29 diciembre 2009

Me presento

Me presento

El año se acaba y en él ha habido de todo un poco. Felicidad y mucha con la llegada de mi niño, aceptación de la depresión, cambios hormonales, salir del pozo y vomitar deshechos, cambios laborales, ir encontrando mi yo, sentirme a gusto con él y valorarlo, echar mucho de menos a personas queridas, abrir este pequeño espacio y descubrir que puedo escribir, contar, imaginar y, sobre todo, compartir, os he ido encontrando poco a poco en este gran mundo virtual y me he sentido identificada y aceptada. Todo un torbellino de sensaciones, experiencias y sentimientos.
Pero hay algo que quiero hacer antes de despedir el año y es presentarme.

Hola, me llamo Chary (apócope de María del Rosario), soy española y nacida en Madrid hace cuarenta y seis años. Casada y felizmente, tenemos una hija que el año pasado nos hizo abuelos y además soy la autora de este blog.

Mi madre nunca quiso que me pusieran su nombre pero mi padre me inscribió en el registro con el nombre de su amada esposa y en el bautizo añadió Almudena (estoy segura de que el cura se tuvo que atragantar cuando pronunció mi nombre ¡que largo es!) porque, como orgulloso madrileño quería que llevara el nombre de su patrona. Y mi madre no pudo hacer nada más que aceptarlo, porque en aquella época se inscribía a los niños al día siguiente de nacer y se les bautizaba, como mucho, a los tres días y ella se recuperaba de la cesárea por lo que no pudo asistir ni siquiera a mi bautizo y se enteró de todo cuando ya estaba hecho y nada podía hacer, así es que a ella la llaman Charo y a mi Chary y así ha sido siempre.

Mi madre nunca perdió la esperanza de que me cambiara el nombre y la oportunidad llegó con mi Confirmación, si, soy atea, agnóstica, descreída y un montón de apelativos más, pero me confirmé y lo hice voluntariamente, pero eso es otra historia. Mi madre se había informado de que podía cambiar mi nombre durante dicha celebración y desde ese mismo momento no dejó de sacar el tema ni un solo día.

Llego el momento, ella era mi madrina y estaba detrás de mi y se pasó toda la ceremonia diciéndome al oído
- Dile que te quieres cambiar el nombre 
Pero yo ni caso, así es que cuando terminó todo, su mirada no era muy amigable, pero lo aceptó, no le quedaba otra.

Reconozco que nunca me ha gustado mi nombre, sobre todo cuando tengo que decirlo completo "María del Rosario" pero, bueno Chary no lo llevo mal. Durante un tiempo incluso pensé en cambiarlo en el registro civil (por fin se podía hacer) y poner solo Chary, pero lo he ido dejando y al final me alegro de no haberlo hecho.

Mi padre quería que llevara ese nombre y me lo puso con todo su cariño ¿por qué voy a cambiar algo que él deseaba? Es de las pocas cosas que me quedan de él, así es que cuando tengo que dar mi nombre "oficial" pienso en que a él le gusta escucharlo y ya está.

No voy a quitar el seudónimo de laMar porque es el nombre con el que empecé esta aventura y me gusta, me identifico con él y está asociado a la Mar que tanto amo. seguiré firmando como laMar y esa será mi identidad virtual.

Pero quería que vosotros supierais mi nombre y su historia, además terminar el año quitándome la mascara me gusta, me parece como un símbolo de "tirar para adelante" y respirar aire limpio.

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28 diciembre 2009

Un año de vida

Un año de vida


No pedí nada a los Reyes Magos
y tú fuiste el mejor regalo.
Llegaste como ellos,
con la luz de las estrellas.

Tampoco les escribí este año
porque nada quiero para mi
y para ti quiero tanto
que no puedo decidir.

Quiero una Luna llena
que te arrulle y sea tu cuna.
Y un ejercito de estrellas
que espanten todas las sombras.

Quiero un Sol radiante
que ponga luz a tu vida.
Y unas nubes blancas
que dibujen cuentos y sonrisas.

