11 noviembre 2013

No mitifico

No mitifico

En una conversación con mi madre no hace mucho, hablábamos de mi padre y me comentaba con cuidado, como si temiera mi reacción, que quizás le tenía idealizado. Mi respuesta no fue airada en absoluto, posiblemente daba esa impresión, debía explicarme.

No, no he hecho de él un mito, mi padre era una persona y como tal tenía virtudes y defectos, muchos o pocos es algo que se me escapa.
Yo iba a cumplir cinco años pocos meses después de su fallecimiento ¡sólo recuerdo las cosas buenas! las malas o regulares no aparecen y las que ahora sé poco varían mi opinión, era una persona imperfecta como lo somos todos.

Esos recuerdos fantásticos que conservo de él son reales, mi madre se quedaba de piedra cuando le contaba alguno de ellos ¿Como puedes acordarte de eso Chary? ¡Eras una cría! 
Pero no estuvieron siempre conmigo, aparecieron al final de mi adolescencia. Aunque en aquellas clases a modo debate en el colegio yo fuera la contestona, la que renegaba de la existencia de dios a causa de la temprana muerte de mi padre, esos recuerdos aun no me acompañaban.

Cuando empecé a recordar fue la figura de mi padre la que se convirtió en imprescindible. Sé que nadie lo somos, pero su presencia en determinada etapa de mi infancia si la consideré vital, esencial e indispensable.
Los fines de semana y las vacaciones hubieran sido familiares y los domingos comida en casa de los 'abuelos' como mucho.
Aquellos recuerdos están atrozmente relacionados entre si lamentablemente, de ahí que la existencia de aquella querida imagen paternal que buscaba era la de mi príncipe defensor.

Pero no deja de ser un ¿Qué hubiera pasado si ...? carente de argumento y la Vida tiene otros interrogantes, un viaje al pasado ya desgastado que ahora tiene otros destinos, y la búsqueda de un porqué sin respuesta cuya solución es mi rebeldía.

Mi madre respiró, lo entendió, no existía el mito.

Amo a mi padre por el cariño infinito que nos regaló.
Miro a mi hermano y físicamente es él. Me enorgullece llevar su apellido, cuando dicen que me parezco a él ¿en lo bueno? ¿en lo regular? ¡Que más da!

No, no le tengo idealizado, es mi padre.


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08 noviembre 2013

No soy única, sólo yo

El Interior Secreto: No soy única, sólo yo

Sólo soy yo. No digo única, sólo yo.

No soy capaz de dividirme,
ni aparentar lo que no soy,
ni fingir lo que no siento.

Sólo soy yo, y lo que ves es lo que hay.

No sé si es suficiente,
si es mucho o poco,
bueno o malo,
eludible o previsible.

Sólo sé que no escondo ni disimulo nada.

Que cuando hablo no engaño,
y cuando escribo
sólo sé hacerlo
de lo que realmente siento.

Siempre miro de frente,
y si aparto los ojos
es para evitar que descubras
lo que no puedo esconder,
mi transparencia,
mis ganas de ti.

Sólo soy yo. No digo única, sólo yo. 


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04 noviembre 2013

No me busques en tus sueños

El interior secreto: No me busques en tus sueños
No me busques en las sombras,
me asusté y huí.

No me busques en el pasado,
olvidé que estuve.

No me busques en el futuro,
no se si iré.

No me busques en tus sueños,
estoy aquí.

Búscame a tu lado,
estoy aquí.

Estoy aquí.


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01 noviembre 2013

Aquellos Sietes

Aquellos sietes

Aunque el titulo pueda parecer una opinión o revisión o regodeo sobre cierto partido, como madridista que soy, nada más lejos de la realidad.
Mi osadía al escribir sobre fútbol tiene un motivo que descubriréis al final.

Hoy recordaré tres Sietes míticos y no sólo como jugadores del Real Madrid, su trayectoria deportiva les ha convertido en futbolistas legendarios.

