuchas.

Mis manos escribiendo
sencillas palabras
y silencios secretos.
Firmando sentimientos
y necesidad de ti.

Acércate,
mis manos mecerán tus sueños.

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En azul

Azul abrazando al rojo.
El azul de la calma,
el azul de la emoción.

Azul como el agua
y tú en su reflejo.
Azul como el día
que su luz incita.
Azul en la noche intima
que nos descubre.

Azul cálido
de tú conmigo
y yo a tu lado.

Azul de un después.
Azul de un antes.
Azul cediendo al rojo.

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En rojo

Rojos mis labios,
roja la sangre,
rojo el deseo,
rojo mi sueño,
rojo el fuego.

De rojo me siento,
Con rojo me cubro,
De rojo te espero.

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Inédita osadía

Desertaron invierno y otoño.
Huyó la oscuridad.
Ni el frío quedó.

Veo con la luz de tus ojos
y es tu cuerpo mi calor.
Vivo en cada estación que inventamos.

Renacemos en el extraordinario placer y la osadía de saciarnos.
Resurgimos entre inéditas ansias y la imaginación improvisando.

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Pretérito perfecto

Dejé a un lado la vergüenza

y entregué mi descaro.

Aprendí a enseñarte
tus caricias excitantes.
Descubrí las palabras
y susurrando enloqueces.

Dibujé con tus dedos
un camino en mi piel.
Sentí que tus besos
ni perdían ni dudaban.

Insinué con mis dedos
un camino en tu piel.
Compartí tu placer
en el paso del beso.

Presente, pasado, futuro,
atemporalidad del verbo. 

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Juguemos

¿Jugamos?
Juguemos.

Tu miras,
yo insinúo.
Me llamas,
me acerco.

Tu pides,
yo concedo.
Me acaricias,
me dejo.

Me besas,
te beso.
Me diriges,
te dejo.

Tu sabes,
yo también.

Me deseas,
te deseo.

¿Jugamos?
Juguemos.

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Cocinando momentos

Entrantes:
Te propongo algo divertido y jugoso que con, sólo, una pizca de sal reavive los sentidos.
Un vino blanco frío y afrutado calmará nuestra sed.

De primero:
¿Te parece bien algo templado?
Para continuar entonando nuestros cuerpos podemos mezclar la frescura con la calidez, al estilo mar y arena, con un buen aliño de ternura y descaro.

El segundo:
Contundente.
El vino será rojo pasión, con sabor y cuerpo que huela a tiempo imperecedero.
Sólo un plato para compartir en el que humee un fundido que envidien nuestros labios.
Irresistiblemente yo buscare tu lengua, tú encontrarás la mía.

De postre:
Algo dulce y excitante, una parte de chocolate y otra de canela, que convertirá nuestro menú en el incomparable inicio final.

Para terminar:
Descorcharemos un espumoso y frío cava para brindar sin dejar de mirarnos.

¿Quieres repetir?

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Lo intento

Intento sumar las palabras aun no hemos pronunciado.
Y me pierdo mirándote.

Intento crear un momento que te sorprenda.
Y me enredo observándote.

Intento intentar y tras tanto intento, abandono.

Y me distraigo contemplándote.

Pierdo la cordura con la visión de tu cuerpo, y no quiero negar la tentación de intentar acercarme.
Pero tú ya me esperabas.

Mereció la pena el intento.

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La ley de tu aroma

Dejé que el agua resbalara en mi cuerpo y noté que tu fragancia era ya la mía.
¿Cual será la fórmula?

¿? Dosis de ternura.      ¿? Dosis de miradas.      ¿? Dosis de amor.          ¿? Dosis de besos.   
¿? Dosis de caricias.     ¿? Dosis de cuerpos.      ¿? Dosis de palabras.     ¿? Dosis de más.

¿Se podría elaborar? No quiero que me falte.

¿Sabes tú como se hace?

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Me gustan tus manos

Me gusta ser mujer,
tener las formas que admiras.

Me gusta cuando te acercas,
desabrochas mi escote
y acaricias mis pechos,
dulce, suavemente,
como si fueran un tesoro.

Me gusta cuando
los besas y ellos,
agradecidos, se erizan.

Me gusta cuando
alcanzas mi cuello
y al oído me susurras
cuanto me amas,
cuanto me deseas.

Me gustan tus manos
hábiles y expertas
que acarician mi cuerpo,
y saben cuando,
y saben donde.

Me gusta cuando
se acercan despacio
recorriendo mi vientre,
avivando el fuego
y la urgencia en mi deseo.

Me pierdo en tu brío
cuando entras en mi,
y en ese momento
creo en el Cielo.

