07 septiembre 2011

Responsabilidad materna

Responsabilidad materna
Allá por 1973 mi madre me llevó por vez primera al dentista, tenia diez años.
¿La causa? Un diente que a todas luces estaba de más ¡lo teníamos clarísimo! pero, ya se sabe lo que ocurre en esto casos, tu tienes una opinión muy clara peeeeero el doctor experto en la materia tiene la suya propia. Según él, el diente no sobraba, estaba donde no debía.

A partir de ese día me esperaban casi cuatro años de visitas periódicas a su consulta ¡a las ocho de la mañana! Si si habéis leído bien, mi madre acordó esa hora de visita para que yo no perdiera clase ni ella tiempo en el trabajo ¿alguien me preguntó? ¡por supuesto que no! Vamos a ver ¡mamá eres funcionaria! Nada no hubo manera, allí estábamos cada día a las ocho de la mañana.

Empecé mi tratamiento de ortodoncia, algo que hoy casi todo el mundo conoce e incluso se lo hace por estética simplemente, y ese no era mi caso, pero entonces era casi desconocido, es más, mi dentista hizo la tesis doctoral con mi boca ¡más majo él ...! Me colocaron los brackets pero, claro, los de entonces no tenían nada que ver con los de ahora, los míos eran un anillo completo puesto en cada diente, es decir, ¿os acordáis de aquella película de James Bond en la que uno de los malos tenia los dientes de hierro? ¡esa era yo! Pero mi habitual optimismo continuaba y no me afectaba en lo más mínimo, eso si, en la fotos sólo sonreía. Los días de consulta tenían algo bueno, antes de entrar a clase mi madre y yo desayunábamos tranquilamente un café con las mejores porras de todo Madrid en una cafetería cercana al colegio.
El resultado de aquellos madrugones los podeis comprobar en la foto que acompaña este texto.

Así fue pasando el tiempo, y llegó el 20 de noviembre de 1975 ¿y donde estábamos nosotras a las ocho de la mañana? ¡exacto! en el dentista y por supuesto sin enterarnos de nada, porque mi madre a esas horas nunca ponía la radio del coche y el dentista se acababa de levantar, que para eso tenía la consulta en su casa y lo de dormir se lo podía permitir. Así es que salimos de la consulta, nos dirigimos a nuestra cafetería, pedimos el desayuno de siempre, ...... y el camarero nos miraba entre alucinado e incrédulo porque, claro, yo iba con el habitual uniforme escolar, hasta que el pobre no pudo más y le soltó a mi madre.

- Perdone que le pregunte ¿usted no se ha enterado verdad?
- ¿Enterarme de que?
- Pues de que ¡Franco ha muerto!

Si la imagen fuera un dibujo animado los ojos de mi madre hubieran salido de las órbitas unas cuantas veces a modo de muelle.

- ¿Qué?
- Pues eso, que ha muerto Franco. ¡Pero si no hablan de otra cosa en la radio!
- Ya ... bueno ... es que ... la radio del coche ... no funciona (¡mentira!).
- Se han declarado tres días de luto oficial, así es que la niña no tiene colegio. (no tengo claro si fueron tres días o una semana).

Sólo dos personas en el Mundo no se habían enterado de la noticia del día, del año, de la década, de nuestra historia ¡mi madre y yo!

¡¡¡Bieeeeeeeeeeen!!! En aquel momento me alegraba por lo de no tener que ir al colegio, poco después celebraría la muerte del dictador plenamente consciente de lo que aquello significaba. Así es que me fui para casa tan tranquila y tan contenta mientras que mi madre se iba al Ministerio a ver que pasaba.

Esa es mi madre ¡la responsabilidad en persona!

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Esta entrada la retomo por un motivo, la vida sigue. Mi madre se convirtió en padre y madre sin que le diera tiempo a pensarlo, pero ella es especial: Muy despistada (lo mío es hereditario), presumida, tanto que jamás revela su edad, muy femenina, miope aunque no lo reconozca, tímida, lo que lo hace parecer seria, y muy introvertida a causa, creo yo, de su difícil vida. Pero todo esto ha dado lugar a multitud de anécdotas y esta es una de ellas.

Sigo con mi tristeza a cuestas, de momento, no puedo volver. Necesito recuperar mis recuerdos agradables como la mi mejor de mis terapias. La historia es real, es mi vida, como todo lo que escribo en este mi querido blog. Creo que este será el último post que "republique" prefiero esperar y que el próximo sea nuevo. No puedo ponerle tiempo a mi regreso pero no dejo de trabajar en ello.
¡Gracias!

