15 septiembre 2009

Lo que nunca debería haber sido

Lo que nunca debería haber sido

Los abuelos son esas personas entrañables que regalan cariño, acceden a nuestros caprichos y nos miran con complicidad mientras los padres luchan en su papel de educar.

No conocí a mis abuelos paternos, mi padre y sus hermanos quedaron huérfanos muy pronto, sin embargo adopté como propios los abuelos de mis primos.
Uno de ellos falleció poco después que mi padre pero guardo un recuerdo de inmenso cariño, de un hombre inteligente y afable que nos acogió como nietos propios.
Del otro guardo los muchos momentos que pasé con él, vacaciones, fines de semana, etc., mi hermano y yo éramos dos nietos más y nos regaló cariño y atención. Era un hombre integro, amante de su familia y trabajador aun estando jubilado.
Se nos fue poco antes de que naciera mi hija y dejó un vacío imposible de llenar.
Uno de sus hijos se casó con la hermana mediana de mi madre, pero no fue eso lo que le convirtió en mi tío, lo hizo su amor por nosotros. Es lo más parecido a un padre que he tenido, siempre ha estado y aun está cuando le necesitamos.

A los abuelos maternos si los conocí ... desgraciadamente.
Ella era una mujer absorbida por la devoción a su hombre, criticona hasta provocar enfrentamientos entre sus propias hijas, hermética sobre su vida y temerosa de que se conociera.
Él ... él estaba ahí, siempre en pijama y sentado frente al televisor, sólo se levantaba para irse a la cama o para ir al baño. Era un hombre vago que obligo a que sus hijas trabajaran para poder vivir del cuento.

Cuando mis tías se casaron mi madre no tuvo más remedio que recurrir a sus padres para que nos cuidaran los fines de semana. Ella entonces trabajaba los sábados así es que los viernes por la tarde nos llevaba a casa de los abuelos y nos recogía el domingo por la mañana.

Ella nunca supo, ni siquiera imagina lo que allí pasaba.
Los sábados mi abuela se iba a la compra y nos dejaba con él. Yo tendría cinco o seis años y esos momentos en que estábamos a solas él los aprovechaba para tocarme y abusar de mi.
No recuerdo cuanto duró, ni siquiera sé si alguna vez hice algún comentario al respecto desde mi visión infantil a mi abuela y se tomó como tal, no lo sé, por qué estoy segura de que si mi madre hubiera sabido algo habría puesto punto y final a la situación y la hubiera denunciado.

Estos recuerdos han estado siempre ahí, agazapados esperando el momento para hacer daño. Como ocurrió poco después de casarme, que me asaltaron sin previo aviso haciéndome sentir sucia cada vez que mi marido se acercaba. Se lo conté porque tenia que hacerlo, porque no quería perderle y necesitaba ayuda. Él me entendió, siguió a mi lado y los malos recuerdos volvieron a esconderse.

Hasta que llegó la depresión y salieron de nuevo y esta vez sin intención de irse. La terapeuta ahonda en ellos y me pregunta como me sentía ¡y yo que sé, solo era una niña! entonces no había tanta información como hay hoy, ni siquiera la televisión o los periódicos hablaban de estos casos. No sé lo que pensaba en esos momentos, ni sé lo que sentía, no lo sé.
Sé que no lloré cuando murió, que nunca le tuve cariño, que el recuerdo de su olor me produce arcadas, que no soporto el olor a tabaco en el cuarto de baño por que él fumaba mientras se afeitaba, que los hombres mayores con algún parecido a él me repugnan y lo siento porque ellos no tienen culpa.

Cuarenta años sin enfrentarme a estos recuerdos son muchos años y averiguar hasta que punto afectaron a mi personalidad está siendo muy penoso.
Ya he asumido que no tengo nada que perdonarme porque no hice nada malo y sé que soy yo la víctima.

Ahora sólo queda aprender a vivir con ello sin que duela y poder hablar de ello sólo como un mal recuerdo.

18 comentarios :

  1. Querida amiga de palabras: estoy segura que escribir esta historia te costó sangre, sudor y lágrimas pero siento que es un paso más para deshacerte de ese maldito fantasma que seguía hibernando en tu interior…
    No puedes cambiar el pasado, lo que sucedió, sucedió, pero estás demostrando que tienes mucho valor para enfrentar el futuro.
    En tu mente hay guardadas muchas imágenes, eres dueña de elegir con las que quieras quedarte...
    Un enorme abrazo de palabras pero sincero y lleno de ternura.

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  2. Las familias son personas que nos las encontramos, en mi caso si me hubieran dado la oportunidad de elegir a mis abuelos o a mis tíos... desde luego que no hubieran sido ninguno de los que me tocó en el sorteo de parientes.
    Mis abuelos ya no viven, se fueron pronto... pero sus recuerdos son de los que suelo evitar.
    Sólo tengo tíos paternos... y bueno... sin comentarios para ellos son la ovejilla negra de la familia, la rara, la que no sigue las normas establecidas... vamos encantadora.
    Pero bueno, yo soy como soy... y a estas alturas casi que no voy a cambiar y además me encanta hacerles hablar ;)

    Ahí va el rollo!!!

