Soy hija, sobrina, prima y amiga de funcionarios de la administración, educación y sanidad. De parados, de discapacitados, de necesitados, ...
Mi madre JAMÁS faltó a su trabajo en el Ministerio ni aunque yo estuviera enferma. Cuando lo hizo fue por causas totalmente justificadas y presentando los papeles que así lo acreditaban. Mi tía, con cuatro hijos, actuó exactamente igual.
No son dos excepciones, son sólo dos ejemplos de la responsabilidad laboral en funcionarios de la Administración.
Esta es la realidad. Son trabajadores y ejercen su labor como lo que son, TRA-BA-JA-DO-RES.
¿La diferencia con los que están en empresas privadas? Unos aprobaron sus oposiciones y otros superaron una o varias entrevistas.
Una de mis primas es enfermera, otra médico-pediatra, las dos en la Sanidad Pública y luchando por lo que, saben, es una injusticia.
La médico-pediatra estaba ayer en la que han llamado 'Manifestación blanca' al igual que ha estado en otras, en otros actos públicos o redactando comunicados de prensa. Ha estado al pie del cañón siempre.
Ya siendo MIR era fiel defensora de la sanidad pública, y de esto hace ya unos cuantos años.
Yo también.
Me indigna, se me cae la cara de vergüenza al ver los contratos de trabajo que se están haciendo a los que QUIEREN Y NECESITAN TRABAJAR.
No entiendo los recortes sociales que, como siempre, afectan a los más débiles.
¿Pagar el transporte en ambulancia? Quien ¿A los que necesitan recibir semanalmente quimio o radioterapia porque tiene cáncer, o diálisis, o rehabilitación y el hospital más cercano está a 200 km. y no pueden desplazarse de otra manera y carecen de recursos?
Mi niño ha empezado este año el 'cole'. Un colegio de Enseñanza Publica ¿Podrá continuar su educación tal y como sus padres quieren que sea? Con esa intención le matricularon y tienen todo el derecho ha hacerlo.
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Llega la Navidad, las ciudades se iluminan, comidas, cenas, regalos y vuelta a empezar.
Anoche escuchaba las noticias de 'Antena 3' y, de repente, una de ellas me hizo levantar la cabeza y prestar atención.
Un pueblo en Alicante reparte el dinero de las luces navideñas a 10 familias sin recursos
El municipio de Daya Vieja, un pueblo de 800 vecinos al sur de Alicante, ha repartido entre diez familias con problemas económicos, cinco de ellas con niños, los 2.300 euros que tenía previsto gastar en las luces de Navidad.
Apenas 800 personas nos dan una lección de solidaridad y una solución real.
No necesito luces, ni árboles que destellen, ni belenes tamaño natural. Sé de sobra que 'fiesta' estamos celebrando, pero quiero soluciones, medidas, EXIJO realidad.
Esos millones de euros, y otros muchos más, que sólo 'iluminarán' hasta el 8 de Enero del año que viene, tienen dueños y no son los políticos.
Pertenecen a los más perjudicados por su nefasta gestión.