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06 septiembre 2011

Recomponiendo los destrozos

El interior secreto: Recomponiendo los destrozos
Los niños ya estaban en la cama, nada más oír en la tele el "vamos a la cama ..." habían d esfilado igual que los dibujos, ¡que sabían ellos!

Estaba sola en aquella enorme casa donde lo único que se oía era el silencio ¿y ahora qué? ... y ahora que ...

Acababa de enterrar a su marido, ya estaba, ya no había duda, la había dejado sola con la enorme responsabilidad de salir adelante con sus dos hijos ... ¿como?

Durante la triste ceremonia todos habían sido muy amables y cariñosos, todos le repetían una y otra vez que no estaba sola, que la ayudarían, que contara con ellos, que iban a estar a su lado ... Pero ella sabia muy bien lo que pasa con las palabras ... y con las buenas intenciones. No, no les estaba juzgando, simplemente sabia que el tiempo iría pasando y que los que no tenían ya la vida hecha estaban empezando a crearla y eso implica responsabilidades, unas responsabilidades en las que ni sus hijos y ni ella tenían por que entrar. Es ley de vida, sólo eso.

Lo que no terminaba de entender muy bien era lo que ella le había hecho a la vida para que la tratara tan mal, para que se vengara de aquella manera tan cruel.
¿QUÉ TE HE HECHO? dime ¿Qué te he hecho yo? ... ¿y mis hijos?

Recordó todo lo que le quedaba por hacer y que tenia que empezar al día siguiente sin falta. Porque el horror no terminaba con el entierro de su marido, no, ahora tenia que poner todo en orden, empezar la batalla por seguir adelante, iniciar visitas a ventanillas y despachos, rellenar un sin fin de papeleos, solucionar el penoso tema económico, el del colegio de los niños ... tantas cosas que no sabia por donde empezar.

En aquella España de los sesenta ella no significaba nada, ni siquiera podía abrir cuenta en un banco sin el consentimiento de su marido, así que también perdió su nombre y apellido a partir de ahora seria la "viuda de". Firmaba como "viuda de", en el buzón ponía "viuda de", en todos los papeles oficiales era "viuda de".
Y resulto que la "viuda de" tenia derecho sólo a una mínima pensión de viudedad, tan mínima que no le daba ni para pagar la comunidad, y a sus hijos ... nada de nada. Si, eran hijos de funcionario pero sin derecho a pensión.

Las cuentas no salían y siete meses después estaba trabajando por las mañanas y estudiando por las tardes para poder optar a un puesto de funcionaria que al final consiguió.
Su hermana, la mediana, se fue a vivir con ellos hasta el día de su boda. Ella lo había querido así. La horrorizaba volver a vivir con sus padres, ya había bastante oscuridad en su vida. Su hermana traía alegría, adoraba a los niños y ellos a ella, llegado el momento viviría también con ellos su otra hermana, la pequeña ... ¿y después? después ya veremos.

No llevó luto, lo que la ocasionó más de un comentario malicioso, pero se negó a vestir de negro por que la sociedad dijera que debía hacerlo, tenia negro el corazón ¿no era suficiente? y los niños ... los niños tenían derecho a la luz, al color.

Era el inicio de una vida dedicada en cuerpo y alma a nosotros, sus hijos, a que no nos faltara de nada.
Era el comienzo de una mujer descubierta a sí misma y de lo que era capaz.


A ti mamá por ser enorme.



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04 septiembre 2011

Una historia de amor en blanco y negro

Una historia de amor en blanco y negro

Era preciosa, aun lo sigue siendo.

Decían de ella que era igual a Audrey Hepburn, la que triunfaba por entonces en "Desayuno con diamantes".
La mirada melancólica, figura igual de frágil, el mismo estilo en el vestir y el mismo gusto por aquellos zapatos planos llamados aquí manoletinas.

Veinte años tenia entonces y una juventud inmensamente bella que paseaba por Madrid haciendo que los hombres se volvieran para admirar su elegancia.
Porque a pesar de provenir de una familia venida a menos ella tenia esa elegancia que sólo poseen unas pocas.

Las circunstancias familiares la obligaron a trabajar antes de lo deseado, un motivo más para acentuar esa tristeza que reflejaban sus ojos.
No, no era feliz, y si en algún momento lo fue apenas lo recordaba, quizás en su infancia compartiendo juegos con sus hermanas, ... si, quizás entonces.

