02 octubre 2010

Color


La noche avanza lentamente mientras yazco abrazada a ti, tranquila a tu lado, segura y complacida. Muy despacio te deshaces del abrazo, y en tu desvelo te quedas observando como paseo por el mundo de los sueños y sonríes, te gusta lo que ves.

Tu mano empieza a acariciarme suave, muy suave, apenas rozándome y mi espalda se convierte en un lienzo en el que vas esbozando contornos, delineando formas, quitando sombras y añadiendo luces. Retiras dulcemente la sábana que me cubre para ampliar tu obra.

Se despiertan mis sentidos y la piel reacciona a tus roces.
Sólo falta el color, y eso mi amor lo pondremos juntos.


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29 septiembre 2010

¡Bonjour París!

¡Bonjour París!

¡Se iban a París! No terminaba de creerlo ¡París! Sólo serían unos días pero que más daba ¡Era París!
Verían todo aquello que la fascinaba, lo que adivinaba través de los libros, lo que imaginaba mientras miraba las fotos, lo que soñaba cuando se convertía en la protagonista de la película que proyectaban en el cine, esa gran pantalla.

Los niños nos quedábamos con los abuelos y ellos volverían a ser novios por unos días en la ciudad de la luz y el amor.

Seguía siendo una joven muy hermosa y aun conservaba esa elegancia innata, nadie diría que ya era madre de dos niños, dos embarazos en menos de dos años y ambos partos con cesárea.  Viéndola parecía imposible, aun mantenía ese enorme parecido con Audrey Hepburn así que sería como ella en "Una cara con ángel" (Funny Face, 1957) paseando por París.

Transcurrian los años 60 y no era fácil poder realizar un viaje así porque no estaba al alcance de casi nadie, pero iban con los compañeros de mi padre. Habían organizado un pequeño grupo y se beneficiaban de un buen precio así que no lo pensaron y empezaron a prepararse para la aventura.

Versailles, Les Champs Elysees, la Tour Eiffel, Notre Dame, le Musée du Louvre, ... Pudieron verlo todo, muy deprisa, en muy poco tiempo pero lo vieron, incluso pudieron comprar algún souvenir y juguetes para nosotros.
Pasear por aquellas avenidas repletas de preciosos escaparates era un verdadero sueño para ella. Allí estaban las mejores firmas de moda, las más caros y ansiados perfumes, las firmas de cosméticos más cotizadas. Pero ¡Lo que son las cosas! Su modisto preferido era Balenciaga, un diseñador español afincado en Francia y considerado el creador del arte de la alta costura, incluso el perfume que ella utilizaba, Quadrille, tenia la firma del maestro Balenciaga.

Aun recuerdo la cara de mi hermano cuando vio aquel inmenso camión con volquete amarillo que venia de París ¡No habíamos visto nunca uno tan grande! Y mi regalo era precioso, un dormitorio completo para mis muñecas y todo de madera ¡Parecía de verdad! Aun no había nacido la Nancy pero era del tamaño perfecto para cuando la tuve, su armario con dos puertas, su cama con cabecero y colchón, su cómoda ¡No le faltaba de nada!

Aquel viaje al final nos hizo felices a todos, pero ironías de la vida, fue tan rápido y corto como su matrimonio desgraciadamente.

Yo recuerdo los regalos que trajeron, mi hermano nada porque era muy pequeño y mi madre, ...
A ella siempre le quedará París.


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25 septiembre 2010

Volver a empezar

Volver a empezar


No quiero la eternidad como promesa,
ni la espera de un mañana,
ni un futuro pactado.

Me gusta mi corazón acelerado,
saborearte sabiendo que hay un fin
y volver a empezar.

Provocarte, saciarme
y volver a empezar.

Buscarte las ganas, complacerte
y volver a empezar.

Saberte, conocerte, sentirte
y volver a empezar.

Agotarnos, sudar, respirar
y volver a empezar.

Ahora volver a empezar,
luego volver a empezar
y cada vez volver a empezar.


