12 marzo 2010

El 600 de la familia

El 600 de la familia

No me preguntéis por la matricula de mi coche porque no me la sé, pero ni del que tengo ahora ni de los que he tenido antes y por supuesto de la del coche de mi chico no tengo ni idea. Pero la matricula del primer coche que condujo mi madre y que nos acompaño durante muchos años me la sé de memoria y no creo que la olvide.

Cuando tenia once años nos mudamos de casa. Hasta ese momento vivíamos al ladito de El Retiro pero el piso era de alquiler, por eso mi madre decidió meterse en una hipoteca, para tener una casa que fuera suya el día de mañana, y lo ha conseguido, a día de hoy es SU casa y lo ha conseguido ella sola, sin ayuda de nadie.

Pero claro, nos fuimos a vivir a uno de los barrios que el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) construía en aquel momento. Ahora es un barrio relativamente céntrico y con excelentes comunicaciones, pero entonces ... ¡parecía que nos habíamos mudado a kilómetros de Madrid! Acostumbrados a ir andando a todos los sitios ahora de repente dependíamos del único autobús que llegaba hasta allí. Pero mi madre lo tenía todo previsto, se había sacado el carnet de conducir ¡a la primera! y ahora solo faltaba comprar un coche.
El elegido fue un precioso, simpático y utilísimo 600 de color amarillo canario.
Con él hicimos un montón de viajes y siempre se portó genial, nunca se estropeo ni falló, nada de nada, incluso en los inviernos más duros y con nevadas intensas, aquel coche arrancaba a la primera mientras que los dueños de auténticos cochazos nos miraban entre alucinados y desesperados cuando nosotros iniciábamos la marcha y ellos se quedaban tirados, claro que en la cara de mi madre y en la mía se dibujaba una sonrisilla de satisfacción que nos duraba todo el día. Tenéis que entender que hablamos de los setenta, mujer al volante y sin problemas ¡no era fácil!

Los domingos llevábamos a mi hermano a la Estación de Autobuses para su vuelta al colegio ya que estaba interno pero venia a casa los fines de semana. Cuando nos despedíamos e iniciábamos el regreso a casa ya era de noche y, durante un tiempo, según íbamos por el Pº de la Castellana se pinchaba alguna rueda y teníamos que parar. Era salir mi madre del coche y frenar en seco varios voluntarios para ayudar, ya os he comentado en alguna ocasión que mi madre ha sido y es preciosa, de ahí tanto interés en ayudarla. Por supuesto cambiaban la rueda pinchada y se llevaban un "muchísimas gracias" de recuerdo, porque mi madre se metía en el coche rápidamente y se despedía con una gran sonrisa. No hace falta que os diga que no ha cambiado una rueda en su vida.

Una mañana mientras íbamos al dentista, un Renault siete blanco tenía tanta prisa que se salto la doble linea continua para adelantar en plena calle Padre Damián (los datos son para ver si se acuerda el desgraciado, porque salió huyendo el muy cobarde) obligando a mi madre a dar un volantazo, con tan mala suerte que pisamos una placa de hielo y el coche empezó a patinar y terminamos en el carril contrario empotrados contra un Dodge militar que estaba esperando a un alto mando. Las dos salimos despedidas por la misma puerta, la del piloto. No nos pasó nada grave, sólo el menisco de la rodilla de mi madre que se rompió, pero para lo que podía haber pasado eso no fue nada. El chofer militar no daba crédito a como había quedado el Dodge, sólo decía ¿y como digo yo en el taller que esto lo ha hecho un 600? El pobre, que se portó genial y fue el primero que nos ayudó, sólo quería aligerar la tensión del susto.
El caso es que a nuestro querido coche tuvieron que quitarle todo el morro y como ya no había del color original hubo que pintarlo entero y ¿qué color decidió mi madre? ¡rojo! pero no un rojo común no, ¡rojo rojo! Era el único 600 de ese color en todo Madrid, y eso resultó de mucha ayuda las dos veces que nos lo robaron, porque la policía lo encontró el mismo día de los robos.
También supimos que un invierno alguien lo abría y dormía en él, pero cuando nosotras llegábamos ya no estaba y nunca faltó nada del coche.
A pesar del color, el despiste de mi madre hacia que siempre lo "perdiera", ya podía ser el parking más pequeño del mundo, mi madre nunca lo encontraba.

