14 septiembre 2010

Días Peter Pan

Días Peter Pan

Si, tengo días o momentos Peter Pan.
Es cuando necesito dejar de ser 'adulta' y busco esos recuerdos en los que todo era más fácil, sin responsabilidades, sin presiones, aquellos en los que lo más importante era jugar, descubrir, estar en la calle, compartir risas con los amigos y lo único que decidir era ¿A qué jugamos?

Todo te lo dan hecho cuando eres niño, te dicen cuando levantarte, que ponerte, que comer, cuando acostarte, ... ya piensan los adultos por ti.

Recuerdo como eran mis despertares en época de colegio, entraba mi madre en la habitación, subía la persiana de un tirón, abría la ventana de par en par y me quitaba la ropa de la cama de golpe, en pleno invierno me levantaba de un salto. La pobre siempre andaba corriendo, demasiadas cosas en la cabeza, pero entonces yo no lo entendía.
Al final de la tarde y en cuanto la Familia Telerin salía en la tele, mi hermano y yo nos convertíamos en Cleo y Teté y al son del 'Vamos a la cama' iniciábamos el camino hacia los sueños, sin protestas, con una sonrisa, aceptando con normalidad la rutina cotidiana.

Ahora me despierta el desagradable sonido del despertador y me voy a la cama cuando puedo o cuando ya no aguanto más pero eso no significa que vaya a dormir, puede ser que pase la noche en blanco y el maldito despertador me pille con los ojos aun abiertos.

De repente te haces adulto y aparece el trabajo, el sueldo a fin de mes, las facturas en el buzón, los horarios desordenados, llevar una casa, pensar y preparar los menús diarios, cuidar una relación, educar a los hijos, tomar decisiones, analizar situaciones, solucionar problemas, salvar las crisis ...

Es cierto que no estas solo, que tu pareja comparte los mismos quebraderos de cabeza y corazón  "adultos" pero a veces yo quiero descansar de ser adulta, aunque sólo sea un rato pequeño, sólo el tiempo suficiente para recargar mi energía y volver a la realidad.

Si, lo sé, ser adulto también tiene sus cosas buenas, maravillosas muchas de ellas, pero en mis días Peter Pan quiero volar al País de Nunca Jamás, encontrarme con Campanilla y los niños perdidos para urdir un nuevo plan con el que vencer al Capitán Garfio.


Seguir leyendo »

11 septiembre 2010

Tú que nunca has existido (JM Neva)

Tú que nunca has existido (JM Neva)
Míralo, se va el tiempo volando, libre y preso
acurrucado sobre el viento que nos rodea
agujas trucadas del mismo reloj travieso,
entra y sale por casa sin que nadie lo vea.

Titubea un momento, y no esperes su regreso
antaño joven ahora el cielo ya clarea,
es la historia de ese maldito reo inconfeso
que se escapa desde mil sueños, por la azotea.

Siente con alegría el vibrar de mi latido,
piel por la que resbala tu falsa corrosión
pobre diablo disfrazado ante ti me he reído.

Segundo de vida de minuto va seguido
las horas no son horas si pierdo la razón
¿Y te llaman tiempo tú que nunca has existido?

Por @jmlosuyo

Gracias JM por volver a conceder a este blog el honor de publicar tus hermosas palabras.


Seguir leyendo »

09 septiembre 2010

Post-vacaciones y ¿Coleccionables?

Post-vacaciones y ¿Coleccionables?

Hay algo que nunca he entendido ¿Qué tiene que ver la vuelta de vacaciones con el bombardeo publicitario sobre múltiples y repetitivas colecciones por fascículos? Cursos de idiomas (los de todos lo años) punto de cruz, camiones, abanicos, miniaturas diversas ...

Septiembre es un mes complicado, siempre he pensado que tiene más cuesta que Enero pero puedo estar equivocada.

Veamos, volvemos de unas vacaciones en las que, inevitablemente, hemos hecho un desembolso económico, aunque hayamos ido a casa de algún amigo, a la casa del pueblo o a visitar a madres y suegras, por poco que sea ¡Algo hemos gastado fuera del presupuesto! ¿No?
Cuando regresamos comienza, invariablemente, la compra de libros de texto, material escolar, uniformes (de los que soy completamente partidaria) y todo lo referente al "ajuar" escolar que, para los que no tenéis hijos os puedo asegurar que el gasto es brutal.