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  3. Querida lamar ...no te sientas mal...quien lo hizo mal fue él...tienes mucha suerte un marido que fue capaz de entenderte y en quien confiaste...

    Es lamentable tener que vivir situaciones asi pero eso no debe hacerte sentirte debil, al contrario siente fuerte ...de poder contarlo, de ayudar a otros que lo hayan pasado ...

    Puede parecer obsceno lo que te digo...pero riete ...riete de ese mal abuelo con el ejemplo que nos diste el otro día de ser abuela ....

    Todos tenemos malos recuerdos en la vida ...no hagas de estE mal recuerdo algo especial ...olvidalo...son muchos años ya...no merece la pena ...vuelcate en tu vida y en tus buenos recuerdos...lo demás entierralo como al abuelo sin ninguna lágrima ...sin ninguna pena y con toda la ilusión del mundo por haber vuelto a empezar y dar todo eso bueno que tienes dentro de ti para dar

    UN BESO MUY GRANDE DESDE EL FONDO DE MI CORAZÓN

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  4. maravillosamente contado
    único en su esencia LaMar, aunque duela...

    te acompaño desde tan lejos

    abrazo enorme

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  5. Hola Alondra! Si, casi las mismas que me costó hablar de ello por primera vez. Ahora busco la relativa normalidad en mi vida. Gracias por la ternura por que es algo que me gusta encontrar.
    Un abrazo enorme.

    Hola Anita! yo también cambiaba a más de uno. Yo he sido la cabeza loca, la irresponsable, a la que todos se creen con derecho a dar su opinión sobre mi actitud. Lo que no saben es que hace mucho tiempo que no les escucho.
    Un abrazo enorme y enrollado.

    Hola Azul! En eso estoy, intentando enterrarlos pero por que soy yo la que quiero hacerlo y no los recuerdos los que se esconden. Lo más difícil ya lo hice y fue hablar de ellos, ahora queda colocarlos en su sitio.
    Un abrazo enorme para ti y tu alma grande.

    Hola Vir! Gracias mi niña, duele pero cada vez un poquito menos. Se que con paciencia y tiempo solo serán recuerdos, solo eso.
    Un abrazo enorme

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  6. Mis abuelos maternos no los conocí, a los paternos, no recuerdo el trato con ellos, pero sé lo que le hicieron a mi padre, y ni se lo perdonaré ni se lo perdono. A la misa de mi abuelo ha sido la única misa en la que he entrado, y fue por un motivo, que a mis 8 años y aún hoy lo tengo claro, fue para que cuando el cura dijera aquello de arrodillaos y pensad el, ver como todo el mundo se agachaba, ver como todo el mundo cumplía con el papel, y ver como, cogido de la mano de mi padre que tenía a mi lado, yo me quedaba de pie, firme , con la cabeza bien alta, desafiando y dejando claro, que lo que allí estábamos despidiendo, por mi, no era merecedor del descanso eterno.

    Mi historia a tu lado no es nada, tu historia es la de la repudia, la del infierno en vida, la de una herida que nunca se curará, pero que con buena compañía se hace más llevadera. Alabo tu fuerza para expresarlo, para contarlo, para gritarle al mundo lo que hizo y señalar con el dedo al culpable.

    Aquí estamos para las celebraciones, y aquí seguiremos para poner el hombro si hay que llorar, pero hoy no hay que llorar, hoy hay que levantarse, al igual que en aquella misa, con la cabeza bien alta, orgullosa de tu vida, y de la decrépita del abusador.

    Un beso, un abrazo y un hombro, coge lo que necesites.

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  7. Hola Joseluinik! ¿puedo cogerlo todo? es que no quiero elegir.
    Solo hace un año que hablo de ello y aun sigue oculto para algunas personas que quiero. Solo lo saben mi marido y mi hija, no quiero que lo sepa mi madre por que no quiero que sufra. Hay un recuerdo muy recurrente de aquella época y es el del día del padre. En el colegio hacíamos una manualidad como regalo para ese día y mi madre nos llevaba a casa de los abuelos para que se lo diéramos a él y yo no quería, aquel regalo no lo hacia para él, yo quería dárselo a mi tío pero nunca se lo dije a mi madre y él orgulloso abría los regalos y su mujer encantada de la importancia de su hombre.
    Gracias mi duende.
    Un abrazo enorme y egoista

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  8. Hola, LaMar.

    Vuelve el dolor a tus entradas. Vuelve aquel recuerdo miserable que marcó, como no, la angustia recurrente que has vivido desde entonces.