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20 septiembre 2010

Te miro

Te miro

Me sorprendo mirándote, espiando tus movimientos sin que te des cuenta sólo por el placer de hacerlo. No quiero nada, sólo verte, sólo admirarte, de momento es suficiente.
Ni siquiera hago nada para que te des cuenta, por ahora no importa.

Dejo jugar a la imaginación y me escapo con ella.

Podríamos ...
Quizás ...
Si yo ...
Si tú ...
¿Por qué no ... ?
Podría ser ...


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17 septiembre 2010

Luces

Luces

Da igual que amanezca,
que llegue la luz de la tarde
o que anochezca.

¿Entiende de "cuando" el Amor?
¿La pasión de "como"?
¿O el deseo de "donde"?

Prefiero el olor de tu piel
al café de la mañana,
el sabor de tus besos
a cualquier sobremesa,
el calor de tus caricias
al más suave pijama.

¿Importa acaso el cuando?
¿O el como o donde?
Tu cuerpo es bienvenido,
anhelado siempre.
No esperes, el mío
no entiende de tiempo.


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15 septiembre 2010

Recuerdo

El Interior Secreto: Recuerdo

A lo largo de mi vida he conocido a muchas personas. Unas forman parte de mi mundo, otras estuvieron pero tomaron caminos diferentes y de otras simplemente no queda ni el nombre.

Cuando aun era una niña, recuerdo la importancia de las amigas, esas con las jugaba en el recreo o en las tardes de buen tiempo en El Retiro.

- ¡Mama!, mi amiga Marta me ha dicho que ...
- ¡Mama!, Marta no me ajunta ...
- ¡Mama!, María no quiere jugar conmigo ...

Mi colegio era femenino (os hablo de mediados de los sesenta y primeros de los setenta) y nosotras encantadas porque los niños sólo estorbaban.
Yo me quedaba a comer así que el grupo de amigas lo formábamos las que estábamos más tiempo juntas. Eramos inseparables.

En todos los grupos siempre hay un líder y nosotras también la teníamos. Era la que decidía a que jugábamos y cuando y la seguíamos a pies juntillas. También era la que lo sabia todo, la que nos descubría los misterios de la vida.
Ella fue la que nos informó con cara de mayor y de "pobrecitas de lo que se van ha enterar" que los Reyes Magos no existían, que eran los padres.

- ¡Mamaaaaaaaaaaa! Susana dice que los Reyes Magos no existen.

Y mi pobre madre con cara de pena por la inocencia perdida me confirmo la triste noticia, pero recurrió a "que ya era mayor" para que no se lo contara a mi hermano porque aun era pequeño (sólo le llevo un año). Y con este pacto consiguió mi silencio.

De la misma manera nos enteramos de que ¡tampoco existía el Ratoncito Pérez!

- ¡Mamaaaaaaaaa! Susana dice ...

Y mi madre la misma cara de pena y cierto aire de "a Susana la voy a matar."

- ¿Sabéis? a los niños no los trae la cigüeña, salen de la tripa de las mamás.
- ¡Hala! ¿si? ¿y como se meten ahí?
- No se meten tonta, están siempre ahí pero son muy pequeñitos. Cuando los papás le dan un beso en la boca a las mamás empiezan a crecer y cuando son grandes el medico los saca.

- ¡Mamaaaaaaaaaaaaa! que Susana dice que los niños ...

A estas alturas mi madre estaba dispuesta a cargarse a Susana.
Y mientras mis amigas espiaban a sus padres para ver si iban a tener algún hermanito, yo estaba tan tranquila porque mi mamá no tenia a mi papá para darle besos.

Y seguíamos creciendo entre juegos y confidencias. De repente un día en clase de gimnasia nos dimos cuenta de que una compañera llevaba sujetador y fuimos corriendo a ver que la pasaba. No le pasaba nada malo, como es lógico, simplemente su cuerpo estaba cambiando.

