05 julio 2012

¡Un año más!

¡Un año más!

¡SI!
Adiós a los 48
¡BIENVENIDOS LOS 49!

Ya sabéis, barra libre de tarta. 
Y si se acaba hay más.

Como es mi fiesta la música la pongo yo.

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03 julio 2012

De recuerdos y cambios en el cole

De recuerdos y cambios en el cole

Hasta ahora os he contado como fueron e influyeron mis años de escolarización, pero nada de la estancia en mi querido cole y los recuerdos que mantengo de él.
El Colegio Sagrado Corazón - Reparadoras, fue fundado en 1940 en Madrid donde tuvo su sede en la calle Narváez 57, en un pequeño palacete que fue remodelado y ampliado a lo largo de los años para adecuarse a la demanda de escolarización y a las nuevas necesidades educativas de los tiempos. Su oferta educativa desde Parvulario a Bachillerato incluía un nivel académico exigente, una formación basada en la visión creyente y crítica de la sociedad y la vida junto con un estilo cercano y familiar. En 1978 el colegio de Narváez, con su profesorado y parte importante de su alumnado, se traslada a Majadahonda y abre sus puertas el 2 de Octubre.
En Septiembre del año 1967 mi hermano y yo entrábamos por primera vez en aquel colegio que mi papi nos había enseñado unos meses atrás. Perfectamente uniformados y con los babys tan impecables como nuestro pelo recién peinado, nos dispusimos a empezar aquella nueva etapa que era una autentica incógnita.
Mi hermano no estaba demasiado convencido, bueno, para ser sincera no le gustaba nada la idea de separarse de mami, pero yo iba encantada y cuando vi que había un tobogán enorme, otro más pequeño, columpios y un puente de esos en el que nos encantaba colgarnos cabeza abajo pensé que mis padres nos habían llevado a la Casa para jugar.

Un colegio femenino que hasta 1º de E.G.B era mixto, por eso mi hermano y yo nos mantuvimos juntos esos años.
Aulas infantiles llenas de color y con el mobiliario adecuado a nuestra pequeña estatura. Juguetes y juegos que las religiosas utilizaban para su divertido y efectivo método educativo.
En los recreos teníamos un inmenso patio para correr en el que había dos canastas de baloncesto y dos agujeros, cerrados a prueba de niños, que servían para instalar la red de Voleibol, y, por supuesto, la zona de los columpios.
Risas, alegría e inocencia, ese es el sonido que recuerdo, las risas.

En Febrero de 1968 fallecía mi padre y aquellas cariñosas y dulces religiosas nos convirtieron en "sus niños". Según entraba por la puerta del cole y veía a Sor Eloísa empezaba a correr hasta que ella me cogía en brazos y me llenaba de besos.
A partir de ese momento nos quedábamos a comer en el colegio ¡Genial! Más tiempo de juegos.
Aquel comedor olía a la rica comida que preparaban las religiosas, expertas cocineras.
Felicidad a pesar de la ausencia que aun no entendía y ni siquiera sabía lo que era, ese es uno sentimientos que recuerdo, la felicidad. Y otro, el cariño.

Llego el año en que mi hermano se incorporó a su nuevo cole, y yo encantada. Estaba harta de que en los recreos se pusiera el baby a modo de capa y con su amigo se tirara al suelo, justo cuando jugábamos a la goma, para vernos las braguitas ¡Pues pronto empezaba!

Y empezamos las clases en el edificio principal. Los pisos altos estaban reservados a las niñas internas que estaban lejos de su casa, y a la residencia de las religiosas. El resto eran aulas. Según avanzábamos de curso subíamos al siguiente piso.
Techos altísimos y puertas que querían llegar hasta ellos, un aula de Ciencias en la que nos recibía un esqueleto y armarios enormes en cada aula, tan grandes que entrábamos cómodamente y que, en alguna ocasión, utilizamos para escondernos de alguna clase. En vez de novillos nosotras nos escondíamos en aquellos armarios. Ya sabéis, deberes que "no habíamos tenido tiempo de hacer" o ser invisibles a la hora de que los castigos llegaran. En uno de esos "escondites" le di un golpe a mi guitarra que tuvo como consecuencia un intento de agujero que aun tiene como recuerdo de aquellos días.