Los tres han vestido la camiseta de la Selección Española.
Juanito y Raúl pasaron por el Atlético de Madrid, Butragueño casi.
Ninguno de ellos terminó su carrera futbolística en el club de sus amores, el Real Madrid.
Butragueño, 'El Buitre', era casi un niño cuando coincidió en el primer equipo con Juanito, se iniciaba la leyenda abanderando aquella 'Quinta del Buitre' que nos hizo soñar, y un futbolista mítico aun en activo cuando un jovencísimo Raúl empezaba a ser titular en la alineación.

De Juan Gómez, Juanito he de reconocer que los partidos que mejor recuerdo de él son precisamente los polémicos, su enfrentamiento con Uli Stielike (le escupió) y el pisotón en la cabeza a Mattähus.
Si, era muy temperamental, y eso le costó duras sanciones por parte de la UEFA y de su mismo club, el Real Madrid. Pero era un genio en el campo, luchador, se entregaba como el que más, rápido e intuitivo, un futbolísta de raza.
El tándem que formaba con Santillana era letal, temible para el otro equipo. Juanito pasaba el balón a Santillana, éste saltaba, ¡volaba!, y el balón entraba en la portería contraría ... un golazo de cabeza. No he vuelto a ver nada igual.
Su trágica muerte (Abril de 1992) ocurrió en el viaje de regreso a su casa en Merida (era ya entrenador) desde Madrid tras presenciar en el Bernabeu un partido de su equipo, el que sentía como tal, Real Madrid-Torino.
Tras su fallecimiento, todos los partidos celebrados en el estadio Santiago Bernabéu, en el minuto siete del primer tiempo se escucha corear a la afición 'illa, illa, illa, Juanito maravilla' en su honor.

De Rául González, Raúl ¿Queda algo por decir? Desde que el Real Madrid le dio el merecido homenaje (tardío) en el mes de Agosto, radio, tv. y prensa en general han hecho un amplio recorrido por su carrera en el Madrid, la Selección y los motivos que le han llevado a lo más alto, trofeos, distinciones, premios, récords, etc., unos como Raúl, otros como jugador del Real Madrid y la Selección Española.
Le he visto jugar desde que debutó en el equipo titular así que tengo poco que añadir, bueno si, el Real Madrid tiene otras ¡tres Copas de Europa! jugando él como titular.

Algunos ya sabéis que Javi (mi chico) jugó durante muchos años al fútbol. Aunque su última etapa deportiva ha compaginado el fútbol-sala y el fútbol siete jugando como defensa, (era muy curioso ver como los jugadores del otro equipo se caían 'misteriosamente' cuando él salía al campo), sus inicios fueron en el fútbol clásico (fútbol once), y su posición en el campo era la de portero o guardameta que es lo mismo, y era bueno, muy bueno, tiene trofeos 'Al mejor Portero' que así lo acreditan. Incluso hizo una prueba para el Real Madrid, pero al no tener 'padrino' (como otros) aquello no funcionó.

Era el portero titular del C.D. Santiago Apóstol (entre sus compañeros de equipo estaba Iñaki Cano, periodista y comentarista deportivo de radio y tv.) que jugaba el Trofeo As, una liga patrocinada por el diario deportivo y se disputaba en la Comunidad de Madrid.
Uno de aquellos partidos fue contra el equipo del Colegio Calasancio en su casa. El campo era de asfalto, claro que los otros eran de tierra, lo de la hierba artificial aun no se llevaba. Javi evidentemente prefería la tierra porque el asfalto le destrozaba cada vez que para parar el balón tenía que tirarse.
Cuando volvió de aquél partido llegó la pregunta obligada, más o menos.
- ¿Qué tal el partido cariño?
- Bien, pero me ha metido tres golazos un rubio que la madre que le parió ¡como juega el cabrón! (frase suavizada).

Años después un equipo de segunda división, el Castilla (filial del Real Madrid), se proclamaba Campeón de la Liga 1983-84. El gran fútbol y los goles materializados por uno de sus jugadores les puso en el punto de mira de toda la prensa deportiva.