- ¿Y a nosotras también nos van a crecer las tetas?
- Pues claro ¿o no ves que todas las mujeres las tienen?

Pues no, nunca había pensado en mí como mujer ¡era una niña!

- ¡Mamaaaaaaaaaaaaaaa! ...

Pero no solo tuvimos que empezar a llevar sujetador (los de entonces picaban como demonios que no existía la lycra), sino que empezaron a salirnos pelos donde no pensábamos que pudieran salir y nos mirábamos las unas a las otras para descubrir si había más cosas que nos tenían que cambiar.

- ¡Mamaaaaaaa! ...
- No te preocupes hija, que con la cera te los quito y ni se nota.
- ¿Qué cera? ¿esa que calientas en ese cacharro pringoso?
- Si, pero no te preocupes que no te vas a enterar.
- ¿Como que no me voy a enterar si me vas a poner encima una cosa que quema y luego me vas a dar un tirón? Además ¿Para que salen estos pelos si luego hay que quitarlos cada dos por tres porque siguen creciendo?
- Cariño es que te estas haciendo mujer.
- ¡Pues yo no quiero ser mujer!

Y Susana nos seguía "educando" en los misterios de la vida, porque los cambios no habían terminado, quedaba el premio gordo. En aquellos tiempos había temas que en casa no se hablaban, pero que nos importaba a nosotras ¡si teníamos a Susana!
Gracias a ella nos enteramos que llegado el momento una vez al mes sangrábamos durante tres o cuatro días y que ¡encima dolía! Ante tanta cantidad de información no deseada yo me callaba, pensando que a mi eso no me iba a pasar.

- ¡MAMAAAAAAAA!
- ¿Qué te ha pasado? (llegó corriendo y con los ojos desorbitados porque mi grito se había oído en todo Madrid).
- ¡Ay hija que susto me has dado! contestó mientras yo le enseñaba la prueba de mi "cambio."
- No pasa nada cariño, ¡ya eres mujer! sólo eso. Mira te tienes que poner una compresa así ... Y ahora tienes que tener cuidado con los chicos, no dejes que te toquen porque a partir de ahora vas a llamar la atención y tienes que ser decente que así los chicos te valoraran más.

¿Como que ya era mujer y que sólo era eso? ¿Y que tienen que ver los chicos en esto? Que no, que estaba sangrando y ¿Qué era eso de que ahora me tenia que poner esos "pañales"? Porque eran unos tubos de gasa rellenos de un montón de capas de algodón que abultaban más que una cajetilla de tabaco y por supuesto no tenían adhesivo, ni alas, ni celulosa ultra absorbente, ni venían en discretos envoltorios, ni se sabia lo que era la palabra "extraplana."

- Pero mamá Susana dice que hay unas cosas que se llaman tampones ...
- ¡Mira estoy de Susana hasta el moño! y de tampones nada, que eso no puede ser bueno.

Pero ¿Como que no? ¡Si son el mejor invento después de la lavadora!

Y las hormonas empezaron de repente a tener vida propia, empezamos a sentir cosas que no conocíamos, pero ahí estaba Susana para explicarnos todo.
Ella fue la primera que se besó con un chico y por supuesto nos dio todo tipo de detalles, porque nosotras queríamos estar preparadas y saber que teníamos que hacer cuando llegara el momento.

- ¿Qué te metió la lengua en la boca? ¡Que asco!
- Que no da asco, que ya veréis como os gusta.
- Eso lo dirás tú, a mi no me mete la lengua en la boca nadie.

Y apareció el primer amor, ese que es el único, el hombre de mi vida, mi Romeo. Y llegó el primer beso y a éste le sucedieron otros. Como también hubo otros amores, tan dramáticos como corresponde a esa edad.

Acabamos el colegio y cada una siguió su camino, pero me acuerdo de todas ellas, de sus nombres y apellidos, de sus caras ... Todas aportaron su trocito a mi vida y me gusta pensar que ellas también me recuerdan con el mismo cariño.

A Susana Barral

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