24 mayo 2014

¡Nos vamos!


En Junio de 1968 mi tía y madrina se casó, y lo hacia con el que ha sido y es mi segundo padre.
La boda transcurrió como tenía que ser, bien, con mi hermano y yo vestidos para la ocasión y encargados de llevar las arras y los anillos, él todo de blanco con pantalones cortos, yo con vestido cortísimo y gorro tipo capota tan de moda entonces.
Tras la ceremonia y posterior celebración iniciaron la luna de miel camino de Asturias, su destino para disfrutar de aquellos días.

El recién estrenado esposo aunque había nacido en Madrid se consideraba y sentía asturiano, de hecho a día de hoy mantiene ese acento tan peculiar de la tierra y con el que hablaban sus padres y demás familia.
El alojamiento elegido no podía ser otro que un antiguo caserón familiar.

Y llegó la noche.
De repente en plena madrugada él se levanta y agarra a su mujer al grito de:
- Vámonos que aquí no nos quieren.
Ella sin comprender nada sólo acertó a preguntar
- ¿Qué dices? ¿Pero adonde vamos a ir a estas horas?
Pero era tal la fuerza y el convencimiento de él, que salieron corriendo del caserón en plena noche y totalmente desnudos.
Tras un rato corriendo a través de aquellos valles como si fueran Adán y Eva, ella completamente aterrada seguía gritandole e intentando que entrara en razón ... hasta que por fin ¡le despertó!
Si, mi tío es sonámbulo, un pequeño detalle 'sin importancia' que olvidó comentar a la que ya era su mujer, pero a partir de aquel momento ella si lo recordó cada día y empezó su pequeña venganza.

Él era un alto ejecutivo lo que le obligaba a realizar viajes de varios días con cierta frecuencia, aquí era donde ella fraguaba su desquite.
Se dedicaba a cambiar todos los muebles de sitio con la excusa de aprovechar el espacio y darle un aire nuevo a la decoración, y lo hacía ella solita, sin ayuda para mover los muebles ni nada, a lo bruto. Cuando él llegaba a casa se encontraba con los cambios y le gustaban, hasta que llegaba la noche y se levantaba sonámbulo. Se despertaba a base de los golpes que se daba con los muebles que no estaban en su sitio habitual.
- ¡Me cago en ...!
Ella medio dormida
- ¿Qué pasa? ¿Te has hecho algo?
- No, no.
Y ella se daba la media vuelta para ocultar la media sonrisilla.

La venganza continuó e incluso una noche él apareció durmiendo en el suelo y con la cabeza metida dentro de la mesilla de noche

Claro, que las venganzas te pueden explotar de repente en la cara y así ocurrió, tres de sus cuatro hijas también ¡son sonámbulas!
Las cuatro dormían en la misma habitación, las dos mayores en una litera y las dos pequeñas en otra.
Y esto es lo que ocurría una noche cualquiera:
- Una se sienta en la cama y empieza a contar en voz alta, uno, dos, tres, ....
- Otra se levanta a comprobar que la puerta de entrada a la casa esta cerrada y lo hace varias veces.
- Otra se levanta y discute con quien sea en voz alta en un dialogo perfectamente comprensible.
- La que no es sonámbula duerme tanto y tan bien que se cae de la cama y no se entera ¡y sigue durmiendo plácidamente en el suelo!

Las cuatro viven ya fuera de casa con sus respectivas parejas ¿les habrán contado su secreto?
Tengo que preguntárselo.

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21 abril 2014

Perder la cordura

El interior secreto: Perder la cordura

Vale la pena perder la cordura.
Alterar el ritmo de las estaciones
y deleitarnos en las diferencias.
Renegar de lo establecido
y crear un nuevo y prodigioso ciclo.

Vale la pena negar la imposibilidad.
La desnudez del invierno
y la calidez del estío.
El esplendor del otoño
y el resurgir de la primavera.

Vale la pena perder la cabeza.
No conocer el frío
y si el fuego provocado.
Lucir para ti mi piel
y calmar tu sed.

Vale la pena perder la lucidez.
Convertir en infinito el día
y hacer nuestra la noche.
Trazar en tu cuerpo mi locura
y firmar el pacto del deseo.

Vale la pena perder el pudor.
Rendirme a la inquietud de tus manos
y entregarme al ímpetu de los besos.
Ofrecerte mis ávidos labios
y brindarte la excitación de los sentidos.

Vale la pena perder la cordura. 



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12 abril 2014

Y no quieres despertar

El Interior Secreto: Y no quieres despertar

¿Has soñado alguna vez?

Soñar con los cinco sentidos.
Viviendo ese sueño como
si de la realidad se tratara.
Queriendo con el alma
que al abrir los ojos sea cierto.