Quiero una Mar en calma
que no te asuste si dudas.
Un Arco Iris eterno
que te pinte su armonía.

Te regalo una caja de sueños
para que guardes los más bellos.
Otra llena de ilusiones
para que nunca te falten.

Te regalo una caja enorme
con abrazos, sonrisas, besos y consuelos
para que no los eches de menos.

Te regalo un sobre sorpresa
que contiene mi corazón
porque desde la primera vez que te vi
late sólo para ti.

Te regalo un
Gracias por venir,
Gracias por crecer,
Gracias por vivir.
Y un 'Te quiero Mi Niño' tan grande
como todos los Te quiero
que en mi vida pronuncié.

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27 diciembre 2009

Días después de la explosión

Días después de la explosión
Todo tiene una explicación. No pretendo entenderla ni tampoco usarla como justificación.
Estos días se fuerzan situaciones que deberían ser naturales. Reuniones familiares que tendrían que ser sólo eso, sin sonrisas forzadas ni ese falso "todo va bien" ni la fingida armonía. Porque no somos perfectos y a lo largo del año se infligen daños que se amortiguan o se agrandan en función de la actitud de cada uno y la única solución pasa forzosamente por la comunicación, hablar, discutir, gritar, llorar, pero comunicándonos.
En esas conversaciones obligatoriamente necesarias, quizás no nos guste lo que escuchamos o tengamos que decir algo que no queremos pero que debe decirse, por eso hay que conversar, para perdonarnos y alcanzar la paz.

Pero el tiempo pasa, llegan estas fechas, nos reunimos, y las heridas continúan ahí y, sin quererlo, todo explota. No se soluciona nada porque no es el momento de hacerlo, hay personas en la reunión ajenas al desastre y a las que no le importa en absoluto que es lo que ocurre.
Y de nuevo en casa, el dolor es aun más grande, nadie queríamos que ocurriera, pero ocurrió y se ha creado un abismo enorme para el que habrá que construir un puente seguro que no se derrumbe, y eso lleva tiempo.

Al día siguiente empiezan las llamadas de teléfono y lo único que conseguimos es echarnos todo en cara, porque hay conversaciones que hay que tener cara a cara y el teléfono sirve para otras cosas, no para arreglar malentendidos. Y recibes más llamadas, las de aquellos que sin quererlo se sienten en medio y tratan de ayudar y en una de esas llamadas descubres algo que ya intuías pero que no quieres creer, que tu horror no es exclusivo.

Por eso volvió la tristeza y la rabia, por eso maldigo cada recuerdo que nació del terror, y maldigo mi memoria que me los devuelve una y otra vez. Yo araño en la memoria y sé que hay hermosos momentos, y lo sé por que los he vivido y los recuerdo, también los hay malos, dolorosos y todos juntos conforman mi historia. Pero esos que reviven el horror, que provocan asco, dolor y angustia, esos ni los necesito ni los quiero y por eso los maldigo y seguirán siendo malditos cada vez que aparezcan y pretendan volver a doblegarme.


¡Genial! Ahora me han desaparecido algunos de vuestros comentarios después de leerlos, en total cinco, el de Bichita, Adolfo Payés, Ligia, Uruguayita y Azul.

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25 diciembre 2009

Malditos los recuerdos

Malditos los recuerdos

Maldita mi memoria
empeñada en recordar.
Maldita mi memoria
que no me deja olvidar.

Malditos los recuerdos
que no me dejan respirar.
Malditos por doler.
Malditos por nacer.

Maldita esta tristeza
que aparece y se queda.
Malditas estas lagrimas
que saben tan amargas.

Maldito este vacío
que nada llena.
Maldita esta oscuridad
que todo oculta.

Malditas las ganas
de estos brazos
que sólo saben ser ganas.
Malditos los sueños
que mi alma
guarda y no rechaza.

Maldito este silencio
que se enquista
en mis entrañas,
que me angustia
y no vomito.

