15 agosto 2010

Te busco

Te busco

Busco tu mirada
que no me asusta.
En tus ojos me pierdo
y te encuentro.
Busco tu boca
me siento perdida.

Estoy sedienta
y son tus labios
los que me alivian.
Busco tus manos,
reclamo tu tacto
ya excitada
con solo notarlo.

Ven,
no quiero seguir buscando.


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11 agosto 2010

De piscinas, recuerdos y cicatrices

De piscinas, recuerdos y cicatrices

Ayer mientras me veía la herida ya casi cicatrizada recordé un verano, hace ya años, en el que tuve un pequeño accidente que dejó marcado mi cuerpo para siempre, fue mi primera cicatriz. 
A partir de que nos daban las vacaciones en el colegio todos los sábados y domingos mi madre nos llevaba a la piscina, y en cuanto ella cogía las vacaciones los chapuzones eran diarios.
Nos levantábamos por la mañana, desayunábamos y salíamos camino a la diversión. La piscina Montserrat estaba cerca de casa y al lado de la de mis primos por lo que nos reuníamos allí y lo pasábamos bomba todo el día en remojo. No sé que edad tenía exactamente, unos seis o siete años aproximadamente, y estábamos todos en la zona que no cubría saliendo y tirándonos al agua de nuevo una y otra vez.
Yo acababa de salir cuando, de repente, alguien me empujo y caí al agua, algo totalmente normal en ese momento de juegos, perooo .... di con las rodillas en el fondo de la piscina con tan mala suerte que uno de los azulejos estaba roto ¡Y me lo clavé!
Si, ya se ¡todo me ocurre a mi! ¿Y que le voy a hacer?
El caso es que yo salí del agua como si nada, noté el golpe pero no me dolió, pero cuando mi madre me vio empezó a ponerse histérica, vino hacia mi, me cogió en brazos y me llevó corriendo al botiquín. Yo no entendía nada hasta que de repente me vi la rodilla izquierda ¡Menudo agujero tenia! Se me veía hasta el hueso, pero a mi no me dolía y no me asusté. Por supuesto en el botiquín el médico no estaba, se había ido a comer, sólo estaba un socorrista con ligeros conocimientos de medicina ¿? y había que ponerme puntos. Nadie pensó en llevarme al hospital que estaba casi al lado ¿Para que? así es que aquel muchacho se puso a la tarea de coserme (y nunca mejor dicho) la herida. No me puso anestesia porque ni sabía donde estaba. Recuerdo aquella aguja en forma de gancho como si la viera ahora.

Mi madre, nerviosa perdida la pobre y llorando a todo llorar y yo animandola:
- Mami no llores ¡Si no pasa nada! No me duele.
Y era verdad, hasta que aquel aspirante a algo me pinchó, entonces si dolió y fueron seis pinchazos porque me "puso" tres puntos. Para rematar la faena e inmovilizarme la rodilla no encontró mejor solución que ponerme un cartón duro por detrás y vendarme.

Evidentemente dos de los puntos se infectaron, pero ya en manos de un médico y con los cuidados adecuados aquella herida cicatrizó como debía y quedó como un recuerdo "de guerra" 
De piscinas, recuerdos y cicatrices

La foto que veis arriba corresponde a lo que es hoy en día aquella piscina de mi infancia en la que aprendí a nadar, saltar del trampolín y en la que competí durante dos años (Sin ganar nada).
Dejó de ser una instalación de ocio familiar para convertirse en las instalaciones del Mundial de Natación de 1986 que se celebró en Madrid.

Ahora es el Centro Especializado de Tecnificacion Deportiva de Natación M-86. Está en proceso de ampliación y reformas para convertirlo en el mayor centro acuático urbano del Mundo, además, dispone de las primeras piscinas olímpicas con tratamiento de ozono para el agua.


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09 agosto 2010

¿En que época te hubiera gustado vivir?

¿En que época te hubiera gustado vivir?

Seguro que en más de una ocasión os han hecho esta pregunta y no habéis dudado a la hora de contestar.

Todos tenemos una época determinada de la historia que nos fascina por un motivo u otro, incluso hay quien decide que ésta, la que vivimos actualmente, es su época y no se plantea viajes al pasado o futuro.

Pues ahora yo os formulo la pregunta y seré la primera en contestar.

Viajaría al Renacimiento Italiano, sin dudarlo, sobre todo en el Quattrocento (siglo XV) y en Florencia.

Es un periodo totalmente rompedor, llega la luz y el color para desterrar la oscuridad de la Edad Media, la búsqueda de la belleza, la verdad y la perfección en todas las disciplinas del arte y la ciencia, el afán por aprender y enseñar, la investigación, la protección y el mecenazgo de los artistas.

El hombre es la obra más perfecta y no dudan en representarlo con todo detalle, aparecen las formas, la anatomía detallada, incluso los desnudos son admirados y valorados por su belleza, algo impensable en el medievo.

Los artistas no se limitan a una única disciplina, se lanzan a desarrollar múltiples actividades que les saca del anonimato y aparecen los encargos. Éstos llegan al taller de maestro que surge, precisamente, en esta época.
Pues esos talleres son los que me hubiera gustado conocer, trabajar mano a mano en esos proyectos arquitectónicos, escultóricos o pictóricos, ver como iban tomando forma las obras de arte que han pasado a la historia y hoy disfrutamos.

