Se ha hecho tarde. Ando deprisa. Empieza a llover y no llevo paraguas. Me paro y dejo que las gotas de agua mojen mi cara, no importa, incluso me alivia.
Es lluvia de primavera, la que huele a limpio, a tierra y hierba. Es el agua que trae vida nueva, repara la herida y resucita la desahuciada.
Me estoy mojando y la gente me mira ¿Y que? Estoy recibiendo un nuevo bautismo, el de la esperanza.
A partir de ahora el mundo cambia, nos despojamos de los abrigos y lucimos una piel nueva, la que atrae las miradas, esa que apetece acariciar aunque sea desconocida. La luz es brillante y dura más para poder recuperar hábitos perdidos, pasear, conversar en una terraza con los amigos y acostarnos tarde. La oscuridad quedará limitada a la noche y al sueño.
Vuelven los sonidos olvidados, los niños jugando en la calle, las hojas de los arboles y los pájaros.
Nuestro cuerpo nos pide el calor de otro cuerpo. Queremos caricias y damos cariño.
Poco a poco reaparece el color. El gris de los arboles se corona en verde y las flores nos regalan su mejor pose. Las camisetas recuperan su protagonismo y mires donde mires encuentras toda la gama de colores.
A partir de ahora se impone la alegría, para unos llega el final del curso y para otros se acercan las vacaciones.
No me miréis, disfrutad del renacimiento. Mirad más allá de vuestro ombligo y respirad ¿No veis lo que está pasando?
Se ha hecho tarde pero no me importa, ando despacio, sintiendo la lluvia.
Ya llegara el otoño y después el invierno y nos volveremos a esconder entre nuestros abrigos y la oscuridad, pero para eso aún queda mucho tiempo.
Ahora el Mundo es verde, el color de la esperanza.
Es lluvia de primavera, la que huele a limpio, a tierra y hierba. Es el agua que trae vida nueva, repara la herida y resucita la desahuciada.
Me estoy mojando y la gente me mira ¿Y que? Estoy recibiendo un nuevo bautismo, el de la esperanza.
A partir de ahora el mundo cambia, nos despojamos de los abrigos y lucimos una piel nueva, la que atrae las miradas, esa que apetece acariciar aunque sea desconocida. La luz es brillante y dura más para poder recuperar hábitos perdidos, pasear, conversar en una terraza con los amigos y acostarnos tarde. La oscuridad quedará limitada a la noche y al sueño.
Vuelven los sonidos olvidados, los niños jugando en la calle, las hojas de los arboles y los pájaros.
Nuestro cuerpo nos pide el calor de otro cuerpo. Queremos caricias y damos cariño.
Poco a poco reaparece el color. El gris de los arboles se corona en verde y las flores nos regalan su mejor pose. Las camisetas recuperan su protagonismo y mires donde mires encuentras toda la gama de colores.
A partir de ahora se impone la alegría, para unos llega el final del curso y para otros se acercan las vacaciones.
No me miréis, disfrutad del renacimiento. Mirad más allá de vuestro ombligo y respirad ¿No veis lo que está pasando?
Se ha hecho tarde pero no me importa, ando despacio, sintiendo la lluvia.
Ya llegara el otoño y después el invierno y nos volveremos a esconder entre nuestros abrigos y la oscuridad, pero para eso aún queda mucho tiempo.
Ahora el Mundo es verde, el color de la esperanza.
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