Dos palabras, tan solo eso ¡Pero tan importantes y necesarias!
Pronunciarlas puede ser fácil, difícil, que se queden atragantadas y no puedan salir o que el miedo nos paralice ante su enorme significado.
'Te quiero', palabras que se dicen con facilidad y sinceridad a hijos y padres. Salen del corazón y no existe miedo a pronunciarlas, brotan solas, provocan sonrisas y dan seguridad a quien las escucha.
Pero ¿Qué pasa cuando hablamos de relaciones en pareja o la posibilidad y el deseo de que lo sean?
Es entonces cuando aparecen los problemas y las dudas.
Cuando la pareja está consolidada damos por hecho que la otra parte lo sabe y no es necesario decirlo. Un error muy común.
Nada se da por sentado entre dos personas, si existe amor hay que cuidarlo y si nos gusta escucharlo ¿Por qué no decirlo? Tan sólo son dos palabras ¡y significan tanto!
Otra posibilidad es desear decírselo a quien aun no lo sabe, o si lo sabe calla, llegan las preguntas, decisiones y nuestras propias respuestas.
¿Y si se lo digo y el/ella no siente lo mismo?
1ª opción: Casi mejor no se lo digo y seguimos siendo amigos.
2ª opción: Da igual, se lo tengo que decir. No puedo seguir así, mi corazón va a reventar, y si no es reciproco por lo menos sabré a que atenerme.
3ª opción: ¡Uf! Mejor espero a que me lo diga el/ella.
Evidentemente hay muchas más pero sería demasiado largo, lo dejaremos así.
¿Y si resulta que el/ella también me quiere?
1ª opción: ¡Bien! nos queremos ... pero ¿Y ahora qué?
2ª opción: ¡Genial! A partir de ahora debemos disfrutar de este amor y recuperar el tiempo perdido.
3ª opción: ¿Y qué significa esto? ¿Es un compromiso? Y si dejo de quererle/la ¿Qué hago?
Y otras tantas opciones que podríamos escribir un libro.
Si queremos ¡Hay que decirlo! Guardarlo sólo produce angustia e inseguridad. El silencio hace daño. El miedo hay que superarlo. Las dudas no tienen sentido, lánzate, di 'Te quiero' y respira. No existen los inconvenientes, un 'Te quiero' ayudará ha superarlos.Pronunciarlas puede ser fácil, difícil, que se queden atragantadas y no puedan salir o que el miedo nos paralice ante su enorme significado.
'Te quiero', palabras que se dicen con facilidad y sinceridad a hijos y padres. Salen del corazón y no existe miedo a pronunciarlas, brotan solas, provocan sonrisas y dan seguridad a quien las escucha.
Pero ¿Qué pasa cuando hablamos de relaciones en pareja o la posibilidad y el deseo de que lo sean?
Es entonces cuando aparecen los problemas y las dudas.
Cuando la pareja está consolidada damos por hecho que la otra parte lo sabe y no es necesario decirlo. Un error muy común.
Nada se da por sentado entre dos personas, si existe amor hay que cuidarlo y si nos gusta escucharlo ¿Por qué no decirlo? Tan sólo son dos palabras ¡y significan tanto!
Otra posibilidad es desear decírselo a quien aun no lo sabe, o si lo sabe calla, llegan las preguntas, decisiones y nuestras propias respuestas.
¿Y si se lo digo y el/ella no siente lo mismo?
1ª opción: Casi mejor no se lo digo y seguimos siendo amigos.
2ª opción: Da igual, se lo tengo que decir. No puedo seguir así, mi corazón va a reventar, y si no es reciproco por lo menos sabré a que atenerme.
3ª opción: ¡Uf! Mejor espero a que me lo diga el/ella.
Evidentemente hay muchas más pero sería demasiado largo, lo dejaremos así.
¿Y si resulta que el/ella también me quiere?
1ª opción: ¡Bien! nos queremos ... pero ¿Y ahora qué?
2ª opción: ¡Genial! A partir de ahora debemos disfrutar de este amor y recuperar el tiempo perdido.
3ª opción: ¿Y qué significa esto? ¿Es un compromiso? Y si dejo de quererle/la ¿Qué hago?
Y otras tantas opciones que podríamos escribir un libro.
'Te quiero' no es caer al vacío. 'Te quiero' es lanzarse a la Vida. 'Te quiero' es una promesa, un posible futuro, la dulzura de una caricia, saber con una mirada, los sueños en un beso.
Son tan sólo dos palabras que se complementan y llenan de felicidad. 'Te quiero'.