08 abril 2010

Me pregunto

Me pregunto

Y yo me pregunto:
¿Oímos o escuchamos?
¿Vemos o miramos?
¿Sentimos o ignoramos?
¿Hablamos o dialogamos?
¿Respetamos o difamamos?
¿Vivimos o dejamos que pase? 
Búscame, no me esconderé.
Llámame, te responderé.
Háblame, te escucharé.
Pregúntame, te contestaré.
Pídeme, te daré.

¿Me quieres?
Te quiero
¿Me deseas?
Te deseo
¿Ahora?
Aquí y ahora. 

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06 abril 2010

Sólo un roce

El Interior Secreto: Sólo un roce

Un roce,
un beso,
una caricia,
sólo con eso
enciendes la vida.

Tus dedos,
tu lengua,
tu abrazo,
sólo con eso
enciendes mi cuerpo.

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03 abril 2010

Llegué ...

Llegué ...

Llegué, te vi, te conocí y me enamoré irremediablemente.
No sé bien que fue, quizás tu arquitectura, tus playas, tus paseos, tus contrastes, tu silueta desde la cima del monte Igueldo, tu cultura, o seguramente porque es donde más disfruto de la mar. Me das paz.

Recorro tus barrios y calles andando despacio, sin prisa, guardando en la retina cada detalle.
Llego hasta una de las magníficas obras de mi escultor favorito, Eduardo Chillida, se trata de El Peine del Viento donde puedo oír la mar, acariciarla.

Vuelvo sobre mis pasos para llegar a Ondarreta, la playa que antecede a tu tesoro más universal, La Concha, la bahía serena, destino de todos aquellos que te buscan, sueño de los que te ansían. Y en ese paseo me detengo para admirar el horizonte. Un gigante a cada lado te custodian, Igueldo y Urgull, y en el centro, la isla de Santa Clara, escudo natural contra las embestidas cantábricas.

La  mar me llama y reanudo mi camino hacia el Paseo Nuevo que rodea Urgull. Al llegar al punto donde no te veo, me encuentro cara a cara con la mar y me quedo, la observo, la siento, la huelo y pido que suban las olas, que rompan más fuerte contra las rocas, que me moje, no importa, que me moje. Cierro los ojos y me dejo llevar por sus sonidos, no existe nada más, sólo ella y yo. Pero he de continuar y sólo digo hasta luego.

De nuevo te veo tras el Kursaal, tu obra más moderna y rompedora, alcanzo su puente sobre el río Urumea y al llegar al centro siempre me pregunto ¿Donde acaba el río? ¿Donde empieza la mar? Más allá llego hasta la Zurriola, tu playa más salvaje, donde la mar rebosa fuerza y las olas atraen el espectáculo del surf y las cometas.

La cultura te representa en el Festival de Jazz y en el Donostia Zinemaldia (Festival Internacional de cine de San Sebastián), como los nombres ilustres que han dado fama a tu gastronomía, los pintxos, el txacolí, las traineras, ...

Con razón te llamaron la Bella Easo, eres hermosa por dentro y por fuera, aunque ahora se empeñen en que ese nombre no iba dirigido a ti, sigues siendo la más bella.

Llegué, te vi, te conocí y me enamoré irremediablemente.

Eskerrik asko Donostia 
Gracias Donosti

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31 marzo 2010

Aquí no nos quieren

Aquí no nos quieren

En Junio de 1968 se casaba la hermana mediana de mi madre, mi tía y madrina que había vivido con nosotros durante unos meses, y lo hacia con el que ha sido y es mi segundo padre.
La boda transcurrió como tiene que ser, bien, con mi hermano y yo vestidos para la ocasión y encargados de llevar las arras y los anillos, él todo de blanco con pantalones cortos, yo con vestido cortísimo (enseñando las bragas) y gorro tipo capota tan de moda entonces.
Tras la ceremonia y la posterior celebración iniciaron la luna de miel camino de Asturias que era su destino para disfrutar de aquellos días.
El recién estrenado esposo, aunque había nacido en Madrid, se consideraba y sentía asturiano, de hecho, a día de hoy mantiene ese acento tan peculiar de la tierra y con el que hablaban sus padres y demás familia.
El alojamiento elegido no podía ser otro que un antiguo caserón familiar.

Y llegó la noche.
De repente en plena madrugada, él se levanta y agarra a su mujer al grito de:
- Vamonos que aquí no nos quieren.
Ella, sin comprender nada, sólo acertó a preguntar
- ¿Qué dices? ¿Pero adonde vamos a ir a estas horas?
Pero era tal la fuerza y el convencimiento de él, que salieron corriendo del caserón en plena noche y totalmente desnudos.
Tras un rato corriendo a través de aquellos valles como si fueran Adán y Eva, ella completamente aterrada seguía gritandole e intentando que entrara en razón ... hasta que por fin ¡le despertó!
Si, mi tío es sonámbulo, un pequeño detalle que se le olvidó comentar a la que ya era su mujer, pero a partir de aquel momento ella no lo olvidó nunca y empezó su pequeña venganza.