- Nos han robado el coche
- Mamá ¿otra vez? piensa bien, intenta acordarte donde lo dejaste
- Que no, que nos lo han robado ¿como no voy a saber donde lo he aparcado hija?

Y según pronunciaba esta frase el coche aparecía y las dos nos reíamos.

¿Se puede querer a un coche? yo creo que si.

27 comentarios :

  1. Pues si, se llega a querer un coche, yo he tenido varios y cada vez que me deshago de ellos me lo paso muy mal, se comparten muy buenos momentos con ellos durante mucho tiempo, quiera o no quiera...me gusta "cacharrear" con los coches y eso te crea un lazo mecánico-humano difícil de desprender, pero te queda el consuelo del nuevo que te compres : ), un abrazo LaMAr.

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  2. Claro que sí!!!hay coches que se hacen querer mi amiga y este es uno de ellos ,besotes y abrazos buen fin de semana.

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  3. LaMar, veo tu sonrisa dibujada tal cual la describes, y esto del color rojo rojo, si que resulto de ayuda, aunque si querias pasar desapercibida el 600 rojo no hubiera ayudado. Un fuerte abrazo mi niña y feliz fin de semana

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  4. Yo creo que también se puede querer. Yo tengo el mío hace 10 años y ha vivido conmigo los momentos más importantes, nos hemos ido juntos de vacaciones, a empezar una nueva aventura fuera de casa. Le hicieron una vez unas rayas y esos arañazos me dolieron a mi también. Una vez le dí un golpecillo en el morro contra una columna y hasta tuve dolor de cabeza unos días... nunca ha estado muy enfermo... pero si que ha tenido y tiene sus achaques.

    Menudo rooooolllo.
    Pues eso... que si que se puede querer a un coche y que me gusta un "webo" la foto del seiscientos que has puesto.

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  5. Por cierto, hacía siglos que no escuchaba esa canción. ¡¡¡que de recuerdos me ha traído!!!

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  6. Hola Lamar.

    Creo que sí, que se puede querer a un coche, ¿por qué no?

    En mi caso un Renault 8 color gris. El primer coche que tuvimos en casa. El mejor que hemos tenido. Incluso lo inmortalicé en una foto de familia. Te aseguro que el día que mis padres cambiaron de coche y lo vendieron, lloré desconsolada.

    Buen fin de semana y besitos de jengibre.

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  7. Si es que hasta los coches se hacen querer...jajaja!!....A mi me pasa con el mío....hasta le hablo....jajaja!!!...Ainsss...qué sería de mí sin él.

    Besitos guapa.

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  8. La primera!
    En comentar y en llorar de la emoción.
    Qué Madre Especial!

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  9. Por ahora vivo en una casa sin cochera por lo que el coche pasa la noche en la calle cerca a la puerta, el asunto es que siempre sueño que se lo llevan y a veces no lo encuentro (en el sueño) y ya de tanto que lo sueño he empezado a levantarme y salgoa constatar de que está allí efectivamente. Un abrazo

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  10. pues que shulada de coshe!!! jajjaja, y que nostalgia me produce ver de vez en cuando alguno... verdaderas obras de museo.

    besos y buen finde laMar

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  11. Hola Psigetdo. Tu eres como mi marido, de los que siempre están manchados de grasa :) Intente que se aficionara a las maquetas y así se manchara de pegamento, pero no hay forma, el tiene que meterle mano a un motor. Ninguno será como aquel 600, no.
    Un abrazo enorme

