He sido arqueóloga y en mis expediciones conseguí los más grandes hallazgos. Resolví mil crímenes cuando fui detective. Compartí mesa y opinión con célebres personajes que influyeron en la historia. Empuñé espada, he sido héroe, reina y rey. He vivido el dolor de la pobreza, el horror de la guerra, la tristeza del alma y la alegría por la vida. Como investigadora quise descubrir una cura a la enfermedad. Fui musa, escritor, pintor, bufón e inventor.
He aprendido e indagado porque provocaron mi curiosidad, he disfrutado mientras imaginaba las facciones de cada personaje, me apasiona la belleza de la poesía, he descubierto nuevos escritores y me reencontré con los clásicos.
Aventuras, cuentos y realidad, ficción o no, es la magia que habita en los libros.
El olor a tinta cuando son nuevos, las hojas que no se dejan doblegar, el necesario marca-páginas que nos recuerda donde lo dejamos para poder continuar.
Las páginas ya amarillentas y sumisas con olor a recuerdos de los viejos libros.
Conozco cada una de las obras literarias que llenan mis estanterías. Con tapa dura o blanda, con solapas o sin ellas, la sobriedad de la portada o los colores y dibujos que la decoran, el tamaño y tipo de letra que aparecen en el lomo. Con sólo un vistazo encuentro el que busco sin leer el título o autor.
Soy coleccionista de la '1ª edición' de mis escritores preferidos.
Si en las 'Ferias del libro antiguo' tengo la suerte de encontrar alguno de los que quiero y no sea en edición de bolsillo, se convierte en un tesoro.
No reniego de los eBook, en absoluto, pero reconozco que me está costando acostumbrarme a ellos.
No hay mejor sensación que tener un libro en las manos y el tacto del papel al pasar cada página.
Es la magia del fascinante arte de la Literatura.
He aprendido e indagado porque provocaron mi curiosidad, he disfrutado mientras imaginaba las facciones de cada personaje, me apasiona la belleza de la poesía, he descubierto nuevos escritores y me reencontré con los clásicos.
Aventuras, cuentos y realidad, ficción o no, es la magia que habita en los libros.
El olor a tinta cuando son nuevos, las hojas que no se dejan doblegar, el necesario marca-páginas que nos recuerda donde lo dejamos para poder continuar.
Las páginas ya amarillentas y sumisas con olor a recuerdos de los viejos libros.
Conozco cada una de las obras literarias que llenan mis estanterías. Con tapa dura o blanda, con solapas o sin ellas, la sobriedad de la portada o los colores y dibujos que la decoran, el tamaño y tipo de letra que aparecen en el lomo. Con sólo un vistazo encuentro el que busco sin leer el título o autor.
Soy coleccionista de la '1ª edición' de mis escritores preferidos.
Si en las 'Ferias del libro antiguo' tengo la suerte de encontrar alguno de los que quiero y no sea en edición de bolsillo, se convierte en un tesoro.
No reniego de los eBook, en absoluto, pero reconozco que me está costando acostumbrarme a ellos.
No hay mejor sensación que tener un libro en las manos y el tacto del papel al pasar cada página.
Es la magia del fascinante arte de la Literatura.