Escapar

Escapar,
quiero escapar hacia ti.

Evadirme de un sueño
con destino es real.

Huir con mis besos
y llegar a tu boca.

Fugarme en dirección
tu cuerpo.

Desertar de mi
y cumplir condena en tus manos.

Desaparecer y aparecer
en un te quiero.

Volar con mi deseo
y descender en tu desnudez.

Quiero escapar hacia ti,
escaparme contigo.

Escapar.

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Prefiero el olor de tu piel

Da igual que amanezca,
que llegue la luz de la tarde
o que anochezca.

¿Entiende de "cuando" el Amor?
¿La pasión de "como"?
¿O el deseo de "donde"?

Prefiero el olor de tu piel
al café de la mañana,
el sabor de tus besos
a cualquier sobremesa,
el calor de tus caricias
al más suave pijama.

¿Importa acaso el cuando?
¿O el como o donde?
Tu cuerpo es bienvenido,
anhelado siempre.
No esperes, el mío
no entiende de tiempo.

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Regálame

Regálame un beso, otro, otro más.
Un momento en tu tiempo hoy, mañana y siempre.

Regálame abrazos enamorados y besos suaves.
Miradas dulces en las que vive mi tranquilidad.

Regálame las palabras de los sentimientos.
Los susurros que sabes y excitan.

Regálame los besos en húmedos convertidos.
El fuego en tus ojos, tus manos y cuerpo.

Regálame un principio sin final.
Tu alma y esencia, tu ser.

Regálame un beso, una mirada, una sonrisa.
No pierdas tu libertad.

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¿Qué me provocas?

¿Qué me provoca de ti?
¿Qué tienes que me vuelve loca?
¿Qué haces que me pierdo?

Tus ojos que hablan me llaman y atrapan.
La cercanía de tus labios que imploran los míos.
Tus brazos alrededor de mi cuerpo sin intención de soltarme.

Me provoca tu cuerpo dispuesto para mi.
Me vuelve loca saber que tú también sabes.
Me pierdo en tu tacto, tu sabor y el lúcido sonido de la insensatez.

Me provoca la locura de perderme en ti.
Me enloquece provocarte y te pierdas conmigo.
Me pierde tu loca provocación.

Me provocas tú.
Tú quien me vuelve loca.
Tú con quien me pierdo.

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¡Quiero!

Si te vas hazlo despacio, tan despacio que pueda alcanzar tu espalda.

Mis labios quieren rozarla mientras abrazo tu pecho.

Los besos jugarán con tu piel y mis manos recorrerán tu cuerpo tan dulcemente que sólo notaras la suave brisa que sigue a las caricias.

Mi aliento alcanzará tu cuello con intención y provocar el escalofrío que dice ¡Quiero!

Y me encuentro con tu boca dispuesta, las manos alcanzando su ritmo y las palabras saliendo de su encierro.

Y mis manos explorándote hasta llegar a los limites impuestos, no hay nada que me impida romperlos.

Y continuo, y continuas y gritamos un ¡Quiero! valiente y atrevido.

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Respirarte

Aprendí a respirarte,
ya no se vivir sin tu aire.
Descubrí tus manos,
nada hay más excitante.

Jugaste con tus dedos,
ansié cada dosis.
Bebí de tu boca,
mi sed no entiende de calma.

Encontré en tu lengua
el calor que me enciende.
Me enseñaste el placer,
y me encontré con la vida.

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Quiero todo de ti

Si, soy egoísta. Quiero todo de ti.

Las sonrisas, las miradas, los abrazos, las caricias y besos.
Las palabras susurradas, las que insinúan, las atrevidas, las provocadoras e intencionadas.
La intimidad, la intensidad, la energía, la entrega, la creación y culminación.

Quiero tus días y noches, tus sueños y certidumbres.
Quiero que me encuentres sin buscarte.
Quiero tu cuerpo sobre el mío y el mío sobre el tuyo.
Quiero tu presencia, tu ahora y tu mañana.

Si, soy egoísta. Quiero todo de ti. Absolutamente todo.

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A salvo de miradas

Despierto y las sabanas mantienen tu olor, la cama tu silueta y la almohada tus besos. Aun sigues aquí.

