23 octubre 2013

¡No sabia si llorar o reír!

El Interior Secreto: ¡No sabia si llorar o reír!

Mi tía y madrina, la hermana mediana de mi madre, se vino a vivir con nosotros nada más fallecer mi padre.
Como vivíamos muy cerca del Parque El Retiro en Madrid, casi todas las tardes nos llevaba allí, bien a jugar en los columpios o a visitar la antigua Casa de Fieras que era el zoo de entonces.
Hoy los animales están en el Zoo de La Casa de Campo, no es el lugar perfecto pero bastante mejor acondicionado que el recinto de El Retiro, y digo que no es perfecto porque creo que donde mejor están es en su hábitat natural, pero eso es otra historia.

Como iba diciendo, la Casa de Fieras era una cita habitual para nosotros, nos encantaba ver a los graciosos y escandalosos monos, los fieros leones, las jirafas de cuello estirado, ...
Mi hermano tenia entonces cuatro años y yo cinco. Aquella tarde nos vistieron de punta en blanco para la visita a nuestros amigos los animales.
No recuerdo que llevaba yo pero la imagen de mi hermano la tengo grabada, un conjunto en color crudo de aquellos que tenían los pantalones cortísimos e iban abotonados a la camisa.

Tras el paseo mi tía decidió que era la hora de merendar y nos sentamos en un banco frente a los gorilas dispuestos a comernos los bocadillos que había preparado.
Y en esas estábamos cuando me di cuenta que uno de los gorilas nos miraba fijamente.
De repente le entró el apretón, evacuó, hizo sus necesidades... ¡QUE SE CAGÓ VAMOS! puso la mano, y cuando acabó apuntó, disparó, y ... ¡directo a mi hermanito!

Allí estaba el pobre, lleno de mierda (perdón pero es la verdad) de la cabeza a los pies, llorando a todo llorar ¡y con un olor ...!
Mi tía, que es bastante asquerosíta para estas cosas, no se le ocurrió otra cosa mejor que llevarnos a casa ¡sin intentar limpiar ni un poquito al pobre niño!
Bueno, intentarlo lo intento, más o menos, por llamarlo de alguna manera, un pañuelo... una fuente..., en fin, poco. El caso es que fuimos pooor todo El Retiro y las sucesivas calles, paseando la mierda y el olor hasta que por fin llegamos a casa y mi madre nos abrió la puerta. Cogió a su niño y lo metió directamente a la bañera mientras ... ¡se partía de risa! ¿...?

Imaginad la escena, mi hermano llorando, mi madre sin parar de reír, mi tía acordándose de todo el árbol genealógico del gorila y haciendo todo tipo de aspavientos, y yo tan alucinada ¡que no sabia si llorar o reír!

Aun hoy nos da por contar historias de aquellos años y cuando recordamos esta lloramos de risa, ¡pero a carcajada limpia! claro que no es para menos, porque lo reconozco, fue de tebeo, pero a mi hermano no le hace ninguna gracia ¡pobre!



El Interior Secreto: ¡No sabia si llorar o reír!



6 comentarios :

  1. La de aventuras que pasamos de críos, el gorila se divirtió de lo lindo, vosotros también a excepción de tu hermano... son cosas a recordad conforme nos hacemos mayores y añoramos esos ratos de la infancia :)

    PD: Va mi voto para Bitácoras guapa... :) yo también concurso con mi blog de fotos... http://fotoafotoblog.blogspot.com.es/ que haya suerte y quedemos altos en la lista :)

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  2. Unos recuerdos muy simpáticos, menos para tu hermano. Abrazos

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  3. Recuerdos del pasado. Aventuras dignas de recordar por la variedad de sus acontecimientos. Anécdotas que bien merecen ser reclamadas en nuestra memoria.

    Besines pequeguapa :)

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  4. jajaja es comico para todos menos para tu hermano que no imagino siquiera el asco que debe haberle dado,¡¡PUAJJJJJJJJJJJ!!!!
    TQM beso.

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  5. Jjijijijji jajajajaja!!!! risas a dos, pero siempre hay un agua fiestas.
    Felices recuerdos, unos tienen mejor estrella que otros.
    Saludos Chary.

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  6. Parece que he estado viendo una viñeta de cómic en vzr de leyendo. Lo has descrito con tanto detalle.
    Un besazo Chary y feliz fin de semana.

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