Él sólo la conocía por haberla visto en una foto que aquella compañera de trabajo se empeñaba en enseñarle una y otra vez porque ellas eran amigas desde niñas y estaba segura de que harían una bonita pareja. A él ya le había gustado la primera vez que la vio en aquella pequeña foto y esperaba poder conocerla en persona en esa cita concertada con premeditación pero que se postergaba únicamente por la timidez de ella.

Él provenía de una familia normal, con recursos normales y un gran amor por la cultura. Era delineante y trabajaba como funcionario en el Instituto Nacional de la Vivienda que compatibilizaba con sus estudios para aparejador y su gran pasión por el deporte, jugaba al baloncesto y corría en cuantas carreras podía.

Y por fin llegó el día en que se conocieron y él solo pudo confirmar lo que ya sabia, aquella era la mujer de su vida. Estaba enamorado, locamente enamorado y ella ... también.
El noviazgo fue corto, a los nueve meses de haberse conocido estaban de pie en el altar jurándose amor eterno. Ella era la novia más hermosa que hubiera visto nunca, aquella cara angelical no llevaba ni una gota de maquillaje, ni siquiera aquel día, ni falta que le hacia.

A los diez meses de la boda llegué yo, una enorme y rolliza bebe de casi cinco kilos que provocó la primera cicatriz en su tersa piel al tener que practicarle una cesárea.
Mi madre quería ponerme un nombre, mi padre otro y él se salió con la suya.
Me amó desde el primer día, así me lo cuentan y así lo recuerdo. Dicen que él ya sabia que sería una niña y que era lo que él quería.

Doce meses y dieciocho días justos después de mi nacimiento, llegó mi hermano. Más grande aun que yo obligó de nuevo a mi madre a pasar por otra cesárea.
Mi madre quería ponerle un nombre, mi padre otro y de nuevo él se salió con la suya. Le amó desde el primer día, así me lo cuentan y así lo recuerdo. Dicen que él ya sabia que seria una niño y que era lo que él quería.

Los médicos les obligaron a posponer nuevos embarazos por el bien de la salud de mi madre, y así lo hicieron, aunque ambos deseaban más niños, pero esperarían, aun eran jóvenes y tenían toda una vida por delante.

A los cuatro años de nacer mi hermano, la vida o el destino o la mala suerte, no lo sé y ya poco importa, la enfermedad se llevo a mi padre. En solo cinco días mi padre se fue dejando dos niños pequeños que no entendían lo que pasaba y una joven de veintiocho años que de repente se convertía en el único cabeza de familia.
A ti papá, que tanta falta me haces aun hoy.

Llegué a este Mundo a causa de una hermosa historia de amor que terminó antes de lo debido. Pero yo me quedo con lo que sintieron el uno por el otro que para mi es como un cuento. 



¡¡¡PERDÓN!!! Por error he borrado vuestros comentarios ¡¡¡Lo siento muchísimo!!!

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31 agosto 2011

Sobre las sonrisas

El interior secreto: Sobre sonrisas

Leyendo, hace tiempo, un post de mi querida amiga De interés sobre escribir sonrisas me acordé de algo que tenia olvidado en algún rincón de mi memoria, algo que significó mucho en su momento y que de repente perdió su significado.

Una de las mejores cosas de mi querido y anterior trabajo era compartir, conocer gente no solo por el nombre, descubrir facetas inesperadas, escuchar, aprender y a cambio recibir ... sonrisas, el mejor de los agradecimientos.

Finalizando la celebración de una de nuestras muchas actividades, un compañero muy querido nos sorprendió con un regalo al director y a mi.
Esperé a que el director abriera el suyo, era un retrato de él a carboncillo y lo agradeció emocionado.

Ahora me tocaba a mi, y al abrirlo me encontré también con mi retrato a carboncillo, pero este era especial, por detrás llevaba una dedicatoria:
- ¡Gracias por tu sonrisa!

No supe que decir a parte de un emocionado ¡gracias! acompañado de los besos y abrazos propios de mi yo de entonces. No podía dejar de mirarlo ¡era yo! ¡era mi sonrisa! y era lo suficientemente importante para que alguien quisiera retratarla y regalármela.

El cuadro esta en mi mesita de noche y hacia mucho que no lo miraba y mucho más que no lo miraba como hoy, satisfecha y orgullosa.

