Aquel día del invierno de 1984 supe que formabas parte de mi y con la felicidad olvidé hasta el intenso y desagradable frío.
Durante 9 meses serías mía sólo mía, después tú decidirías.
La noche del 21 junio me dabas señales de que ya estabas preparada para salir y conocer el Mundo, pero papá y la tata no parecían creernos.
Nos llevaron al hospital convencidos de que era una falsa alarma y volveríamos a casa, pero ya eras una cabezota y sin dar guerra ni dolor por fin te tuve en mis brazos.
Eran las 10'10 h. del día 22 de junio de 1985.
No existen palabras ni sentimiento que se acerque a la maravillosa y dulce sensación de ver a mi bebé, sentir tu piel, oír tu primer llanto,...
Fuiste la única niña y el bebé más grande que nació aquel día.
Eres especial desde el primer momento.
Y empezaste a decidir al tiempo que crecías.
Por ejemplo, cuando te decían algo sobre tus preciosos ojazos tú los cerrabas inmediatamente dando a entender que estabas harta de que siempre te dijeran lo mismo.
Que papá era y es único, insustituible, héroe, consuelo, contador de cuentos, el beso antes de dormir, la mano que agarrabas desde la cuna.
Yo soy feliz con esa unión tan especial, incluso la he fomentado sin que os deis cuenta. Sois la Vida que no pude vivir y empecé a disfrutar con vosotros.
Y llegaron las primeras palabras ¡eras y eres un loro!, tu temperamento y cabezoneria.
A la pregunta de como te llamas tú contestabas 'María', pero todos insistían ¿María qué? y tú soltabas 'María T...... C.....' y se reían mientras tú ponías cara de 'que tontos'
Como llamaras a papá y no te contestara ya te encargabas tú de que te oyera al grito de:
- aaaaaaaaviiiiiiii (Javi)
porque sólo le llamabas así cuando te enfadabas, siempre era papi.
Sin darnos cuenta han pasado 30 años en los que ha habido casi de todo y es que no existe un manual para ayudar a los padres. Pero nada ni nadie puede ayudar a sentir.
Los sentimientos nacen y habitan en el corazón y en el nuestro estás tú abarcando todos.
Cada latido dice tu nombre. Nuestro orgullo eres tú. La Felicidad está en tus ojos. La tranquilidad es tu sonrisa. Decimos Hija y nombramos Amor.
Nuestra Vida se llama María.
Felicidades hija por tus maravillosos 30 años.
Nosotros nos felicitamos por compartirlos contigo.
Papá y mamá