Sin equívocos

A quien/es corresponda.

No os equivoquéis.
- Estuve, ni juzgué ni pregunté.
- No me corrompieron intereses ni fui rea del servilismo y la sumisión.
- A nadie negué oportunidad.
- Enseñé, defendí y salvé a quienes con calumnias se esconden tras la cobardía.
- Los recuerdos necios, engreídos y soberbios provocan tal rebeldía
que no ocupan lugar en mi discurso.
- Los buenos recuerdos os son ajenos.
- Rehuisteis mi ahogo, esquivasteis la imparcialidad.

No os equivoquéis.
Podéis reapareced; añado cláusula de exigencias:
- Preservar la verdad, la única, la que no tiene apellidos.
- Los juicios, acusaciones e infames apelativos son merecedores
del mayor de mis desprecios y castigados por rastreros y tiralevitas.

No os equivoquéis.
- Soy yo y lo seguiré siendo.
- A pesar de cada piedra que encontré en el camino.
- A pesar de cada obstáculo que pusieron.
- A pesar de las caídas provocadas.
- A pesar de que a alguien le pese o contraríe, me levanté.

No os equivoquéis, aceptad, asumid
- Sé quien soy y miro de frente
- Sé quien soy y lo que quiero.

¡Sé quien soy y llevo la cabeza alta!

5 de Diciembre de 2013.
El Boalo-Cerceda (Madrid).

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De un primer sueño

No sé como llamar a ese tiempo que realmente no es un recuerdo o si permanece en alguna parte de nuestro subconsciente.
Pero si estoy segura de su existencia, hay un primer sueño que vuelve a ser soñado.

Mi hermano y yo pasamos nuestros primeros años en cunas diferentes, el motivo es sencillo, sólo nos llevamos doce meses.
Aquello no impidió que nuestros cuerpecitos se arroparan con las mismas sábanas, mantitas y colchas.
Las cabecitas reposaron sobre la misma suave tela que cubría la pequeña almohada que albergó los primeros sueños. Compartimos pijamitas, descubrimos formas y colores, vimos por primera vez con claridad las caras de mamá y papá, derramamos alguna lagrima, nos esforzamos por levantar la cabecita, nos reímos, aprendimos a levantarnos, ...

La cuna de mi hermano, algún juego de sábanas, pijamas, el coche de paseo, etc. fueron pasando de prima en prima, en primo ... Otros queridos bebés ya dormían arropados por aquellas leves telas.

Delicadas cabecitas soñaban sobre sueños soñados, crecían con la misma rapidez que la curiosidad nos  impulsó y reían entre risas que la felicidad nos regaló.

Años más tarde nacía María, mi hija. En sus cajones ya estaba la ropita que vistieron mis primos, aquellos juegos de sábanas que un día vistieron mi llegada a la Vida y arroparían ahora la suya.
Su amado cuerpecito dormía tranquilo y acostado entre mi paz, su sueño se reunía con mi primer sueño, fue mi sonrisa la suya y sus descubrimientos los que descubrí.

María me hizo un grandioso regalo, Sergio mi nieto, y a él también le esperaban el primer sueño de su mami y el mío entre los mismos lienzos.

No son objetos que pasan de generación en generación, tan sólo simples trozos de tela que con cariño se fueron guardando sin saber que el tiempo se pondría de su parte para ser guardianes y testigos de la continuidad del primer sueño.

Quizás la sangre, los genes o el apellido que compartimos no sean tan importantes como aquellos primeros sueños de mi hermano y míos que fueron soñados por quienes nos siguieron.

Ni siquiera sé si es posible que ocurra, pero sería hermoso dejar como legado el primer sueño.

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Sobreviví a mis errores

El ánimo está confortado, fortalecido, diligente, como debe y en su sitio.
Entretanto destino tiempo y determinación a enmendar lo que molesta y adecuarlo a mi medida.

Concibiendo mi identidad, concluyendo la gestación de lo que soy: Yo.
Fuerte, débil, emocional, sensible, audaz, indecisa, puede que todo, quizás nada.

Aceptando que inevitablemente cometí deslices, si bien humanamente sólo son debilidades.
Me ofendí, perdí el equilibrio y sobreviví a mis errores con los que negocio aprender y concluir.

Mi vida es única, irrepetible y nadie la vivirá por mi.
Dibujo el boceto, espero y poco a poco, sin prisa, el color asoma, ... acaso ya apareció, ... tal vez aun no brotó.

