Esa mirada con apariencia de perderse en el infinito no esta ausente. Ni desorientada ni aturdida, ni confusa ni enredada.
Esa mirada, contempla la tenue linea que traza el horizonte con la determinación de averiguar que secretos esconde tras él.
Un único horizonte como dueño y cuna del color. El del Alba y el Ocaso, luz y tormenta, visible e invisible.
En la claridad de sus ojos y la certeza de su visión no caben espejismos. El semblante es equilibrio, la declaración de emprender su aventura hacia el enigma.
Más allá del horizonte tienen forma el testimonio y etiqueta el legado, matiz la pregunta y cualidad la respuesta, porte el donde y aire el como, recurso la duda y perspectiva la contrariedad.
Esa mirada, mi mirada, aparentemente perdida en el infinito no esta ausente.
Contempla la tenue linea que traza el horizonte con la decisión de ir hacia él.
Quiero llegar más allá del horizonte.
Esa mirada, contempla la tenue linea que traza el horizonte con la determinación de averiguar que secretos esconde tras él.
Un único horizonte como dueño y cuna del color. El del Alba y el Ocaso, luz y tormenta, visible e invisible.
En la claridad de sus ojos y la certeza de su visión no caben espejismos. El semblante es equilibrio, la declaración de emprender su aventura hacia el enigma.
Más allá del horizonte tienen forma el testimonio y etiqueta el legado, matiz la pregunta y cualidad la respuesta, porte el donde y aire el como, recurso la duda y perspectiva la contrariedad.
Esa mirada, mi mirada, aparentemente perdida en el infinito no esta ausente.
Contempla la tenue linea que traza el horizonte con la decisión de ir hacia él.
Quiero llegar más allá del horizonte.