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  12. Hola Fiaris. Y se les echa de menos, que para una ciudad como Madrid aquel coche era fantástico.
    Un abrazo enorme

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  13. Hola R. C. ¡Que alegría! Desapercibidas no pasábamos, te lo aseguro, porque mi madre lo llevaba siempre impecable y brillaba siempre :)
    Un abrazo enorme

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  14. Hola Anita. ¡Ay si yo te contara mis aventurillas en ese coche! Seria pequeño pero muy bien aprovechado, jijiji.
    Un abrazo enorme

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  15. Hola Jengibre. Yo también tenia una foto y la he estado buscando para ponerla pero no la he podido encontrar, no se donde estará y me ha dado una rabia, ... La canción es de aquella época y me encantaba el grupo, la encontré y no pude resistirme.
    Un abrazo enorme

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  16. Hola Loose. ¡Yo también le hablo al mío! para que sepa que le quiero y no me falle, que tiene sus añitos y me tiene que durar otros cuantos.
    Un abrazo enorme

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  17. Hola Casiopeia. ¡Aissssssss! ¡Casi! Pero no te preocupes. Si, tengo una madre muy especial y trato de recordárselo siempre.
    Un abrazo enorme

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  18. Hola El Drac. Jajajaja, eso es amor y lo demás son tonterías. En serio si le pasará algo al mío no se que haría.
    Un abrazo enorme

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  19. Hola El Ente. Pues es que ayer por la mañana vi un documental sobre los 600 y por eso salió este post, me acordé del mío y me entró morriña. Hay gente que lo tiene como autenticas joyas de museo, como tu dices, con los accesorios y repuestos originales y ya es difícil encontrarlos.
    un abrazo enorme

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  20. Que historia tan bonita, la de recuerdos buenos, menos el accidente, trae un coche.

    Abrazo

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  21. Hola Jose Jaime. Si, yo creo que el 600 forma parte de la historia de muchas familias, yo tengo muchas con él pero de las que no se pueden contar :)
    Un abrazo enorme

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  22. Tengo un Corsa gris de segunda mano, ya hace un año y realmente lo quiero, aunque ya tenga dos bollos (las columnas del estacionamiento del Carrefour que adoran a mi coche y quieren besarlo de vez en cuando...jejee),...a veces nos encariñamos con las cosas y más si nos acompañan todos los días y a todos lados...precioso el 600 rojo...el color de mi próximo coche cuando me lo pueda comprar o quizás convierta al Corsa en rojo....un besazo

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  23. Hola Marita. Mira que casualidad, el segundo coche de mi madre fue un corsa, esta vez blanco. Mira que son pesadas las columnas, yo creo que tienen vida y que se mueven a traición, lo se por experiencia :)
    Un abrazo enorme

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  24. Yo creo que se llega a querer a los coches porque se ligan a los buenos recuerdos que con ellos se tienen, aunque entonces bien mirado lo que realmente se quieren son esos recuerdos, pero vamos que si, que se llegan a querer je je que me lio...

    Besos

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  25. y después de este post, yo también le tengo cariño.

    :) Escribes muy bien

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  26. Hola laMar! Que preciosa historia, cuantas anecdotas vivieron con su cochecito 600. Nosotros también tuvimos uno en la familia y vivimos una experiencia por demás terrible a punto de chocar (cuando yo tenía 4 años) contra un trailer, gracias a Dios no sucedió y nos salvamos pero esa es una de tantas historias que vivimos con nuestro cochecito.

    Un beso!!

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  27. Mi querida LaMar recordar es vivir, yo recuerdo un mercedes Benz que tenía un apoya brazo en la mitad del asiento tracero y mi obseción era sentarme alli, lo mejor? me dejaban ,aún recuerdo el olor a cuero, bonitos recuerdos, sabes mi primer carro comprado por mi fue un ruso rojo rojito marca Lada que de cosas hice mi guerrero, hoy trato de cuidarlos es una necesidad pero no de quererlos un beso mi niña te quiero mucho

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