A las cuatro de la madrugada yo seguía comprobando que la pintura del techo del salón estaba en buenas condiciones, que mi canario dormía plácidamente, que los peces nadaban tranquilos y que mi marido también dormía por los suaves ronquidos que llegaban hasta mi oídos.
- Tranquila, no pasa nada, es habitual.
Me digo yo a mi misma.
A las siete ha sonado el despertador y, cual zombi, me he calentado el café y he desayunado. Preparo todo para meterme a la ducha y ¡Aggg! ¡La caldera no funciona!
- Tranquila, no pasa nada, vamos a calentar agua ¡menos mal que pusimos inducción!.
Vuelvo a decirme a mi misma.
Así es que me he lavado como los gatos, poco a poco y por partes ¡Quiero mi ducha! ¡Necesito mi ducha! ¡Socorro!
Me visto y salgo por la puerta de casa dispuesta a iniciar mi día de trabajo, peeero, nada más salir a la calle no me acuerdo de que todavía hay hielo ¡y por supuesto resbalo y aterrizo en el suelo cual chiste gráfico! No me pasa nada a parte de la humillación porque ¡precisamente hoy tengo espectadores!
Es rarísimo que me cruce con nadie a esas horas pero hoy ... ¡justo hoy! estaba el camión llenando el deposito del propano (de ahí que no tuviera agua caliente), el conserje de la urbanización, algún vecino cotilla y juraría que incluso he visto a alguien más asomado a la ventana ¡Genial! ya tienen el chiste del día.
- ¡Traaanquila, no paaasa nada.
Sigo con mi auto-monologo.
Por supuesto el atasco de hoy es mayor y cuando por fin aparco el coche y me dirijo a la parada del bus ¡llueve a mares y yo sin paraguas para no variar! Ya sentada, me pongo mis cascos con las canciones que ya conocéis e intento relajarme, pero claro, el atasco de entrada a Madrid es ¡hoy! inmeeeenso y evidentemente ¡llego tarde a trabajar! no sin antes hacer un último amago de caída por correr ¡pfrtx¿'?wstfprxft.:,çÇ!
- ¡Traaanquilaaa, no paaasaaa naaaadaaa!
A estas alturas ni yo misma me lo creo.
Tras concluir mi jornada laboral ¡que además ha sido de locos! por fin llego a casa y lo único que puedo hacer, porque no tengo fuerzas para otra cosa, es tumbarme en mi querido sillón e intentar dormir algo y ¡lo conseguí! ¡menos mal!
Así es que tras contáros todo esto, me voy a la cama a intentar dormir y desear que mañana sea otro día, sólo diferente, ¡no pido mucho! ¿no?
¡Socorro! han desaparecido los comentarios de Marialady, Fiaris y ¿Belliventure? (este último es nuevo y no recuerdo bien si el nombre es correcto, perdón) pero los había leído así es que los voy a contestar ahora mismo.
- Tranquila, no pasa nada, es habitual.
Me digo yo a mi misma.
A las siete ha sonado el despertador y, cual zombi, me he calentado el café y he desayunado. Preparo todo para meterme a la ducha y ¡Aggg! ¡La caldera no funciona!
- Tranquila, no pasa nada, vamos a calentar agua ¡menos mal que pusimos inducción!.
Vuelvo a decirme a mi misma.
Así es que me he lavado como los gatos, poco a poco y por partes ¡Quiero mi ducha! ¡Necesito mi ducha! ¡Socorro!
Me visto y salgo por la puerta de casa dispuesta a iniciar mi día de trabajo, peeero, nada más salir a la calle no me acuerdo de que todavía hay hielo ¡y por supuesto resbalo y aterrizo en el suelo cual chiste gráfico! No me pasa nada a parte de la humillación porque ¡precisamente hoy tengo espectadores!
Es rarísimo que me cruce con nadie a esas horas pero hoy ... ¡justo hoy! estaba el camión llenando el deposito del propano (de ahí que no tuviera agua caliente), el conserje de la urbanización, algún vecino cotilla y juraría que incluso he visto a alguien más asomado a la ventana ¡Genial! ya tienen el chiste del día.
- ¡Traaanquila, no paaasa nada.
Sigo con mi auto-monologo.
Por supuesto el atasco de hoy es mayor y cuando por fin aparco el coche y me dirijo a la parada del bus ¡llueve a mares y yo sin paraguas para no variar! Ya sentada, me pongo mis cascos con las canciones que ya conocéis e intento relajarme, pero claro, el atasco de entrada a Madrid es ¡hoy! inmeeeenso y evidentemente ¡llego tarde a trabajar! no sin antes hacer un último amago de caída por correr ¡pfrtx¿'?wstfprxft.:,çÇ!
- ¡Traaanquilaaa, no paaasaaa naaaadaaa!
A estas alturas ni yo misma me lo creo.
Tras concluir mi jornada laboral ¡que además ha sido de locos! por fin llego a casa y lo único que puedo hacer, porque no tengo fuerzas para otra cosa, es tumbarme en mi querido sillón e intentar dormir algo y ¡lo conseguí! ¡menos mal!
Así es que tras contáros todo esto, me voy a la cama a intentar dormir y desear que mañana sea otro día, sólo diferente, ¡no pido mucho! ¿no?
¡Socorro! han desaparecido los comentarios de Marialady, Fiaris y ¿Belliventure? (este último es nuevo y no recuerdo bien si el nombre es correcto, perdón) pero los había leído así es que los voy a contestar ahora mismo.