El año se acaba y en él ha habido de todo un poco. Felicidad y mucha con la llegada de mi niño, aceptación de la depresión, cambios hormonales, salir del pozo y vomitar deshechos, cambios laborales, ir encontrando mi yo, sentirme a gusto con él y valorarlo, echar mucho de menos a personas queridas, abrir este pequeño espacio y descubrir que puedo escribir, contar, imaginar y, sobre todo, compartir, os he ido encontrando poco a poco en este gran mundo virtual y me he sentido identificada y aceptada. Todo un torbellino de sensaciones, experiencias y sentimientos.
Pero hay algo que quiero hacer antes de despedir el año y es presentarme.
Hola, me llamo Chary (apócope de María del Rosario), soy española y nacida en Madrid hace cuarenta y seis años. Casada y felizmente, tenemos una hija que el año pasado nos hizo abuelos y además soy la autora de este blog.
Mi madre nunca quiso que me pusieran su nombre pero mi padre me inscribió en el registro con el nombre de su amada esposa y en el bautizo añadió Almudena (estoy segura de que el cura se tuvo que atragantar cuando pronunció mi nombre ¡que largo es!) porque, como orgulloso madrileño quería que llevara el nombre de su patrona. Y mi madre no pudo hacer nada más que aceptarlo, porque en aquella época se inscribía a los niños al día siguiente de nacer y se les bautizaba, como mucho, a los tres días y ella se recuperaba de la cesárea por lo que no pudo asistir ni siquiera a mi bautizo y se enteró de todo cuando ya estaba hecho y nada podía hacer, así es que a ella la llaman Charo y a mi Chary y así ha sido siempre.
Mi madre nunca perdió la esperanza de que me cambiara el nombre y la oportunidad llegó con mi Confirmación, si, soy atea, agnóstica, descreída y un montón de apelativos más, pero me confirmé y lo hice voluntariamente, pero eso es otra historia. Mi madre se había informado de que podía cambiar mi nombre durante dicha celebración y desde ese mismo momento no dejó de sacar el tema ni un solo día.
Llego el momento, ella era mi madrina y estaba detrás de mi y se pasó toda la ceremonia diciéndome al oído
- Dile que te quieres cambiar el nombre
Pero yo ni caso, así es que cuando terminó todo, su mirada no era muy amigable, pero lo aceptó, no le quedaba otra.
Reconozco que nunca me ha gustado mi nombre, sobre todo cuando tengo que decirlo completo "María del Rosario" pero, bueno Chary no lo llevo mal. Durante un tiempo incluso pensé en cambiarlo en el registro civil (por fin se podía hacer) y poner solo Chary, pero lo he ido dejando y al final me alegro de no haberlo hecho.
Mi padre quería que llevara ese nombre y me lo puso con todo su cariño ¿por qué voy a cambiar algo que él deseaba? Es de las pocas cosas que me quedan de él, así es que cuando tengo que dar mi nombre "oficial" pienso en que a él le gusta escucharlo y ya está.
No voy a quitar el seudónimo de laMar porque es el nombre con el que empecé esta aventura y me gusta, me identifico con él y está asociado a la Mar que tanto amo. seguiré firmando como laMar y esa será mi identidad virtual.
Pero quería que vosotros supierais mi nombre y su historia, además terminar el año quitándome la mascara me gusta, me parece como un símbolo de "tirar para adelante" y respirar aire limpio.
Pero hay algo que quiero hacer antes de despedir el año y es presentarme.
Hola, me llamo Chary (apócope de María del Rosario), soy española y nacida en Madrid hace cuarenta y seis años. Casada y felizmente, tenemos una hija que el año pasado nos hizo abuelos y además soy la autora de este blog.
Mi madre nunca quiso que me pusieran su nombre pero mi padre me inscribió en el registro con el nombre de su amada esposa y en el bautizo añadió Almudena (estoy segura de que el cura se tuvo que atragantar cuando pronunció mi nombre ¡que largo es!) porque, como orgulloso madrileño quería que llevara el nombre de su patrona. Y mi madre no pudo hacer nada más que aceptarlo, porque en aquella época se inscribía a los niños al día siguiente de nacer y se les bautizaba, como mucho, a los tres días y ella se recuperaba de la cesárea por lo que no pudo asistir ni siquiera a mi bautizo y se enteró de todo cuando ya estaba hecho y nada podía hacer, así es que a ella la llaman Charo y a mi Chary y así ha sido siempre.
Mi madre nunca perdió la esperanza de que me cambiara el nombre y la oportunidad llegó con mi Confirmación, si, soy atea, agnóstica, descreída y un montón de apelativos más, pero me confirmé y lo hice voluntariamente, pero eso es otra historia. Mi madre se había informado de que podía cambiar mi nombre durante dicha celebración y desde ese mismo momento no dejó de sacar el tema ni un solo día.
Llego el momento, ella era mi madrina y estaba detrás de mi y se pasó toda la ceremonia diciéndome al oído
- Dile que te quieres cambiar el nombre
Pero yo ni caso, así es que cuando terminó todo, su mirada no era muy amigable, pero lo aceptó, no le quedaba otra.
Reconozco que nunca me ha gustado mi nombre, sobre todo cuando tengo que decirlo completo "María del Rosario" pero, bueno Chary no lo llevo mal. Durante un tiempo incluso pensé en cambiarlo en el registro civil (por fin se podía hacer) y poner solo Chary, pero lo he ido dejando y al final me alegro de no haberlo hecho.
Mi padre quería que llevara ese nombre y me lo puso con todo su cariño ¿por qué voy a cambiar algo que él deseaba? Es de las pocas cosas que me quedan de él, así es que cuando tengo que dar mi nombre "oficial" pienso en que a él le gusta escucharlo y ya está.
No voy a quitar el seudónimo de laMar porque es el nombre con el que empecé esta aventura y me gusta, me identifico con él y está asociado a la Mar que tanto amo. seguiré firmando como laMar y esa será mi identidad virtual.
Pero quería que vosotros supierais mi nombre y su historia, además terminar el año quitándome la mascara me gusta, me parece como un símbolo de "tirar para adelante" y respirar aire limpio.