Y huele a lo que te gusta oler,
y sabe como quieres que sepa,
y suena a lo que deseas escuchar,
y al verlo es lo que necesitas mirar,
y al tocarlo es lo que quieres sentir.

Un sueño tan real que no parece tal.
Tan soñado que lo vives despierto.
Tan real que no parece un sueño
y no quieres despertar.

Sueño un sueño que no sé si es cierto.
Tengo una certeza y no sé si es un sueño.

¿Has soñado alguna vez?

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04 abril 2014

Sin permiso

El Interior Secreto: Sin permiso

Ignoré mi cautela y sucumbí a la anarquía.
Me perdí entre seducción y atracción
sin poder evitar huir de su encanto.
El íntimo sentimiento supremo y delirante.

Alteré mi orden perturbada por la tentación,
la sedición del deseo contra mi debilidad.
Carece de equilibrio ni atiende a razón.
Asaltó mi fortaleza e ignora la magnitud.

Sin permiso acudiste.
Sin permiso continúas.
Sin permiso mi juicio anulas.


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01 abril 2014

El tiempo de Vivir (y II)

El Interior Secreto: El tiempo de Vivir (y II)

Cuando leía las estadísticas o escuchaba las críticas sobre 'los abuelos canguros' en el fondo sentía un poco de envidia. No quería ser uno de ellos en absoluto, pero de vez en cuando si le gustaría que contaran con ella.

Todos sus hijos vivían en urbanizaciones, uno en chalet, dos en adosado y los otros en pisos, pero todos se habían ido a las afueras y ninguno cerca de otro. No existía razón alguna para que vivieran tan alejados entre ellos, simplemente surgió así, cada uno compró su casa donde más le gustaba o el dinero se lo permitió.
Ella no ponía ni un pero a ninguna, salvo que le pillaran tan lejos, tenían aire puro, piscina, muchísima luz y decoradas con muy buen gusto, sabía que eso era cosa de sus nueras.
Se llevaba bien con todas, le causaron buena sensación cuando las conoció y nunca le 'dedicaron' una mala cara ni le hicieron un desprecio.
Eran ellas las que regañaban a los niños cuando la contestaban con alguna insolencia mientras sus hijos estaban en 'su mundo'.
¿Donde estaban sus modales, la educación que su padre y ella les enseñaron? ¿Qué habían aprendido en la Universidad?

Ya no tenían tiempo para ella. Trabajaban mucho y los fines de semana querían descansar, además sus queridos nietos no querían venir a su casa porque no tenía …
¿Cómo se llama? ¡Ah si! ¿güifi?, ni us no sé que, ¿Para qué vale todo eso? 
¡Claro que sabía lo que era! pero no pensaba dar su brazo a torcer ¿Se estaba equivocando? Su concepto de 'visita a la abuela' no incluía abstraerse con videojuegos.

La tele era nueva por lo del TDT, se la regalaron por su cumpleaños y estaba en el cuarto de estar, pero según ellos tenía que comprar dos más como mínimo, una para el salón, otra para la cocina y un ordenador ¡De ninguna manera pensaba hacerlo! y si alguno de sus hijos o nietos aparecían con alguna de esas 'recomendaciones' ya podían llevársela o la cambiaría ella misma por algo que fuera realmente práctico.

En el salón era donde se reunían a comer cuando venían y en la mesa se comparte conversación no solo comida. Eso de sentarse para estar pendiente de la televisión y no de quien tienen a su lado o enfrente sacaba lo peor de ella, le daban ganas de levantarse y apagar el dichoso aparato o dar un buen golpe en la mesa.

Decían que fuera ella a sus casas, que venían a buscarla y luego la traían.
Había ido alguna vez pero se sintió como uno de esos paños de ganchillo que tejía muchos años atrás, no la dejaban hacer nada, sus nueras ponían la mesa y la quitaban no querían que las ayudara 'Está aquí para disfrutar no para trabajar' ¿Disfrutar de qué? ¿De como su hijo leía el periódico y veía la tele? ¿O de sus nietos a los que solo había visto cuando vinieron a darle un beso y en la mesa? Y cuando sus hijos tenían que llevarla a casa notaba su mala cara. No, no deseaba molestar.

A esos hijos ‘tan modernos’ los había llevado en su vientre y les dio la Vida. Eran la suya de tanto como les quería. No les reprochaba nada ni les juzgaba.
Es el tiempo que les ha tocado vivir, quizás no lo entendía pero lo aceptaba.

Pero sí tenia que hacer algo, debía zanjar de una vez por todas lo de ‘empezar a vivir’ y ‘vender la casa’ 

Queridos hijos:
Una casa son cuatro paredes y ésta no lo es, siempre ha sido un hogar.
No voy vender. Cuando me vaya podéis hacer lo queráis con ella, pero nunca olvidéis que los mejores momentos de vuestra infancia y juventud los habéis vivido aquí. Es probablemente el último lugar donde compartísteis la felicidad unidos.
Una familia no es padres, hijos y apellidos, es más, mucho más que una palabra y vosotros debéis recordar su significado para poder inculcar lo importante no como tradición sino como presente.