Y fue leyendo uno de esos diarios cuando Javi gritó mientras señalaba aquella foto:
- ¡Este, este es el rubio cabrón que me metió los tres goles en el Calasancio!

Aquel rubio era Emilio Butragueño, El Buitre.

Esos tres goles que no pudo parar a quien se convirtió en uno de los mejores jugadores del Mundo, un Siete legendario, son su orgullo, el mejor y más grande trofeo deportivo.


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29 octubre 2013

Hechizo

El Interior Secreto: Hechizo


Claudicando a las llamadas engarzadas con hechizos,
liberé lo mutilado, legalicé lo censurado y autoricé lo condenado
recorriendo instintos que vencieron la aprobación,
conciliando apremios que abatí en honor a los testimonios,
saboreando pecados a los que di mi absolución.

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23 octubre 2013

¡No sabia si llorar o reír!

El Interior Secreto: ¡No sabia si llorar o reír!

Mi tía y madrina, la hermana mediana de mi madre, se vino a vivir con nosotros nada más fallecer mi padre.
Como vivíamos muy cerca del Parque El Retiro en Madrid, casi todas las tardes nos llevaba allí, bien a jugar en los columpios o a visitar la antigua Casa de Fieras que era el zoo de entonces.
Hoy los animales están en el Zoo de La Casa de Campo, no es el lugar perfecto pero bastante mejor acondicionado que el recinto de El Retiro, y digo que no es perfecto porque creo que donde mejor están es en su hábitat natural, pero eso es otra historia.

Como iba diciendo, la Casa de Fieras era una cita habitual para nosotros, nos encantaba ver a los graciosos y escandalosos monos, los fieros leones, las jirafas de cuello estirado, ...
Mi hermano tenia entonces cuatro años y yo cinco. Aquella tarde nos vistieron de punta en blanco para la visita a nuestros amigos los animales.
No recuerdo que llevaba yo pero la imagen de mi hermano la tengo grabada, un conjunto en color crudo de aquellos que tenían los pantalones cortísimos e iban abotonados a la camisa.

Tras el paseo mi tía decidió que era la hora de merendar y nos sentamos en un banco frente a los gorilas dispuestos a comernos los bocadillos que había preparado.
Y en esas estábamos cuando me di cuenta que uno de los gorilas nos miraba fijamente.
De repente le entró el apretón, evacuó, hizo sus necesidades... ¡QUE SE CAGÓ VAMOS! puso la mano, y cuando acabó apuntó, disparó, y ... ¡directo a mi hermanito!

Allí estaba el pobre, lleno de mierda (perdón pero es la verdad) de la cabeza a los pies, llorando a todo llorar ¡y con un olor ...!
Mi tía, que es bastante asquerosíta para estas cosas, no se le ocurrió otra cosa mejor que llevarnos a casa ¡sin intentar limpiar ni un poquito al pobre niño!
Bueno, intentarlo lo intento, más o menos, por llamarlo de alguna manera, un pañuelo... una fuente..., en fin, poco. El caso es que fuimos pooor todo El Retiro y las sucesivas calles, paseando la mierda y el olor hasta que por fin llegamos a casa y mi madre nos abrió la puerta. Cogió a su niño y lo metió directamente a la bañera mientras ... ¡se partía de risa! ¿...?

Imaginad la escena, mi hermano llorando, mi madre sin parar de reír, mi tía acordándose de todo el árbol genealógico del gorila y haciendo todo tipo de aspavientos, y yo tan alucinada ¡que no sabia si llorar o reír!

Aun hoy nos da por contar historias de aquellos años y cuando recordamos esta lloramos de risa, ¡pero a carcajada limpia! claro que no es para menos, porque lo reconozco, fue de tebeo, pero a mi hermano no le hace ninguna gracia ¡pobre!



El Interior Secreto: ¡No sabia si llorar o reír!



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