Hay caricias
que producen deseo, anulan la razón
y desordenan nuestro orden.
Hay miradas
acariciando la piel, aprendiendo
cada surco y rincón concedido al aire.
Hay palabras
que acarician con la urgencia
de un beso y la avidez de unas manos.
Hay caricias
que son sólo nuestras,
amantes e íntimas.
que producen deseo, anulan la razón
y desordenan nuestro orden.
Hay miradas
acariciando la piel, aprendiendo
cada surco y rincón concedido al aire.
Hay palabras
que acarician con la urgencia
de un beso y la avidez de unas manos.
Hay caricias
que son sólo nuestras,
amantes e íntimas.
Las caricias
Manuel Altolaguirre (1905-1959)
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
Manuel Altolaguirre (1905-1959)
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!