Me gusta ser mujer,
tener las formas que admiras.

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Piel grabada

Quedó tu piel grabada en la mía.

No hay señales de propiedad, ni marcas a fuego, ni compromiso de posesión, ni amarres a ti.
Hay libertad de amarte, respirarte a mi lado, caricias a besos y cuerpo solícito.
Palabras tatuadas por mi voluntad, pronunciadas en la intimidad, nombradas con franqueza.

Quedó mi piel grabada en la tuya. Quedó tu piel grabada en la mía.

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Tiempo ausente

Llegas y en tus labios rebosan los besos.
Añades sonrisa, delicadas palabras y la primera caricia.
Tú me ganas con ternura y yo te alcanzo con dulzura.

Y el tiempo desaparece.

Juego con tu pelo y mis manos se impregnan de ti.
Dibujo tus facciones suavemente con mis dedos.
Nada ni nadie nos interrumpe. Lo demás, hoy y ahora, sobran.

Y el tiempo no existe.

Con nosotros, el deseo y la calma.
Para nosotros, cada roce y caricia.
De nosotros, la pasión y la prisa.

Y el tiempo permanece ausente.

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Tiene algo el Amor

Tiene algo el Amor,
sentimiento y sinrazón,
felicidad sin hartura.

Tiene algo el Amor, 
necesidad y pasión,
urgencia y deseo.

Tiene algo el Amor,
tu presencia y mi locura.

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¿No es maravilloso?

Tú la estrella de mis sueños.
Tú el argumento de mi deseo.

Tú, solamente tú, siempre tú.
En mi sólo tú, simplemente tú.

Míos son los sentimientos,
mías las palabras que aguardan
en mi pecho y mi voz quiere
susurrarte, donde quieras,
como quieras, cuando quieras.

Tú el argumento de mi deseo.
Tú, solamente tú, siempre tú.

Tú mi razón, tú mi cordura.

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El silencio de la noche

Con el silencio de la noche
y la oscuridad como aliada,
voy susurrando sueños.

Un te quiero sin hablar,
deseos sin gritar,
roces buscados,
besos callados.

Los ojos abiertos
y con apenas voz,
me recreo en el placer
que me da tu cuerpo.

Con el silencio de la noche
y la oscuridad como aliada,
voy susurrando deseos.
Bajito, casi en silencio
para que no te despiertes. 

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Todo

Conozco cada parte de ti.
Sabes cada poro de mi.
Respondo a cada roce.
Te unes al instante.

Te reclamo todo.
Te das entero.
Tus manos,
mi piel.
Mis manos,
tu piel.

Mi placer,
tu placer.
Sólo tú,
sólo yo.

Te adentras en mi.
Tú sin querer salir,
yo sin dejarte ir
nos entregamos
al frenético ritmo.

La respiración acelerada,
tu sexo y el mío
conjugando el presente.

Aquí y Ahora.

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Caricias exactas

Hay un deseo infinito,

una pasión inmensa.

Labios que buscan

esa boca abierta.

Besos que esperan

esos besos compartidos.

Caricias exactas,

concretas, precisas,

manos expertas

que aprendieron

en los sueños.

Un cuerpo ardiente

esperando tu entrega

desmedida, incontrolable.

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Calor con sabor

Me acerco a ti
atraída por el calor
que emana tu cuerpo.

Calor que huele a placer.
Calor que sabe a deseo.

Me acerco aun más
y con solo rozarte
el calor se vuelve fuego.

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Soy tuya

Respirar tu olor iluminó la noche.
Escuche tus pasos ganando mi espalda.
Crecí en tus manos rodeando mi cintura.

Ese roce erizó mi piel que exigió más.
Celebré las manos cuyo tacto mi cuerpo enardece
y las acompañe en la búsqueda de mi pecho.

Besé tus besos y acompañe tu lengua.
La guíe hasta recónditos paisajes
donde se funden ardor y furor.

A tus susurros respondieron peticiones.
A tus demandas firmé mi entrega
y nuestros cuerpos afirmaron intenciones.

Si, soy tuya.

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No me regales flores

No me regales aromáticas rosas, es el olor de tus caricias lo que quiero.

No me regales la pasión en rosas rojas, es la tuya la que deseo.

No me regales hermosas margaritas, son tus besos lo que busco.

No me regales coloridos ramos, prefiero el tono que pinta tu abrazo.

No quiero ramilletes, es cada una de tus intenciones lo que me seduce.

No quiero flores, las descubro en cada rincón de tu cuerpo.

No me regales flores, dame un momento que se convierta en días y noches.

No me regales flores, no hay pétalo tan delicado como tu amor.

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