La planta baja era un distribuidor enorme que daba a la capilla, a secretaría y a las escaleras de las aulas. Presidía aquella estancia un gran y oscuro cuadro con el retrato de la Madre Fundadora que nos aterraba porque, según nuestra infantil imaginación, nos perseguía con los ojos. Pero nos podía la curiosidad y en cuanto veíamos el camino despejado allá que íbamos para salir corriendo minutos después. Curiosidad, ese es otro de los sentimientos que recuerdo, una enorme curiosidad.

Pasaron los años y aquel precioso, acogedor y casa de mis felices recuerdos, se derrumbaba para construir un edificio horroroso, reconozco que le tengo manía y cada vez que paso por allí y le veo aparece el mal humor.

El nuevo colegio es moderno y las instalaciones magníficas no puedo negarlo. Bastante más grande que el antiguo, rodeado de pinares y una zona infantil independiente.
Pero ya no había religiosas cocineras, ahora teníamos una especie de auto-servicio que nada tenía que ver con la sabrosa comida que recordábamos. El aula de ciencias es impresionante, pero ya no hay esqueleto. El uniforme nos pareció horrible comparado con aquel cómodo pichi Príncipe de Gales. Y así muchas otras cosas.

Hace unas semanas tenía que presentar unos documentos que se quedaron en casa de mi madre ¿Y qué ocurrió? Pues lo habitual en ella, encontró los de mi hermano, mis notas, las actas, ... pero de lo que yo necesitaba ¡Nada! Tuve que llamar al colegio para ver si podían hacer algo ¡Podían y tenía que ir a recogerlo!
De camino iba nerviosa no sé porque, y cuando llegué me invadieron un montón de sensaciones, los olores, los ruidos, las risas, los adolescentes inconformistas ¡Uf! Mi maquina del tiempo me traslado a un pasado feliz.
Abrí la puerta y me convertí en la niña con uniforme que iba a clase de ...
En secretaria me dieron una copia de los documentos que necesitaba, pero yo quería más, necesitaba poder ver y hablar con la directora.
Cuando llamé por teléfono supe que la nueva directora es Sor Ana que fue mi tutora durante dos años y profesora de física y química, y la paciente religiosa que nos provocaba a debatir, la que me aguantaba cuando renegaba de la existencia de su Dios e imponía la muerte prematura como argumento implacable contra su bondad exigiendo respuestas a la perdida de mi padre. Tenía que verla.

Y la vi, dos besos y un abrazo que no puedo explicar lo que me hicieron sentir. Nos pusimos al día, recordamos y sonreímos.
El famoso cuadro de la Madre Fundadora había desaparecido en un incendio que destruyó parte del colegio.
Hemos quedado en volver a vernos, no dejaré que pasen otros 30 años para sentir ese pasado feliz y recuperar esas sensaciones que me hicieron sentir mariposas en el estomago.


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29 junio 2012

¿Qué me provocas?

¿Qué me provocas?
¿Qué me provoca de ti?
¿Qué tienes que me vuelve loca?
¿Qué haces que me pierdo?

Tus ojos que hablan me llaman y atrapan.
La cercanía de tus labios que imploran los míos.
Tus brazos alrededor de mi cuerpo sin intención de soltarme.

Me provoca tu cuerpo dispuesto para mi.
Me vuelve loca saber que tú también sabes.
Me pierdo en tu tacto, tu sabor y el lúcido sonido de la insensatez.

Me provoca la locura de perderme en ti.
Me enloquece provocarte y te pierdas conmigo.
Me pierde tu loca provocación.

