Ella preguntó:
- ¿Me quieres?
Y él contestó mientras la abrazaba:
- ¡Claro que te quiero!
¿Por qué lo preguntas?
- No sé ...
- ¿No te lo demuestro cada día?
- ¡Si!
- ¿Entonces?
- Me gusta escucharlo.
A veces necesito que me lo digas.
Él sonrió y tras un beso le dijo:
- ¡Te quiero!
Ella sonrió le devolvió el beso
y le susurro al oído:
- ¡Te quiero!
- ¿Me quieres?
Y él contestó mientras la abrazaba:
- ¡Claro que te quiero!
¿Por qué lo preguntas?
- No sé ...
- ¿No te lo demuestro cada día?
- ¡Si!
- ¿Entonces?
- Me gusta escucharlo.
A veces necesito que me lo digas.
Él sonrió y tras un beso le dijo:
- ¡Te quiero!
Ella sonrió le devolvió el beso
y le susurro al oído:
- ¡Te quiero!