Maldita mi memoria
empeñada en recordar.
Maldita mi memoria
que no me deja olvidar.

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23 diciembre 2009

No soy Papá Noel pero tengo una lampara mágica

No soy Papá Noel pero tengo una lampara mágica

No soy Papá Noel pero quiero regalarte algo.
Amor para siempre.
Felicidad toda la vida.
Ilusiones cumplidas.
Sueños hechos realidad.

Momentos únicos.
Tiempo para disfrutar.
Caminos despejados.
Aire puro que respirar.

Colores y un Arco Iris.
Que nunca te falte luz.
Que veas la Vida.
Y no la dejes pasar.

Que a tu lado estén los que quieres.
Que los que quieres no te falten.
Un cielo despejado.
Andar sin tropezar.

Un "todo va a ir bien".
Un hombro en el que descansar.
Una mano amiga.
Unos ojos que miran de frente.
Un corazón que escucha.
Besos y abrazos para el Alma.

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22 diciembre 2009

¿Como razonar un sentimiento?

El interior secreto: ¿Como razonar un sentimiento?

Nacemos, crecemos, nos enamoramos, nos desenamoramos, nos volvemos a enamorar, ... Hasta que un día te descubres haciendo planes de futuro con la persona elegida para compartirlo.
Decisiones, proyectos, sueños, todo coincide ¡Es el adecuado!

Llegado el momento iniciamos la convivencia. Es dura, nos han educado de manera desigual y tenemos diferentes costumbres, ahora hay que acomodarse al otro y no siempre es fácil. A veces cede uno, otras cede el mismo y algunas cede el otro.
Comienza el camino hacia la independencia.

Echas de menos cosas que ni siquiera imaginabas, ese zumo de naranja que tu madre te traía a la cama cuando estabas enferma y ahora tienes que preparar tú, la ignorancia sobre que compañía suministraba la luz o el gas y que ahora, además de saberlo, tenéis que pagar.
Y te das cuenta que la independencia no significa alejarte de los que te quieren, al revés, les echas de menos, les necesitas y no puedes ni quieres perder el contacto con ellos. Simplemente la familia ha crecido, ahora hay un miembro más.

Llegan los hijos y el corazón se llena de un amor indescriptible que no imaginabas pudiera existir, pero también se adquiere una nueva responsabilidad, educar, y no hay ningún manual que nos enseñe a no equivocarnos, ningún libro que nos diga como ser padres.
Aparecen los abuelos y aceptamos como un regalo su experiencia y ayuda.

Y la vida continua, los hijos crecen, se enamoran, se desenamoran, se vuelven a enamorar, ... Hasta que un día te revelan que han encontrado la pareja con la que quieren compartir su vida y les decimos cuanto nos alegra. Aparece el pánico ¿Será el adecuado? ¿Le hará feliz? Pero ya no tenemos "poder" en sus decisiones, si se equivoca estaremos a su lado, no podemos ni debemos evitar que haga lo que su corazón desea.

El día de su marcha es uno de los más duros de nuestra vida. De repente la casa está vacía pero llena de un silencio raro y de una tranquilidad que se parece demasiado a la intranquilidad.
Te vas acostumbrando poco a poco, pero ¡Le echas tanto de menos! Le ves satisfecho y eso te aporta alegría porqué es lo único que deseas, que sea feliz.

Llega el primer nieto y un amor inmenso llena nuestro corazón. Es la alegría de la vida, la esperanza de revivir, la necesidad de compartir, el amor protector, la dulzura hecha realidad.

En la Ley de la Vida ¿Donde dice como aprender a que no duela el corazón por echar tanto de menos, por querer tanto y no poder abrazar, acariciar y besar todos los días a la hija que llevé en mis entrañas y al niño que me devolvió la luz y la sonrisa?

Si, lo sé, suena terriblemente egoísta ¿Y qué? Soy madre y abuela. Puede parecer una justificación, pero ¿Como razonar un sentimiento?

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