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Tus ojos reflejan las llamas

Al calor de la chimenea y en la intimidad de la noche te miro.
En tus ojos se reflejan las llamas y en tus labios se insinúa la sonrisa que invita a refugiarme en tu abrazo, a fundirme en tu cuerpo, a dejarme llevar por el mío, a buscar tus besos y volver de los sueños.

Al calor de la chimenea y en la intimidad de la noche desaparezco contigo entre palabras y hechos.


Al calor de la llama
siento que me llamas
y mi cuerpo clama
por tus manos ardientes
que como sol ingente me abrazan.

Autora: Marita, del blog Contando Cuentos
Este es un comentario que me dejó Marita el 11/12/10. Tan sólo es un ejemplo de la calidad de su pluma ¡Gracias mi niña!

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Gratitud no es la expresión adecuada

'Gracias, te lo agradezco, ...' Si, te lo he dicho cien, doscientas, ¡mil veces! y también que no es suficiente, no hay palabras con las que expresar mi enorme, monumental, gigantesca, ... GRATITUD.

Eres mi querídisimo artistazo, y no son simples palabras en un comentario. Conocerte ha sido una verdadera suerte para mi.

Por tu cariño, generosidad y humanidad, por cada palabra escrita, cada imagen, cada Rayajo, por tu Arte. ¡Gracias mi niño!

Chema me ha hecho un regalo de ensueño, de esos que cuando lo abres se te llenan los ojos de lagrimas por la emoción y cuando lo contemplas detenidamente preguntas ¿de verdad es para mi?
Me lo entregó en sus Rayajos en el Aire y es tan hermoso que quiero lucirlo.
Espero que lo disfrutéis y admiréis esta obra de arte tanto como yo.

Consejos de Chema:
Tan sólo dos detalles. PRIMERO: Os aconsejo que seleccionéis la opción HD del vídeo y lo visionéis a pantalla completa. SEGUNDO: No os perdáis la música porque es preciosa (yo: muchísimo más bonitas sus palabras), así es que 'caña al volumen'. Bueno y un tercer detalle... : Procurad tener a mano una caja de 'Kleanex', por eso que se dice de que 'nunca se sabe'

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No mitifico

En una conversación con mi madre no hace mucho, hablábamos de mi padre y me comentaba con cuidado, como si temiera mi reacción, que quizás le tenía idealizado. Mi respuesta no fue airada en absoluto, posiblemente daba esa impresión, debía explicarme.

No, no he hecho de él un mito, mi padre era una persona y como tal tenía virtudes y defectos, muchos o pocos es algo que se me escapa.
Yo iba a cumplir cinco años pocos meses después de su fallecimiento ¡sólo recuerdo las cosas buenas! las malas o regulares no aparecen y las que ahora sé poco varían mi opinión, era una persona imperfecta como lo somos todos.

Esos recuerdos fantásticos que conservo de él son reales, mi madre se quedaba de piedra cuando le contaba alguno de ellos ¿Como puedes acordarte de eso Chary? ¡Eras una cría! 
Pero no estuvieron siempre conmigo, aparecieron al final de mi adolescencia. Aunque en aquellas clases a modo debate en el colegio yo fuera la contestona, la que renegaba de la existencia de dios a causa de la temprana muerte de mi padre, esos recuerdos aun no me acompañaban.

Cuando empecé a recordar fue la figura de mi padre la que se convirtió en imprescindible. Sé que nadie lo somos, pero su presencia en determinada etapa de mi infancia si la consideré vital, esencial e indispensable.
Los fines de semana y las vacaciones hubieran sido familiares y los domingos comida en casa de los 'abuelos' como mucho.
Aquellos recuerdos están atrozmente relacionados entre si lamentablemente, de ahí que la existencia de aquella querida imagen paternal que buscaba era la de mi príncipe defensor.

Pero no deja de ser un ¿Qué hubiera pasado si ...? carente de argumento y la Vida tiene otros interrogantes, un viaje al pasado ya desgastado que ahora tiene otros destinos, y la búsqueda de un porqué sin respuesta cuya solución es mi rebeldía.

Mi madre respiró, lo entendió, no existía el mito.

Amo a mi padre por el cariño infinito que nos regaló.
Miro a mi hermano y físicamente es él. Me enorgullece llevar su apellido, cuando dicen que me parezco a él ¿en lo bueno? ¿en lo regular? ¡Que más da!

No, no le tengo idealizado, es mi padre.

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