Escucho tus pasos y sé que regresas a mi, al refugio que creamos a salvo de miradas y palabras ajenas.
Tan protegido que permanecemos desnudos sin miedo ni pudor a lo que vemos y sentimos.
Sin perjuicios cuando nos buscamos y los cuerpos se enlazan cuando se encuentran.

La pasión nos reclama. La intensidad nos posee. Hay un ritmo marcado por el mutuo deseo.

Hay un tú, un yo y la urgencia de crear un nosotros.

No hay prisa ni silencio. No hay calma ni sigilo.

Hay un tiempo que no existe, un amor que no conoce el fin.

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Acércate

Si me miras hazlo a los ojos.
Si me hablas hazlo de frente.

Si me acaricias pones dulzura.
Si me abrazas añades ternura.

Si me besas nace la pasión.
Si me sientes no esperes.

Acércate.

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Vehemencias

He creado un nudo entre mi pecho y tu espalda.
He formado un lazo con mis manos estudiando tu piel
y las tuyas mientras me buscan.

Mis labios atrapan ese rincón de tu cuello
que me vuelve loca y te excita.
Desato lo que nos estorba
para desnudarme como te provoca.

Una lazada tan suave y resistente como el satén,
asegurando instantes únicos y llenos de atrevimiento.
De ahora y apremios, de espera y vehemencias.
de extenuación y eternidad.

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Rojo pasión. Tempos

Allegro (forma sonata)
El corazón, rojo como la pasión,
recoge y regala el liquido vital
latiendo a compás.

La sangre, roja como la pasión,
inicia su camino por mi mundo interior
llevando vida, dando calor.

Alcanza mis manos.
Te buscan ansiosas,
encuentran tus ganas,
se recrean curiosas.

Llega hasta mis piernas.
Te rodean y te acercan,
tu piel y mi piel
se convierten en una sola.

Avanza hasta el placer.
El calor se vuelve ardor,
la sequedad deseo.
Espera, despacio.

Scherzo
Sube por las entrañas
que se encogen.
Los pulmones
que piden aire,
la garganta
que se abre,
la boca
que busca tu boca,
la cabeza
que pierde el sentido.

El corazón, rojo como la pasión
continua moviendo el liquido vital
latiendo a compás.

Rondó
La sangre, roja como la pasión
inicia ahora la carrera,
llevando más vida,
aumentando el calor.

El corazón se escapa,
la sangre llena todo,
el aire se acaba
y al fin el deseo cumple.
El placer estalla,
el cuerpo responde.
Los dos somos uno ahora.

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¿A que saben las caricias?

¿A que saben las caricias?
A ti, todo sabe a ti.

Saben a tu mirada, tus labios, tus manos, tus palabras y abrazos.
A tu ternura, tu dulzura, tu fuerza y suaves susurros.
A tu sonrisa, tu forma de amar, tu querer sin pedir.
A los momentos contigo, a dormir juntos y despertares a tu lado.
Al olor de tu pelo, tu piel y tu aliento en mi cuerpo.

¿A que saben las caricias?
Todas las caricias saben a ti.
Todas las caricias llevan tu nombre.

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Lo confieso

Lo confieso.

Me siento vulnerable en tu presencia.
Vuelvo a la Vida en cada encuentro
y me pierdo en el olor de tu piel.

Tu mirada me da el calor que necesito.
Me provoca ese recodo de tu cuello
y me perturba la curvatura de tus labios.

Lo confieso.

Me domina la fuerza de tus palabras.
Me ciega la sabiduría de tus manos,
y el conocimiento de mi desnudez.

Sólo existe un lugar en el que quiero estar.
Resido en el espacio de luz que es tu cuerpo
y mi posesión es la intensidad amante.

Lo confieso.

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Con esa inocencia mía

¿Alguna vez te has tumbado en la hierba para contar las estrellas? 

¿Recuerdas haber dibujado en el cielo la forma de las nubes?
Con esa inocencia mía te amo.

Con esa inocencia mía
me sumergí en olor a jazmín y dama de noche, 

suavicé mi piel con el algodón de las nubes
y el brillo de dos estrellas iluminaron mis ojos.

Con esa inocencia mía
me entrego a tus sueños en silencio.
Te regalo mi olor, la suavidad y el brillo en la mirada.
Te ofrezco una ilusión, la mía, y permanecer a tu lado.

Con esa inocencia mía me haces tuya.
Con esa inocencia mía sonrío y te hago mío.

