A la hora de buscar apoyo o respuestas, a pesar de mis dudas hay algo que tengo muy claro, la religión no es mi solución.
Por favor que nadie se sienta ofendido, respeto profundamente las creencias de cada cual, hablo de mí y espero que me entendáis.
Mujer nacida en la década de los 60 en España ¿Empezáis a comprender? Y ahora añado que fui educada en un colegio de monjas sólo para niñas.
Pues si después de esto llegáis a alguna conclusión os adelanto que podéis estar equivocados.
En aquella España de la dictadura la religión era "sagrada", o eras católico, apostólico y romano o eras "rojo", con las terribles consecuencias que ello suponía. Así de fácil, se determinaba la ideología política sólo con saber si ibas a misa de domingo o no.
En mi casa simplemente no se hablaba de religión, nunca me impusieron ninguna creencia, me dejaron decidir y eso era muy raro en aquella época.
Ahora entramos en mi etapa escolar. Ya sabéis que me eduque con las monjas desde los cuatro años hasta los dieciocho, pero tengo que deciros que mis recuerdos son excelentes.
Mis padres dieron con la única congregación que no imponía la religión por encima de todo. Fueron de las primeras en prescindir de los hábitos, tenían licenciaturas y doctorados universitarios, jamás nos obligaron a rezar el rosario ni ir a misa, nos llevaban a ver películas como Jesucristo Superstar, resumiendo, nada que ver con lo habitual de aquella época.
De entre todas las profesoras que tuve a lo largo de mi educación, seglares y religiosas, las mejores fueron sin duda las monjas. Cuando llegué a octavo más o menos, íbamos a misa porque nos dejaban llevar las guitarras y cantar canciones que, en otros sitios, estaban prohibidas.
A partir de BUP las clases de religión desaparecieron para dar paso a debates sobre temas que a nuestra edad eran vitales.
Me enseñaron a pensar y a defender mis posturas y sólo por esto se ganaron mi más profundo respeto.
Gracias a la educación que recibí respeto las creencias de cada uno, políticas y religiosas, siempre y cuando no sean extremistas ¿Cuantas guerras se han iniciado en nombre del Dios de turno?
Pero NO, la religión no es mi solución porque en ella no encuentro consuelo ni apoyo ni redención.
Si me preguntáis si creo en algo os tengo que contestar que sí, creo que tiene que haber algo más allá pero no puedo ponerle nombre.
Por favor que nadie se sienta ofendido, respeto profundamente las creencias de cada cual, hablo de mí y espero que me entendáis.
Mujer nacida en la década de los 60 en España ¿Empezáis a comprender? Y ahora añado que fui educada en un colegio de monjas sólo para niñas.
Pues si después de esto llegáis a alguna conclusión os adelanto que podéis estar equivocados.
En aquella España de la dictadura la religión era "sagrada", o eras católico, apostólico y romano o eras "rojo", con las terribles consecuencias que ello suponía. Así de fácil, se determinaba la ideología política sólo con saber si ibas a misa de domingo o no.
En mi casa simplemente no se hablaba de religión, nunca me impusieron ninguna creencia, me dejaron decidir y eso era muy raro en aquella época.
Ahora entramos en mi etapa escolar. Ya sabéis que me eduque con las monjas desde los cuatro años hasta los dieciocho, pero tengo que deciros que mis recuerdos son excelentes.
Mis padres dieron con la única congregación que no imponía la religión por encima de todo. Fueron de las primeras en prescindir de los hábitos, tenían licenciaturas y doctorados universitarios, jamás nos obligaron a rezar el rosario ni ir a misa, nos llevaban a ver películas como Jesucristo Superstar, resumiendo, nada que ver con lo habitual de aquella época.
De entre todas las profesoras que tuve a lo largo de mi educación, seglares y religiosas, las mejores fueron sin duda las monjas. Cuando llegué a octavo más o menos, íbamos a misa porque nos dejaban llevar las guitarras y cantar canciones que, en otros sitios, estaban prohibidas.
A partir de BUP las clases de religión desaparecieron para dar paso a debates sobre temas que a nuestra edad eran vitales.
Me enseñaron a pensar y a defender mis posturas y sólo por esto se ganaron mi más profundo respeto.
Gracias a la educación que recibí respeto las creencias de cada uno, políticas y religiosas, siempre y cuando no sean extremistas ¿Cuantas guerras se han iniciado en nombre del Dios de turno?
Pero NO, la religión no es mi solución porque en ella no encuentro consuelo ni apoyo ni redención.
Si me preguntáis si creo en algo os tengo que contestar que sí, creo que tiene que haber algo más allá pero no puedo ponerle nombre.
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