Este es el primer video que edité, más bien hice lo que pude, pero me sirvió de experiencia para hacer otro, muchísimo más bonito, con imágenes del primer año de mi niño.
El que os enseño ahora lo publiqué el 12/11/09, tenía el blog 6 meses.
Fue un experimento, y aunque el resultado estético no me disgustó, el audio era un autentico desastre y no por el fondo musical.
De lo que se trataba realmente era poner imagen y música a la voz que leía el texto, la mía.
Grabaciones de voz he hecho miles pero los medios no tenían nada que ver, aquellos eran profesionales y el micrófono que yo utilicé para el video era muy sencillito, captaba todos los sonidos exteriores y, de repente, distorsionaba la voz.
Que se oía en la lejanía algún ladrido y yo parecía acatarrada por momentos, para resumir.
Cerré todas las puertas de casa y me encerré en la habitación más lejana, traté de mejorar aquellos fallos pero conseguí muy poquito.
Me había comprometido y antes de arrepentirme le di al botón de publicar.
De aquellas grabaciones no queda ninguna, lamentablemente, las cintas se volvían a utilizar y grababa de nuevo sobre ellas. Eran acciones o actos muy puntuales y no tenía sentido guardarlas, claro que si llego a saber que desaparecen, poco después, las cintas como formato de audio me hubiera quedado con más de una.
El video ya no tiene voz, evidentemente, pero es el mismo de entonces. La foto de arriba y la del inicio del montaje corresponden a la imagen del blog en aquel momento.
El que os enseño ahora lo publiqué el 12/11/09, tenía el blog 6 meses.
Fue un experimento, y aunque el resultado estético no me disgustó, el audio era un autentico desastre y no por el fondo musical.
De lo que se trataba realmente era poner imagen y música a la voz que leía el texto, la mía.
Grabaciones de voz he hecho miles pero los medios no tenían nada que ver, aquellos eran profesionales y el micrófono que yo utilicé para el video era muy sencillito, captaba todos los sonidos exteriores y, de repente, distorsionaba la voz.
Que se oía en la lejanía algún ladrido y yo parecía acatarrada por momentos, para resumir.
Cerré todas las puertas de casa y me encerré en la habitación más lejana, traté de mejorar aquellos fallos pero conseguí muy poquito.
Me había comprometido y antes de arrepentirme le di al botón de publicar.
De aquellas grabaciones no queda ninguna, lamentablemente, las cintas se volvían a utilizar y grababa de nuevo sobre ellas. Eran acciones o actos muy puntuales y no tenía sentido guardarlas, claro que si llego a saber que desaparecen, poco después, las cintas como formato de audio me hubiera quedado con más de una.
El video ya no tiene voz, evidentemente, pero es el mismo de entonces. La foto de arriba y la del inicio del montaje corresponden a la imagen del blog en aquel momento.