21 julio 2009

Reivindicando mis derechos

Reivindicando mis derechos

Conversación casi habitual, cualquier día medio normal con los de casi siempre:
- ¿Visteis ayer a en el programa I?
- ¡Si! como se puso cuando le preguntó por U y le enseñó T
- ¡Es verdad! no tiene vergüenza, porque fijate como le puso A y lo que dijo de I
- Pues D no se quedo atrás, que mira lo que dijo de y A

Y yo, que formo parte del grupo, con cara de no enterarme de nada y sin poderlo disimular, así que cuando todos se vuelven hacia mi para que participe en la conversación se dan cuenta de que no sé de que hablan, y me miran como si yo fuera extraterrestre (aprovechando el aniversario del primer paseo Lunar). Lo que continua es que me informan detalladamente de lo están hablando (programa de corazón o reality show) y mi explicación de que no me gustan esos programas. A partir de aquí se inicia el consiguiente debate en el que por supuesto no me dejan meter baza.

¡Vamos a ver! Soy mujer, mayor de edad (46 concretamente), nacida en Madrid y con nacionalidad española, vivo en España que es un país democrático y cuya constitución defiende la libertad de expresión y de pensamiento ¿Es qué aun no se han enterado?

El año que emitieron el primer "Gran hermano" lo vi  como creo que la inmensa mayoría por la novedad, por aquello del fenómeno sociológico que tanto repitió Mercedes Milá, periodista a la que admiro desde sus inicios como entrevistadora y que sigo hoy en sus programas de investigación. Pero como experiencia, aquella fue más que suficiente para mi.
Sentarme delante del televisor a ver como unas personas desconocidas se dedican a pasar el día entre críticas, insultos y tocandose los huevos/ovarios a dos manos, pues la verdad no es mi plan ideal para una tarde o una noche.

Cuando vi el primer capítulo de "Aida" (Telecinco), en el que la hija le razona que no quiere estudiar porque cuando cumpla los 18 años se va a meter en un reality y que luego va a vivir de las portadas de las revistas y de los programas del corazón, me di cuenta de que el "fenómeno sociológico" empezaba a ser peligroso.

Por favor que nadie me malinterprete, creo firmemente en la libertad de cada uno y en que cada cual decide como ganarse la vida. Lo preocupante es como las diferentes cadenas de televisión sacan provecho de todo esto.

El que una persona vaya a un programa a contar los detalles más escabrosos de su vida intima (verdaderos o no) y se preste a que la vapuleen en directo ante miles de espectadores es decisión de el/ella, el problema es la cantidad de plataformas que se la/lo rifan.

¿Qué hago para librarme de estos programas? Asumiendo que quiero seguir viendo la televisión, hago zaping hasta que encuentro algo que me guste. En la sobremesa lo tengo claro, "Se lo que hicisteis" (¡Ay! mi adorado Ángel Martín) y los programas que le siguen por la tarde en la misma cadena tampoco están nada mal, humor y ficción. Y las noches las paso entre series y/o películas, libros y este blog.

Pero bueno, a lo que voy que ¡Tengo derecho a que no me gusten cierto tipo de programas y no sentirme diferente por ello!

7 comentarios :

  1. Hola!
    no conozco mucho de TV española pero puedo decirte que la de mi país es tan deformante como la de cualquier otra parte.
    venden ilusiones y confunden, sobre todo a los adolescentes, ni que decir de los mas peques.
    siento como vos que uno elige, en mi caso:no ver tv.
    beso

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  2. ¡Por supuesto! Todo el derecho del mundo. A mí me encantan los Concursos: Saber y Ganar, Password, Pasapalabra... y estaba enganchada a Fama: A Bailar(que también tengo derecho, ja, ja)
    Abrazos

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  3. Hola Vir! gracias por encontrar mi blog y por tu comentario. Yo la mayoría de las veces opto también por no ver la tv y me dedico a seguir descubriendo casas muy interesantes en este mundo del blog que es nuevo para mi. Un abrazo.

    Ligia! acabo de estar en tu blog y todavía estoy disfrutando del buen humor que me ha causado tu post. Echaba de menos poder leerte. Un abrazo enorme.
    PC comparto tus gustos televisivos.

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  4. Pues creo que tengo una televisión pero no se exactamente dónde está... creo que me costaría encontrar el botón del ON... tampoco tengo TDT... ni falta que me hace.
    Lo mejor es cuando lo digo... jeje, ganando puntos de bichillo raro...

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  5. Hola Anita! de bichillo raro nada, lo que pasa es que no todo el mundo se atreve a decir que no ve la televisión, ¡te miran con una cara! Un abrazo enorme.

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  6. Hola,

    Reconozco que este es el segundo año que sigo gran hermano. Lo hice en su primera edición y lo estoy haciendo en esta. No asiduamente, pero sí con cierto interés. Como programa de índole sociológico no está mal. El problema son los complementos que le introducen y que los concursantes participan con la idea preconcebida de que van a un concurso en el que tienen que hacer todo lo posible por ganar el premio. Es un reality que expone la convivencia como un show. No es real. : )

    La realidad reside en que ese dinero que están malgastando por una serie de ratones humanos y en pos de la audiencia, podría ser empleado en crear escuelas en los lugares donde la convivencia es víctima de la pobreza.

    Abrazos llenos de brazos : )

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  7. Hola Chema! Tienes toda la razón. Hoy priman los niveles de audiencia en detrimento de la calidad. Los participantes saben lo que les puede o no dar publicidad y ahí desaparece la naturalidad.
    Un abrazo enorme

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