Lo tengo que contar

¡Os lo dije! El día de Reyes fue una locura. Si, si, celebrábamos mi cumple ¿y que? Los mayores estáis locos y queréis que yo me vuelva loco también ¡pero de eso nada!

Ejem, empezaré por el principio. Papá y mamá decoraron el salón para la fiesta con papeles de colores colgados en el techo (dicen que se llaman guirnaldas, pues vale), globos y gorros de Pocoyo que colocaron encima de cada plato de la mesa para que, según llegaban los invitados, se los pusieran.

Cuando me desperté había un montón de regalos que habían dejado esos señores que llaman los Reyes Magos y, por supuesto ¡los abrí! y me puse a jugar jejejeje. Pero al rato mamá me cogió para ponerme guapo y me vistió de hombrecito, eso decían todos cuando llegaban y me veían ¡y traían más regalos! así es que me dejé achuchar por todos ¿que queréis que haga? En fin, ...
Los abuelos llegaron tarde (como siempre) y se sentaron a comer enseguida, bueno, la abuela primero besó a todos pero a mi ¡más! y se puso el gorro, jajajaja ¡que pinta! jajajaja, los mayores hacéis unas tonterías para que los niños nos riamos ... ¡os teníais que ver! jajajaja.

Yo ya estaba aburrido de estar sentado en la mesa, además, ya había comido, y empecé a decir ¡jugar! ¡jugar! y papá y mamá me dejaron bajarme de la trona ¡bieeeeeeeeen! Pero vi unos paquetes sin abrir (los regalos de los abuelos) y uno de ellos tenía un papel con dibujos de coches ¡tenía que ser para mi! y empecé a abrirlo, hasta que se dieron cuenta y me dijeron que no, que hasta después de comer no podía abrirlo ¿por que? ¡jooooooooo! ¿y que más da? pero mamá estaba un poco sargento y pensé que era mejor obedecer, total, tenía un montón de juguetes nuevos, podía esperar ¿A que soy muy bueno? Cuando al final lo abrí, era un circuito de Pocoyo con música y un puente que baila, así es que imaginaos, el circuito sonando, Elmo y Pocoyo hablando cada uno a lo suyo y los mayores sin parar de cotorrear ¿Es o no es para volverse loco?
Pero esperad, que aun quedaba la tarta que había hecho mamá y a la que le había puesto unas velas que se sujetaban en unos coches chiquititos. Y empezaron a cantar todos el "cumpleaños feliz" y el "feliz en tu día", a gritar ¡bieeeeeeeeeeeen!, aplaudir y decir ¡sopla cariño, sopla! ... Pero no soplé ¡que no me apetecía! y ellos insistiendo ¡que pesados! ¡que no voy a soplar! y no soplé, eso si, me reí muchísimo.

¿Y creéis que aquí se acabó? Pues no. De repente papá y mamá decidieron que tenia que hacerme fotos ¡con todos! ¡Hala! Primero con los otros abuelos y la tía, después con la bisabuela, luego con el tío, ahora con los abuelos, la tía que dice que quiere una sola conmigo (lógico), papá y mamá también querían su foto, y cuando ya creía que habíamos terminado dicen ¡y ahora todos juntos!
Que conste que me porte muy bien y me reí en todas las fotos, pero ya estaba muy cansado y empezaba a tener sueño, así es que busqué mi teté, agarré un cojín y me tumbé en el suelo para mirar como Pocoyo corría con su coche por el circuito, ¡dejadme en paz! que yo solo quiero jugar. Y les debí de dar tanta pena que empezaron a irse todos para que descansara de tanta locura de día.
Pero claro, querían que me despidiera de ellos y oooooooooootra vez a cogerme en brazos, y a darme besos, y a que se los diera yo, y que les dijera adiós, y ¡todo esto ocho veces! una por cada uno.

¿Me entendéis ahora porque el otro día pedía socorro? ¡Que soy un niño no un muñeco! Y es que en cuanto me ven me agarran y entre achuchón y achuchón, besos y cosquillas ¡me van a desgastar! Espero reponerme de tanto besuqueo, por que ya no se si me quedan y no tengo ganas de empezar a fabricar más.

Espero que vuestro día de Reyes fuera más tranquilo y que os hayan regalado muchas cosas. Yo de eso no me quejo, jajaja.