Así soy yo, necesito aprender cada día, tengo curiosidad por todo y si algo me llama la atención y me gusta me pongo a investigar para saber más, quizás sea ésta la razón por la que me gusta tanto el Renacimiento Italiano.

Ahora os toca a vosotros contestar: ¿En que época te hubiera gustado vivir?



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06 agosto 2010

¿Sólo palabras?

¿Sólo palabras?
Ella preguntó:
- ¿Me quieres?

Y él contestó mientras la abrazaba:
- ¡Claro que te quiero! 
¿Por qué lo preguntas?

- No sé ...

- ¿No te lo demuestro cada día?

- ¡Si!

- ¿Entonces?

- Me gusta escucharlo.
A veces necesito que me lo digas.

Él sonrió y tras un beso le dijo:
- ¡Te quiero!

Ella sonrió le devolvió el beso
y le susurro al oído:
- ¡Te quiero!


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03 agosto 2010

El encanto del vinilo

El encanto del vinilo

Una serie de casualidades acaecidas estos días me han hecho recordar el romanticismo que encierra seguir escuchando los discos de vinilo.
La primera fue una entrada en el bolg de Pizcos que mostraba una serie de preciosos y originales relojes cuyo material de diseño era, precisamente, discos de vinilo.
Posteriormente unas conversaciones que mantuve y en las que salió el tema musical, la última se desarrolló en Twitter este domingo pasado. La conclusión siempre fue la misma, son joyas que mimamos y de las que no queremos desprendernos.

Hay algo especial en encender el plato, ponerlo en marcha, colocar el brazo para que la aguja caiga suavemente en el inicio del disco o en la canción deseada, ahí nace ya un sonido característico, la aguja avanzando por los surcos, al que sigue inevitablemente la música. Incluso esos "crash, crash, crash" que acompañan a la canción tienen algo mágico que los CD y DVD no tienen.

Es cierto que las nuevas tecnologías han puesto a nuestro servicio mayor calidad de sonido, indudablemente, que la capacidad de almacenamiento de los nuevos dispositivos es infinitamente superior, también, pero ha aparecido la piratería y las descargas on-line, no voy a entrar en este tema tan peliagudo, y con los discos de vinilo no existía este problema.

Cada disco que salía al mercado era especial, además del grupo o solista y los temas que incluía, existía también un trabajo importante en el diseño y contenido de las portadas. Había un especial cuidado en que el producto fuera bueno en su totalidad, de ahí que haya portadas que han pasado a la historia junto con el disco por su calidad, por ejemplo:

The Beatles – Sgt. Pepper´s (1967): Portada diseñada por el artista pop Peter Blake.
The Beatles – Abbey Road (1969): Mítica portada que ha llevado a casi todos los turistas a imitarla y fotografiarse en el mismo sitio y en la misma postura.
The Rolling Stones – Sticky Fingers (1971): Portada diseñada por el artista Andy Warhol.
Pink Floyd – The Drak Side Of The Moon (1973): Famosa portada con la pirámide y el arco iris.

Me dejo muchas ¡seguro! pero creo que estas son de las más recordadas.

Y ayer me puse a revisar mi colección de vinilos, entre los de Javi y los míos tenemos unos cuantos y gran variedad de estilos. La foto de arriba corresponde a dos singles de los Beatles que contienen cuatro canciones cada uno, algo inusual. Todos los que los han visto nos dicen que tenemos dos joyas que no sabemos valorar, y es cierto, pero ni a Javi ni a mi nos gustan los Beatles ¡Vale! reconozco la figura artística, valoro su aportación a la música, pero no me gustan ¿Y por qué los tenemos? Son de finales de los 60, así es que supongo que por seguir la moda. Nos hemos planteado venderlos pero no terminamos de hacerlo, creo que en el fondo no nos apetece desprendernos de ellos. Tenemos hasta cuentos infantiles, los que nos ponían nuestros padres mientras nosotros mirábamos las imágenes en un libro.

La mayoría de nuestros vinilos son de los años 70 y 80, de muchos de ellos tenemos también el CD, así nos duraran más los antiguos.
Mientras el plato funcione y siga encontrando repuesto para la aguja, seguiremos escuchando esos discos de vinilo, y nos seguiremos levantando para darle la vuelta y escuchar la cara B. Es la magia de la música.

Gracias a Felix Casanova, autor del blog Historias de nuestra historia, y a Mr. Romántico, autor del blog La casa del Rock, por inspirarme esta entrada.


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01 agosto 2010

Hay, pero no

Hay, pero no

Hay sentimientos que gritan para hacerse entender, que se expresan pero no son escuchados y al final se quedan guardados y duelen.
Intentan salir pero se internan en un laberinto de emociones, llegan al estomago provocando angustia, se escapan, llegan a la garganta y se vuelven pánico antes de regresar de nuevo al corazón y romperse.

Hay brazos cansados de estar abiertos pero vacíos esperando a quienes ansían acoger entre ellos y abrazarles y ante la ausencia continúan así, abiertos y esperando a pesar del dolor.

Hay besos no besados, labios que buscan y no encuentran, besos tan hermosos que no pueden perderse en el aire porque tienen dueño y destino.

Hay palabras pronunciadas hasta casi la saciedad pero no escuchadas. Sinceras porque salen del corazón, necesarias porque hablan de amor y cariño, ignoradas por quien sólo las oyó y no entendió.

Hay sonrisas que se vuelven máscara y quieren esconder el dolor, proteger lo que se siente, aparentar lo que no hay y son sinceras pero no alegres.


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