La gente que lo ha visto ha dado todo tipo de opiniones, - no pareces tu, - que bonito, ... y siempre me dio igual lo que pensaran, lo importante para mi es lo que representa, lo que mi compañero quería plasmar y eso lo hace la mejor obra de arte.

Le he sacado una foto tanto a la sonrisa como a la dedicatoria y es la que veis aquí, esta es mi sonrisa vista con el corazón.

Había olvidado lo importante que es sonreír, pero sonreír a los demás, es como hacer un regalo. Si queremos sonrisas tenemos que pintarlas nosotros primero en nuestro rostro. No podemos exigirlas pero si agradecerlas sonriendo también.

- ¡Gracias por tu sonrisa!


No, esto no significa que haya vuelto. Ando buscando mi sonrisa y a mi misma, pero de pronto me acorde que había escrito esta entrada y que tanta alegría me dio recuperar un recuerdo que tenia olvidado. El cuadro está en mi mesilla de noche y ni siquiera le miraba, ahora lo hago todos los días para recordar que se hacerlo. Quería compartirlo de nuevo con vosotros. Aun no volveré, sigo necesitando mi tiempo para encontrarme.
¡¡¡Gracias!!!

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22 agosto 2011

Hasta mañana

El interior secreto: Hasta mañana
Por motivos estrictamente personales, es decir ¡porque ya no puedo más! y estar en todo me resulta excesivamente complicado, voy a desaparecer durante un tiempo. Lo haré de aquí, de las redes sociales y de Tumblr.

No voy a cerrar la página, no podría, todo lo que hay en ella es mi vida y aun me queda mucho que decir, que contar y compartir con vosotros, me niego ha cerrarla, la necesito como el comer, tan sólo necesito tiempo y que todo vuelva a mi relativa normalidad. Lo que si seguiré haciendo es visitar vuestros blogs porqué necesito hacerlo y me dais vida, pero con más calma. Perdonadme si no os dejo comentarios ni que conteste a los vuestros.

Nunca os podré agradecer lo suficiente vuestro apoyo, cariño y atención.

Como casi todos sabéis mi estado de ánimo ha decaído en los últimos meses y necesito descansar. Lo lamento de veras. No es un adiós, ni siquiera un hasta luego, es un simple hasta mañana o un hasta pronto. Volveré en cuanto sea capaz, cuando me encuentre bien de verdad y las musas quieran volver.

No os dejo, consideradlo unas simples y necesarias vacaciones. Esta vuestra sirena necesita volver a sentirse como tal y volver a su elemento, el que le da serenidad y calma, la Mar. No es que me vaya, ¡Ojalá! pero soñare con ella.

Sé que es la segunda vez que tomo esta decisión, pero tengo la sensación de haber vuelto demasiado pronto y muy acelerada, queriendo hacerlo todo y eso para mi, en estos momentos, es imposible. Ese ha sido, quizás, el motivo de que necesite volver ha tomarme las cosas con más tranquilidad. Por eso me voy con lágrimas en los ojos, y un gran dolor en el corazón. Espero que esta sea la última vez que necesite tomarme tiempo y que cuando vuelva lo haga con más ganas que nunca. Que desaparezca la tristeza de algunos de los últimos post y de nuevo vuelvan las anécdotas de mis recuerdos.

Gracias a todos por lo que me habéis aportado, por vuestra paciencia y comprensión, por estar en lo bueno y en lo malo, simplemente por ser y estar, eso no tiene precio ni os lo podré pagar. Si contáis con mi amistad, mi inmenso cariño y estáis siempre en mi corazón.

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19 agosto 2011

Una ilusión

El interior secreto: Una ilusión

Estás tan concentrado en tu trabajo, ese que realizas en casa, que me gusta mirarte sin hacer ruido, no quiero interrumpir, sólo observar. Cuando necesitas descansar, te das cuenta de que estoy sentada detrás de ti.

- ¿Que haces ahí? ¿Llevas mucho tiempo? 
- Acabo de llegar, me gusta verte y no interrumpir ¡estás tan concentrado! que no me gusta molestar. Me hace feliz sólo mirarte.
- Ven aquí. 

Y voy. El descanso se convierte en intimo y, eso, queda para nosotros.

Relajado y feliz vuelves a tu trabajo.
De vez en cuando me asomo para contemplarte y disfrutar sólo con verte.

Somos felices.
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