22 febrero 2011

Para toda la vida

Para toda la vida

"En lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe"
¡Uf! Con todos mis respetos, esta frase siempre me ha dado escalofríos y no me la creo.

Ni Javi ni yo somos creyentes, así es que fuimos coherentes y no cumplimos con ese rito que, entre otras cosas, es más social que religioso, pero repito, respeto a todos los que deciden pasar por el altar.

Cuando me dicen que se me ve enamorada de Javi siempre contesto que si, en este momento, a esta hora y en el día de hoy, pero no sé lo que sentiré mañana, o la semana que viene, mucho menos pasado un mes o el próximo año, y si yo no puedo poner la mano en el fuego por mi ¿Como la voy a poner por él? Si, llevamos juntos casi treinta años ¿Y qué? Eso no significa nada.

He conocido parejas perfectas de esas como de película que de repente rompen ante la incredulidad de casi todos y pierden la educación, el civismo y el respeto.
Nadie sabemos lo que ocurre en la casa de cada cual, una cosa es lo que aparentan y otra muy distinta la realidad. De la misma forma que cuando una pareja se separa la culpa es de ambos excepto en caso de abusos o malos tratos.
Un familiar me juraba y perjuraba que su relación iba bien y que no entendía porque la había dejado. Entiendo el dolor y el desconcierto, pero no hay nada peor que dar por sentado la seguridad de un amor. Una cosa es que tú te consideres feliz porque tienes lo que quieres y otra que tu pareja sienta lo mismo, eso es falta de comunicación, lo que dará al traste con cualquier relación.

La vida es corta y pasa muy deprisa. Nuestros deseos, necesidades y prioridades evolucionan con nosotros según vamos cumpliendo años, no, no quiero decir que nos hagamos mayores, ni mucho menos, sólo que aprendemos a valorar ciertas cosas que a lo mejor a los veinte ni siquiera tuvimos en cuenta. Pero sigue existiendo el amor físico, la urgencia de saciar el deseo con la misma intensidad que la primera vez, pero nadie puede garantizar que la persona que nos provoca esas sensaciones sea siempre la misma.

No, no creo en el amor eterno, creo en el amor diario, en los detalles que lo mantienen vivo, en enamorarme de él a cada momento.

Cuando nacemos abrimos los ojos al mundo, según vamos creciendo los abrimos a la vida y el amor es una maravillosa consecuencia que surge en este proceso.


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21 febrero 2011

Entre silencio y ruido

Entre silencio y ruido

Buscamos, desesperadamente en ocasiones, nuestros momentos de silencio.
Un silencio necesario, imprescindible diría yo, para descansar del mundo, analizar y asumir ese estado en el que nos hallamos o simplemente encontrarnos.
Silencio que no implica necesariamente soledad, en absoluto.

Pero en ese silencio aparecen de repente los ruidos, sonidos que nadie oye excepto nosotros.
Ruidos ensordecedores acompañados de imágenes oscuras e innecesarias a las que ni siquiera hemos llamado, pero aparecen.
Como lo hacen también los necesarios ruidos de las risas, de las voces queridas aunque ausentes, de los pasos que se acercan e iluminan nuestros ojos o el de los besos castos e inocentes y el de los que no lo son pero deseas.

Hay en el silencio ruidos sordos como las palabras huecas, los gritos mudos o las conversaciones vacías.
Ruido de espejos rotos cuando el reflejo que nos muestran destroza nuestro sueño o no se ajusta a lo que creemos.
Ruido de voces que gritan lo que debes hacer, como tienes que ser o como creen que eres.

Yo sigo rompiendo espejos, creando ruidos en mi silencio, sin miedo, sin imposiciones ni dudas.


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18 febrero 2011

No esperes

No esperes

Si te acercas, no te dejes las intenciones.
Si me miras, no encierres las emociones.
Si me abrazas, no te pierdas en las ganas.
Si me adivinas, no escondas las caricias.
Si me besas, que se hagan realidad los sueños.
Si me susurras, que tu aliento temple mi piel.
Si ya los sabes ¿A que esperas?