No necesito empezar a Vivir, empecé nada más nacer.
He vivido sin arrepentimientos ni nada que ocultar. Vosotros habéis sido lo más grande e importante que Dios me ha dado. Mi única pena es la falta de vuestro padre.

Vivo como he vivido, siendo yo, y así quiero Vivir.
Creéis saber más que yo sobre lo que debo hacer con mi Vida y siento defraudaos, los años me han dado la sabiduría y el privilegio de poder decidir. Nadie va a cambiar eso ni vais a poder hacerlo.

Mi Vida soy Yo y así quiero Vivir.


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25 marzo 2014

El tiempo de Vivir (I)

El Interior Secreto: El tiempo de Vivir (I)

- Mamá ahora que puedes salir y entrar cuando quieras ¿Por qué no lo haces y empiezas a vivir? Eres joven y puedes disfrutar.
- Esta casa es demasiado grande ¿No has pensado venderla y compararte una más pequeña y cómoda?

Cada vez que alguno de sus cinco hijos venía a verla decía lo mismo, como si fuera una de aquellas lecciones que se aprendían de memoria en el colegio.
Tenía la sensación ... no, estaba segura de que eran conversaciones ya preparadas entre ellos, querían pensar por ella, decidir por ella, lo que no veían es que ella sabía lo que quería porque aun pensaba y decidía sobre su Vida.

Siempre había vivido ¿Qué se creían? Y la casa es grande si, pero es en la que crecieron.
Jugaban, corrían por los pasillos, se enfadaban, traían a los amigos y después a sus novios. Pero lo más importante, todos disfrutaron de su padre.
Dios se lo llevó antes de lo que hubieran querido ¿Ya no se acuerdan? La casa estaba llena de recuerdos y no estaba dispuesta a renunciar a ellos ni dejarlos allí.
No era una persona triste ni melancólica, sin embargo cada una de sus arrugas era una alegría, trastada, pelea y orgullo por ellos, despedidas y tristezas, todo estaba reflejado en su rostro y vivía en su corazón.
Aquella casa 'demasiado grande' no era 'incomoda'. Cuando se quedó sola analizó cada habitación, tabique, mueble, etc. y decidió que era el momento de ponerla a su gusto. Tenía un cuarto de estar cómodo y sencillo, el salón era más grande porque la familia crecería, tiró paredes, modernizó la cocina y lo que más le gustaba, con tantas obras la casa estaba llena de luz, llegaba a cada rincón y era alegre.
Esa 'casa' era el nexo de unión familiar, un sentimiento que dolorosamente parecia haber perdido sentido.

Ella se había criado de otra manera.
A sus padres se dirigía siempre de usted, ‘padre’ y ‘madre’. Al colegio fue el tiempo necesario para aprender las letras y los números.
A partir de ese momento su vida se limitó a coser y bordar el ajuar que se llevaría tras la boda y ayudar a su madre para aprender a ser una buena ama de casa.

Sus padres no dejaban de repetirle que tenia que dar gracias al Altísimo por vivir en la Capital, porque si hubieran estado en el pueblo su obligación seria ayudar a padre en el campo durante el día y sólo cosería por la tarde.
Madre no había sido bendecida con más hijos y eso hacia que toda la responsabilidad cayera sobre ella.

Tuvo novio a la edad que tenía que tenerlo y con la aprobación de padre y madre. Nunca dieron motivo para habladurías o cotilleos y se casaron pasado el tiempo que acordaron los padres de ambos.
Dios quiso darles cinco hijos sanos y fuertes para orgullo de su esposo y el suyo.

Se acordaba ahora de la Paca que andaba seca y enlutada desde que pasado el tiempo no se embarazó y nunca lo logró.
Pero el sinvergüenza de su esposo iba preñando a toda guarra que se dejaba. Y bien que se lo restregaba a la Paca.
- Estás seca mujer, que yo soy hombre y hago hijos.

Sus hijos no les llamaron de usted, pero nunca le importó.
Se educaron bien, les enseñaron buenos modales, fueron al colegio y a la universidad.
Eso si, cada uno tuvo más de un novio y eso ella no lo entendía. Como que pasaran los años y ninguno se casara.
Tenia ganas de nietos y a ese paso creía que no llegarían. Pero llegaron y se sintió feliz. Creyó que disfrutaría de ellos y les vería crecer.
Se equivocó, fueron a guarderías, tuvieron niñeras que les recogían y les daban de merendar.

(continuará)

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