Por otro lado está el tan manido síndrome postvacacional, vuelta al despertador y a la rutina horaria, reencuentro con los compañeros y un trabajo que, en la mayoría de los casos, no nos satisface pero paga las facturas y tal y como están las cosas, encima hay que dar gracias por tenerlo.
Luego están los buenos propósitos como, por ejemplo, volver a la dieta que iniciamos allá por la primavera por lo de la "operación bikini" pero que hemos abandonado en las vacaciones, claro que cuando llegue la Navidad volveremos a dejarla y cuando vuelva la primavera ¡que siempre vuelve como las golondrinas de Becquer! nos acordaremos de nuevo de la dieta y repetiremos aquello de "el año que viene no me pasa" pero pasará.

Entonces ¿de verdad alguien piensa en iniciar una colección que le ate vete a saber por cuanto tiempo? Porque, eso si, el primer fascículo son ¡sólo! 4,95€, precio psicológico que en realidad son 5€ ¡800 pts! Si, yo sigo pensando en pesetas, para mi es la única manera de ver el valor económico real, por ejemplo, 6€ parece que no es nada ¡pues son 1000 pelas! y no es ninguna tontería.

¿Alguien destina parte de su presupuesto semanal o mensual a este tipo de colecciones que, en la mayoría de las casos, desaparecen de los kioscos antes del último fascículo?

Por supuesto respeto totalmente a quien lo hace y pido disculpas si alguien se ha podido sentir molesto con mi planteamiento.

Y ahora, por favor, iluminadme con vuestros comentarios, porque como siempre, ya sabéis que ¡tengo un follón mental ...! 


Seguir leyendo »

05 septiembre 2010

No es eterna

No es eterna


Éste es un segundo prestado,
éste un minuto de regalo,
éste un momento robado.

Ésta hora avanza,
éste hoy no vuelve,
éste ahora ya no existe.

Éste tiempo tiene limite.
Ésta vida no es eterna.


Seguir leyendo »

31 agosto 2010

Una Vespa ... y yo

Una Vespa ... y yo

A los 16 años la revolución de hormonas nos mete en cada follón ... Aunque hay cierta dosis de vergüenza y pudor, hay también mucho de descaro y "valentía".

A esa edad no conocía aun a Javi y salía con un chico apasionado de las motos. Su medio de transporte habitual era una Vespa azul pero en casa tenia otras dos o tres de campo.
Aquella moto me causo más de un disgusto, pero a los 16 años ¡Que importaba! Tener un novio con moto que siempre venia a buscarme donde estuviera y me llevaba de vuelta a casa era genial ¡Y no presumía yo nada de aquello!

El primer disgusto fue a causa de una preciosa falda larga de aquellas tipo indio que se llevaban entonces, se enganchó en el motor y quedó para tirarla. Acababa de comprármela mi madre, yo me empeñe en estrenarla y cuando llegué a casa la bronca fue estupenda.

De aquel chico guardo muy buenos recuerdos, era cariñoso y muy atento pero estaba empeñado en que aprendiera a montar en moto, algo que nunca me había planteado y ni siquiera sabía si me apetecía, pero tanto insistió que al final accedí.

Llegó el día y fuimos a un descampado en el que poder practicar sin "peligro", por supuesto no teníamos casco, en aquellos años aun no era obligatorio.
Ahí estaba yo, sentada en la moto, las manos en el manillar y escuchando atentamente las instrucciones sobre el freno, el embrague, el acelerador y las marchas.

- ¿Lo has entendido? 
- Si (¿Si?)
- ¿Te atreves a intentarlo? 
- Por supuesto
- Pues venga. 

Embrague ¿O era primero el acelerador? ¿Y el freno cual era? ¡No me dio ni tiempo! La Vespa se quedó clavada en la arena y yo salí volando por encima de ella.
Pero no fue eso lo peor ¡No!
Lo peor fue que para evitar hacerme daño en las manos ¡las quité y aterricé en el suelo con la barbilla! Mucho mejor ¡Donde va a parar!
¿Qué por qué hice eso? ¡Y yo que sé! Ya sabéis que soy un caso, que le voy a hacer.

La verdad es que no me pasó nada, sólo una pequeña herida en la barbilla que ha dejado una pequeña cicatriz que apenas se ve y que me recuerda hasta donde se puede llegar en la inconsciencia juvenil. Bueno, también me hace sonreír, para que os voy a engañar, que aquellos años tuvieron muchas cosas buenas y me gusta revivirlas.



Seguir leyendo »

27 agosto 2010

Calor

Calor

Me acerco a ti
atraída por el calor
que emana tu cuerpo.

Calor que huele a placer.
Calor que sabe a deseo.

Me acerco aun más
y con solo rozarte
el calor se vuelve fuego.


Seguir leyendo »