Me provocas tú.
Tú quien me vuelve loca.
Tú con quien me pierdo.


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25 junio 2012

Me río de mi

Me río de mi

Uno de los cursos a los que me mandó mi ex-jefe consistía en buscar y aprovechar nuestras facultades en el mundo laboral. Cada día teníamos que explicar o exponer ante los demás que es lo que nos daba vergüenza, recuerdos agradables o no, etc.
El único beneficio que me proporciono dicho curso es hablar en publico con toda naturalidad, beneficio que le vino estupendamente al ex-jefe porque me utilizaba, en el buen sentido, para todo evento presentación exposición o lo que surgiera.
¿Conclusión? ¡Me encanta hablar en público y un micrófono más que a un tonto un lápiz!

Pero a lo que íbamos. Una de las premisas del curso era que cuando te levantas por la mañana te mires al espejo y digas "Que estupenda estoy"
Yo lo he intentado varias veces y por mucho que me empeñe no le encuentro utilidad ninguna.

Mi pelo demuestra que ha perdido claramente su batalla con la almohada. No tengo ojos, apenas dos lineas que parecen más un pintarrajo. El color de la cara es indefinido y la boca ... ¿Pero tenemos eso?
Así es que lo de "estupenda" tendría que buscarlo debajo de una uña o en la planta del pie, pero como estoy recién levantada no tengo ganas de hacerlo.

Si, me río claramente de mi misma y eso es lo que mantiene mi cabeza sobre los hombros, bueno, a veces.
Incluso en los peores momentos, esos bajones sin paracaídas en los que cuando llego al fondo el golpe me deja en "estado muy grave pero se recuperará" como diría un médico o más bien como me dicen los médicos de visita "obligada"
Esos días en que las lágrimas pueden producir una inundación pero la consecuencia es una nariz color tomate maduro que se cae a trozos más el inevitable uso de kilos y kilos de kleenex, aun no entiendo como no me hacen miembro de honor o algo así.

Pero de repente voy a por un vaso de agua que se bebe el suelo, pongo a calentar algo ¡estoy convencida de ello! y espero y espero y me digo "que raro" hasta que compruebo que no he encendido el maldito botón de la vitro.
Se apaga el móvil y "eso es imposible porque lo cargué ayer" intento encenderlo, lo desmonto no vaya a ser que la tarjeta sim o la batería no estén bien colocadas ... y nada, está claro que lo tengo que poner a cargar y ¡Se me enciende una lucecita! que me grita ¡¡¡Ayer no cargaste nada!!! Bueno, pues será eso. "Voy a poner a cargar el portátil que me da la sensación que le pasa lo mismo"
"Vaya por dios, se ha ido el Sol" y otra vez la lucecita ¡¡¡Quieres hacer el favor de subir los toldos YA!!! "Uys, es verdad, que los bajé esta mañana"
"Javi se ha estropeado mi despertador y me he levantado tarde" Lo mira "A lo mejor si enciendes la alarma es posible que funcione" Ahhh, vale, no me di cuenta.
Me pongo a fregar los cacharros del desayuno ¿Y la taza? lucecita ¡La has tirado a la basura! "¿Como la voy a tirar a la basura? Estoy tonta pero no para tanto" Pero por si acaso voy a mirar ... y allí está ¿Por qué? Ni idea.