    No es esa la figura del abuelo que todos deberiamos de conocer. No es ni siquiera la figura del abuelo que tu, gracias a dios, conociste Porque al igual que madre no es sólo la que te pare, abuelo no es tampoco el que por genética, en tu caso, te ofende.

    Me quedo con la figura del abuelo, que sin serlo, te ayudó a crecer. Y esa, seguramente, es la figura que debas recordar; que sin duda, te ayude a olvidar.

    Tengo un poema que publiqué en mi anterior blog, y que pensaba publicar cualquier día de estos en Las Palabras Insolentes. Algún día lo haré, pero hoy tu entrada me ha dicho que tenía que hacerlo aquí antes, para que la figura de los abuelos no quede mancillada por aquel horrible canalla.

    Muchos besos en tu corazón, Lamar.





    YO SÉ POR QUÉ LA VIDA DERRAMADA...


    Guardo un grato recuerdo de mi infancia: una mano que agarraba la mía. Y detrás de aquella mano, la sonrisa de mi abuelo Pablo. Eso era ya tenerlo todo...Cuando la abuela marchó, se difuminó aquella sonrisa durante mucho tiempo. Intenté prestarle mi mano entonces... No sirvió de nada. Ya, en su lecho de muerte, creí ver de nuevo aquella sonrisa en sus labios. Sólo él y yo sabiamos el por qué....



    Yo sé por qué la vida derramada
    cubierta de esperanza emprende el vuelo…
    Y entiendo que la muerte es tu consuelo
    al verte aquella paz en la mirada.


    Tu alma, de su nombre tan preñada,
    esgrimes intachable con tan celo,
    que curiosa, a los balcones del Cielo,
    la Corte Angelical está asomada.


    A aquella tierna Rosa enamorada
    que Dios, con su bondad, plantó en el cielo,
    a aquella que el Señor tomó prestada,


    a aquella Flor buscabas con anhelo.
    Y en esa eterna Nube Inmaculada
    ya juntos van la abuela y el abuelo.



    (Perdonadme los entendidos si la métrica no cuadra en algún verso, pero la forma en los sonetos, pese a adorarlos, siempre ha podido conmigo. Quedaros con el fondo, que es lo que en realidad importa)

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  9. Hola Onminayas! Gracias por el precioso regalo. Tengo claro que aquel ser no representa a nadie porque ni siquiera mereció ser persona, como también se lo importante de la autentica figura de los abuelos en la infancia. Se como ha sido mi madre en su papel de abuela, como es mi marido cuando ve a nuestro niño y lo que yo siento cuando estoy con él y se que es así como tiene que ser, como tu poema, un amor inmenso representado en esa mano que guía por el camino de la vida.
    Gracias, siempre gracias por tus palabras que son el mejor de los regalos.
    Un abrazo enorme

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  10. Es muy dura tu historia. Espero que con apoyo y comprensión termines olvidándola. Abrazos

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  11. Puf... Muy duro y muy conmovedor a la vez.
    Una amiga con anchos hombros para ser usados...

    Un besazo LaMar

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  12. Hola Ligia! En ello estoy. Olvidarla es difícil pero espero poder convivir con ella.
    Un abrazo enorme.

    Hola Quieretemucho! Gracias por el ofrecimiento, de momento me conformo con uno, jeje.
    Un abrazo enorme

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  13. uuuuuffffffffffff!niña que mi niñes no ha sido nada bonita pero tu historia de vida hay que saberla llevar,que pena no fuera en estos tiempos donde por lo menos se puede ejecutar de alguna manera a los culpables,ahora te entiendo y si me preocupe porque escribieras maldiciendo ahora me preocupa más ahún,abrazo mi niña.

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  14. Una experiencia muy dura, siento que forme parte de tu pasado, ahora se comprende o entiende de otra manera muy distinta lo antes escrito.

    Un abrazo muy fuerte.

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  15. Hola Fiaris. Gracias por leerlo mi niña, necesitaba que lo hicieras. No te preocupes, va pasando
    Un abrazo enorme

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  16. Hola Canoso. Gracias por venir a leerlo. Es más fácil así que volver a contarlo de nuevo, a veces simplemente no salen las palabras y necesitaba que lo leyeras. Gracias por entenderlo.
    Un abrazo enorme

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  17. Llego un poco tarde a esta entrada, pero bueno, los que padecimos abusos sexuales en la infancia, sabemos muy bien lo que es llegar tarde. El secreto, como bien dices, está ahí, agazapado. Y puede que no pienses en él durante años, incluso durante muchos años, pero vuelve y muchas veces no sabes que hacer ni por donde salir. Yo jamás dije nada hasta los 38 años. Ahora puedo decir que mi vida se divide claramente en dos; antes y después de los 38 años.

    Un fuerte abrazo.
    Joan.

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  18. Hola Joan. Yo aguanté hasta los 45. Aun estoy luchando y se que lo superare, espero poder decir lo mismo que tu.
    un abrazo enorme

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