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No temas

No temas.
Aquí seguiré, a tu lado.
Escucharé la llamada silenciosa
de la esencia de tu alma.

No me iré.
Contigo nací y a tu vera crezco.
No hallarás mejor alianza
que la unión de nuestros cuerpos.

No dudes.
Un afortunado hechizo nos cautivó.
Embrujó con intención las miradas
y conjuró al amor, el deseo y la pasión.

No vacilaré.
Nada me atrae más que la tentación
que desencadenan tus besos,
la invitación a las caricias ansiosas.

No faltaré.
Estallará el ansia por la culminación.
Codicias la explosión de mi ser coronado.
Ambiciono la exaltación de tu cuerpo proclamado.

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Que digan los besos

Shhh! No digas nada,
sólo quédate.
Shhh! No hables,
sólo acércate.

Que hablen las manos,
que digan los besos,
que susurren las caricias.

Que escriban los cuerpos,
que expliquen los corazones,
que resuma el deseo.

Shhh! Calla.
Deja que la tinta
sea la noche
y cada gesto
una palabra.

Shhh! Ven
y escribamos
nuestra historia. 

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Sólo hizo falta una mirada

Del intrincado laberinto de las emociones y complicados sentimientos supimos salir airosos.
No hubo valentía o miedo, ni coraje o duda, ni osadía o recelo.
Sólo hizo falta una mirada y juntos descubrimos el camino.

Esa mirada en la que tanto decimos, la que carece de escudos porque nada hay que esconder.
En la que hallamos apuntes de caricias, besos dibujados y perfiles de abrazos.
La que descubre con ojos cerrados nuestros cuerpos, los reconoce y atrae.

Esa mirada llena de intenciones y pícaras sonrisas, labios traviesos y revoltosas manos.
En la que se percibe el sudor, se escucha cada gemido y se saborea la agitación.
La que se convierte en acelerados latidos y acompaña el ritmo enloquecedor.

Sólo hizo falta una mirada, sólo una. La única, la que te nombra, la que calladamente todo confiesa.

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Hagamos un trato

¿Hacemos un trato?

Si tú vienes yo vengo. Si te quedas no me voy. Si me miras cederé a tus ojos. Si me pides aceptaré.
Por cada beso hallarás mil respuestas, por cada caricia la suavidad de la seda. Por cada palabra conjugaré mis verbos.

Si requieres mi cuerpo tómalo, si deseas más también. Si juegas me uniré, si buscas tendrás, si encuentras abriré. Si llegado el final sonríes reiré.

Si quieres más comienzos y finales tendrás inicio y continuación.

¿Firmamos el trato? 

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Sutilidad

Busco refugio en tu pecho y tus brazos me reciben,
es entonces cuando me elevas, cuando me vuelvo etérea. 

Un cuerpo volátil que en ti se posa
para ofrecerte la suavidad en cada beso.

Un alma intangible de la que sólo tú eres dueño,
un sueño apenas visible que busca tu alianza.

Livianas las manos que avanzan sutilmente
desafiando la ilusión, incitando la realidad.

Tenues las caricias que tú si adviertes,
y reclamas más, las palpables e infinitas.

Vuelo hacia ti exhibiendo mi transparencia.
No soy irreal, soy quien ocupa tu pensamiento.

La que se adapta a tu ser y se convierte en delirio.
Soy visible, no hay secretos, soy yo, únicamente yo.

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Vale la pena

Vale la pena perder la cordura.

Alterar el ritmo de las estaciones
y deleitarnos en las diferencias.
Renegar de lo establecido
y crear un nuevo y prodigioso ciclo.

Vale la pena negar la imposibilidad.

La desnudez del invierno
y la calidez del estío.
El esplendor del otoño
y el resurgir de la primavera.

Vale la pena perder la cabeza.

No conocer el frío
y si el fuego provocado.
Lucir para ti mi piel
y calmar tu sed.

Vale la pena perder la lucidez.

Convertir en infinito el día
y hacer nuestra la noche.
Trazar en tu cuerpo mi pasión
y firmar el pacto del deseo.

Vale la pena perder el pudor.

Rendirme a la inquietud de tus manos
y entregarme al ímpetu de los besos.
Ofrecerte mis labios insaciables
y brindarte la excitación de los sentidos.

Vale la pena perder la cordura. 

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