Quedo con mi madre ¡Vaya dos que nos juntamos! Entramos en una tienda y nos volvemos locas, bueno vale soy yo la que enloquece volviendo loco también al vendedor. Llega la hora de pagar y empieza el habitual y absurdo dialogo de "Pago yo. De eso nada, pago yo" que siempre zanjo inmediatamente con un "No la haga ni caso que está mayor" y le doy la tarjeta. Discúlpeme pero la tarjeta sale rechazada y lo he intentado dos veces "¡Imposible! En el banco hay dinero, inténtelo una vez más que yo creo que la maquinita está estropeada" Pues sigue saliendo rechazada, a todo esto mi madre partida de la risa y yo sin verle la gracia, "Déme la tarjeta" La miro y ... ¡Está caducada y no llevo suficiente dinero! Bien ¿Y ahora qué? ¿Me escondo debajo del mostrador? ¿Salgo corriendo y dejo allí a mi madre y todo lo demás? Pero me contuve mientras mi querida madre, que ya no podía con la risa, dio su bendita tarjeta ¡que no estaba caducada! Y empecé a reírme.
Mi madre es capaz por si sola de montar algún espectáculo y yo lo hago sin ayuda ninguna pero ¿Las dos juntas o con sus hermanas? Más vale echarse a temblar e ir vestida con el mejor humor y paciencia.
Mientras íbamos hacia del aparcamiento la risa de mi madre continuaba y la mía también ¿Es que no somos capaces de pasar desapercibidas aunque sólo sea un día?

Cada día es una "aventura" nueva y no soy capaz de alterarme por ello, sé que soy así con depresión o sin ella y lo acepté hace mucho tiempo ¿Solución? Seguir riéndome inevitablemente de mi misma aunque esté recluida en mi habitación voluntariamente o hecha un ovillo en el sofá o sin querer hablar con nadie.
No es que suelte carcajadas como una loca, pero es una risa sana que me recuerda quien soy e intenta ponerme en mi sitio.

Pues nada, voy a ver si soy capaz de no liar alguna. Si la lío me reiré y lo haré también si no lío alguna de las mías.

Pues eso ¡A REÍRME DE MI MISMA!

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22 junio 2012

¡Quiero!

¡Quiero!
Si te vas hazlo despacio, tan despacio que pueda alcanzar tu espalda.
Mis labios quieren rozarla mientras abrazo tu pecho.

Los besos jugarán con tu piel y mis manos recorrerán tu cuerpo tan dulcemente que sólo notaras la suave brisa que sigue a las caricias.

Mi aliento alcanzará tu cuello con intención y provocar el escalofrío que dice ¡Quiero!

Y me encuentro con tu boca dispuesta, las manos alcanzando su ritmo y las palabras saliendo de su encierro.

Y mis manos explorándote hasta llegar a los limites impuestos, no hay nada que me impida romperlos.

Y continuo, y continuas y gritamos un ¡Quiero! valiente y atrevido.


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20 junio 2012

Te dejo un poema (Anuar Bolaños)

Te dejo un poema

Por la soltura del alba
victoriosa en tu rostro
y la tibia luz de tu mirada
esparcida en el día.

Por tu canto
llegado a mí como un arrullo
a mitad del desamparo.
Por tu fragancia
y la calidez de tu cuerpo
en el abrazo estrecho.

Por el beso nuevo
y la esperanza que fundas.
Por los anhelos
arrinconados en mi pecho.
Por haber presentido
tu llegada
sin asombro.

Por el reloj de arena
sugerido en tu talle.
Por el obsequio nocturno
que tu piel desliza en mi lecho.

Por ti -enigma sin bordes-
se juntan estos datos,
sucumben estos sueños. 
Autor: Anuar Bolaños

Gracias Anuar por permitirme publicar este hermoso poema que me emocionó nada más empezar a leerlo.

Anuar me dejo esta joya como comentario en el post Déjame esta noche ... no soñar, decía "Te dejo este poema ..." y he decido utilizar esta dedicatoria como titulo de esta entrada. Espero que te guste poeta.

Anuar Bolaños es autor del blog Tal vez quise decir que, evidentemente, os recomiendo. En el encontraréis sentimientos a flor de piel y escritos con enorme sensibilidad.

En este caso fue él quien me encontró, pero tras leer esta belleza no tuve que pensarlo mucho, entré en su blog ... y me quedé. Se ha convertido en uno de mis indispensables. 
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