Era preciosa, aun lo sigue siendo.
Decían de ella que era igual a Audrey Hepburn, la que triunfaba por entonces en "Desayuno con diamantes".
La mirada melancólica, figura igual de frágil, el mismo estilo en el vestir y el mismo gusto por aquellos zapatos planos llamados aquí manoletinas.
Veinte años tenia entonces y una juventud inmensamente bella que paseaba por Madrid haciendo que los hombres se volvieran para admirar su elegancia.
Porque a pesar de provenir de una familia venida a menos ella tenia esa elegancia que sólo poseen unas pocas.
Las circunstancias familiares la obligaron a trabajar antes de lo deseado, un motivo más para acentuar esa tristeza que reflejaban sus ojos.
No, no era feliz, y si en algún momento lo fue apenas lo recordaba, quizás en su infancia compartiendo juegos con sus hermanas, ... si, quizás entonces.
Él sólo la conocía por haberla visto en una foto que aquella compañera de trabajo se empeñaba en enseñarle una y otra vez porque ellas eran amigas desde niñas y estaba segura de que harían una bonita pareja. A él ya le había gustado la primera vez que la vio en aquella pequeña foto y esperaba poder conocerla en persona en esa cita concertada con premeditación pero que se postergaba únicamente por la timidez de ella.
Él provenía de una familia normal, con recursos normales y un gran amor por la cultura. Era delineante y trabajaba como funcionario en el Instituto Nacional de la Vivienda que compatibilizaba con sus estudios para aparejador y su gran pasión por el deporte, jugaba al baloncesto y corría en cuantas carreras podía.
Y por fin llegó el día en que se conocieron y él solo pudo confirmar lo que ya sabia, aquella era la mujer de su vida. Estaba enamorado, locamente enamorado y ella ... también.
El noviazgo fue corto, a los nueve meses de haberse conocido estaban de pie en el altar jurándose amor eterno. Ella era la novia más hermosa que hubiera visto nunca, aquella cara angelical no llevaba ni una gota de maquillaje, ni siquiera aquel día, ni falta que le hacia.
A los diez meses de la boda llegué yo, una enorme y rolliza bebe de casi cinco kilos que provocó la primera cicatriz en su tersa piel al tener que practicarle una cesárea.
Mi madre quería ponerme un nombre, mi padre otro y él se salió con la suya.
Me amó desde el primer día, así me lo cuentan y así lo recuerdo. Dicen que él ya sabia que sería una niña y que era lo que él quería.
Doce meses y dieciocho días justos después de mi nacimiento, llegó mi hermano. Más grande aun que yo obligó de nuevo a mi madre a pasar por otra cesárea.
Mi madre quería ponerle un nombre, mi padre otro y de nuevo él se salió con la suya. Le amó desde el primer día, así me lo cuentan y así lo recuerdo. Dicen que él ya sabia que seria una niño y que era lo que él quería.
Los médicos les obligaron a posponer nuevos embarazos por el bien de la salud de mi madre, y así lo hicieron, aunque ambos deseaban más niños, pero esperarían, aun eran jóvenes y tenían toda una vida por delante.
A los cuatro años de nacer mi hermano, la vida o el destino o la mala suerte, no lo sé y ya poco importa, la enfermedad se llevo a mi padre. En solo cinco días mi padre se fue dejando dos niños pequeños que no entendían lo que pasaba y una joven de veintiocho años que de repente se convertía en el único cabeza de familia.
A ti papá, que tanta falta me haces aun hoy.
Llegué a este Mundo a causa de una hermosa historia de amor que terminó antes de lo debido. Pero yo me quedo con lo que sintieron el uno por el otro que para mi es como un cuento.
¡¡¡PERDÓN!!! Por error he borrado vuestros comentarios ¡¡¡Lo siento muchísimo!!!
Una preciosa historia, un amor en blanco y negro que fructificó en todos los colores del arcoiris.
ResponderEliminarUn saludo
Una preciosa historia .Espero y deseo que pronto recuperes la sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues el máximo respeto y gracias por compartir. Un fuerte abrazo en la distancia. Tony.
ResponderEliminarhttp://lavidasegnjavier.blogspot.com/
ResponderEliminarA veces recordar estas historias tan bellas hacen que la esperanza de mejorar siga presente y nos ayude a seguir adelante.
ResponderEliminarbesos.
Sois maravillosos ¡¡¡Gracias!!!
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