Él era un alto ejecutivo (ya se ha jubilado), lo que le obligaba a realizar viajes de varios días con cierta frecuencia, aquí era donde ella fraguaba su desquite.
Se dedicaba a cambiar todos los muebles de sitio con la excusa de aprovechar el espacio y darle un aire nuevo a la decoración, y lo hacía ella solita, sin ayuda para mover los muebles ni nada, a lo bruto. Cuando él llegaba a casa, se encontraba con los cambios y le gustaban, hasta que llegaba la noche y se levantaba sonámbulo, se despertaba a base de los golpes que se daba con los muebles que no estaban en su sitio habitual.
- ¡Me cago en ...!
Ella medio dormida
- ¡Que pasa! ¿Te has hecho algo?
- No, no.
Y ella se daba la media vuelta para ocultar la media sonrisilla.

La venganza continuó e incluso, una noche, él apareció durmiendo en el suelo y con la cabeza metida dentro de la mesilla de noche

Claro, que las venganzas te pueden explotar de repente en la cara, y así ocurrió, tres de sus cuatro hijas también son ¡sonámbulas!
Las cuatro dormían juntas en la misma habitación, las dos mayores en una litera y las dos pequeñas en otra, y esto es lo que ocurría una noche cualquiera:
- Una se sienta en la cama y empieza a contar en voz alta, uno, dos, tres, ....
- Otra se levanta a comprobar que la puerta de entrada a la casa esta cerrada, y lo hace varias veces.
- Otra se levanta y discute con quien sea en voz alta en un dialogo perfectamente entendible.
- La que no es sonámbula duerme tanto y tan bien que se cae de la cama y no se entera ¡y sigue durmiendo plácidamente en el suelo!

Las cuatro viven ya fuera de casa con sus respectivas parejas ¿les habrán contado su secreto?
Tengo que preguntárselo.

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29 marzo 2010

Jugar contigo

Jugar contigo

Quiero jugar con tu risa
sincera y abierta,
feliz y llena de colores.

Quiero seguir tus pasos
divertidos, seguros,
sin dudas, de tu mano.

Quiero abrazar tus abrazos
y descubrirme en tus ojos
enormes e inocentes,
llenos de luz y tan alegres.

Hacerte cosquillas,
besar tus mejillas
y entre beso y beso
jugar contigo.

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28 marzo 2010

Sirena

Sirena

Cada vez estoy más convencida de que tuve otra vida anterior y fui sirena. El agua es mi elemento natural, en el que me encuentro a gusto, disfruto, juego y del que me cuesta salir.

Suena el despertador y a tientas busco el botón que hará que vuelva a sonar en un rato, me acurruco en la almohada y me agarro a las sabanas como si fuera un salvavidas ¡Me cuesta tanto dormir! De nuevo el despertador me llama y yo insisto con el botoncito, solo un rato más. Cuando por fin consigo dormirme es casi la hora de levantarme por eso apuro hasta el último momento.

Me levanto sin despertarme y abro la ventana, esa primera bocanada de aire limpio y nuevo consigue recordarme que estoy viva.
Me preparo mi primer café del día, cuando levanto la taza el aroma empieza a despertar mis sentidos. Necesito este rato diario de tranquilidad, no hay prisa ya correré luego, pero ahora estos minutos son  míos y necesito su calma.

Vuelvo a la habitación cierro la ventana hago la cama preparo la ropa y me encamino al que es uno de lo mejores momentos del día, abro la ducha y ahora si, ahora me despierto.

Apoyo mis manos en la pared y dejo que el agua corra por mi espalda, abriendo cara poro, limpiando cada pena, levanto la cara para recibir su tibieza y dejo que me arranque lo malo vivido.

Mientras siento como el agua corre por mi cuerpo me imagino en mi Mar. Estoy nadando, buceando, jugando con las olas, chapoteando, me tumbo boca arriba y disfruto de su silencio. También puedo estar en un río, un lago, incluso una piscina, todo vale mientras sea agua y pueda sumergirme.

Salgo de la ducha, me visto y salgo a la calle. Ahora toca correr, trabajar, lo normal. Cuando vuelvo a casa, mis perros me saludan como si les hubiera abandonado, sobre todo Patxi, me regaña como diciéndome ¿Donde has ido sin mi? Tras los saludos y lametones sólo me apetece una cosa, un baño.

Abro el grifo de la bañera y empiezo a prepararlo todo, música adecuada, alguna vela y las sales. Cuando me sumerjo en el agua cierro los ojos y vuelvo a soñar con mares, ríos, lagos y piscinas. Los sonidos del mar me acompañan. Cuando por fin salgo el agua esta helada, pero no me importa, he tenido otro momento sirena y ha merecido la pena.

Me siento renovada, es el poder del agua.


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