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16 febrero 2011

Nuestros amores

El interior secreto: Nuestros amores

De pronto empezamos a sentir cosquillas o mariposas en nuestro interior. No sabemos como pero nuestras hormonas ahora tienen vida propia, tanto tiempo escondidas y de repente explotan y todo se convierte en ahora o nunca.
Si descubrimos a un chico mirándonos bajamos la vista avergonzadas, nos suben los colores y el corazón empieza a latir como si se quisiera escapar y lo que antes hubiera podido ser una sonrisa ahora se convierte en querer escondernos debajo de la mesa o detrás de la columna, pero eso si, mirando por el rabillo del ojo al culpable de tanta desazón.
Empezamos a mirarnos al espejo y nos descubrimos poniéndonos guapas hasta para salir a comprar el pan. Las miradas perdidas y los roces de paso nos tienen en vela hasta las tantas y soñamos con amores imposibles. Todo se vuelve dramático, las ilusiones y las decepciones.

¿Pero qué chicos nos gustan? Los malos, los duros, los de mirada fría y gesto severo, los que causan problemas. Porque nosotras en esa mirada fría vemos tristeza, en el gesto severo gritos de socorro y si causan problemas es porque son unos incomprendidos. Y para eso estamos nosotras, para salvarles y protegerles porque nuestro amor lo puede todo. Y aunque no nos haga ni caso nosotras sabemos que nuestro destino es estar juntos.
Hasta que aparece otro aun más duro y volvemos otra vez a la misma espiral, al amor dramático de película.

Y así nos vamos enamorando y desenamorando a lo largo de nuestra vida hasta que nos hartamos de proteger lo imposible y queremos ser nosotras las protegidas.

Buscamos al que nos mira a los ojos, al que se fija en que nos hemos cortado el pelo, el que está pendiente de nuestro ánimo, el que sabe cuando dar un abrazo y responde a nuestra pasión.

A veces nos equivocamos simplemente porque la perfección no es perfecta, pero ya no escribimos el guión de Romeo y Julieta con su dramático final, queremos el que dice ... Y fueron felices y comieron perdices.

¿Significa esto que hemos renunciado a la ilusión del amor juvenil? No, simplemente hemos madurado y preferimos reír en compañía que llorar en soledad, conocer lo que tenemos a ignorar, y además ahora sabemos que el amor no tiene porque ser dramático, lo hay también dulce, tierno, sereno, alegre y con colores y reclamamos nuestro derecho a sentirlo.

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14 febrero 2011

El presente junto a ti

He de reconocer que no me gusta el día de San Valentín. No entiendo porque hay que dedicar un solo día al amor cuando deberíamos disfrutarlo a cada momento.
Esta canción habla del amor en presente que es como tiene que ser, y me encanta.

Espero que la disfrutéis como yo. Y por supuesto ¡Vivamos el amor!

El presente junto a ti
Te he enseñado cosas que no sé 
aprendidas en el campo de tu piel.
Te he enseñado lo bonito que hay en mí.

Te he enseñado la primera vez 
las demás te has hecho tu con el timón,
te he enseñado que el futuro es de los dos.

No he enseñado el lodo los colmillos y el dolor.
He escondido el polvo 
y las heridas del pasado no las oigo.
Que el presente junto a ti 
ha arrasado el alma, mi amor
hasta lo más grande que hay en mí.

Te he enseñado a hacer una canción 
con los argumentos de la discusión.
Te he enseñado el ejercicio de escuchar.

Te he enseñado el truco de saltar desde el pensamiento hasta la eternidad.
Te he enseñado a ser feliz con respirar.



Titulo de la canción: El presente junto a ti.
Autor letra y música: Nacho Cano.
Album: Amor Humor.
Año: 1999 


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11 febrero 2011

Besos premeditados

El Interior Secreto: Besos premeditados

Besos tiernos que evocan sonrisas.
Besos amables que procuran dicha.
Besos suaves que reviven alegría.
Besos que no se olvidan.

Besos, besos, besos, ...

Besos que provocan.
Besos que desean.
Besos que te buscan.
Besos que despiertan.

Besos que saben.
Besos que encuentran.
Besos de tu boca.
Besos de la mía.

Besos sin dioses,
ni santos, ni celebraciones,
sólo el placer de sentirlos,
sólo el gusto de besarlos.

Besos premeditados,
con lujuria y alevosía.
Besos con manos,
lenguas y cuerpos.

Besos, besos, besos, ...


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