10 abril 2015

Mi álbum azul

Mi álbum azul

Entre todos los álbumes que muestran la cronología desde mi nacimiento hasta los tres años a través de fotografías hechas y reveladas por mi padre, hay uno que destaca sobre los demás: mi álbum azul.
Está en casa de mi madre, como tiene que ser, también es su historia y todo ello es lo que hace ese álbum tan especial.

Mi álbum es de piel en tono azul claro enmarcado con lineas doradas y tiene la misma edad que yo.
La primera página tiene impreso un reloj en el que dibujaron con bolígrafo azul una manecilla que marca la hora en la que nací, las dos de la madrugada, además de mi nombre y algún dato más. A partir de ahí las páginas están separadas y protegidas con una finísima hoja de papel transparente y empieza mi vida en fotos desde el hospital hasta que el álbum no dio más de sí y tuvieron que empezar otro.

Como las fotos las revelaba mi padre hacía copias para tíos y abuelos. Cuando falleció mi abuela me quedé su colección pero faltaban muchas y es lógico, entre las de mi hermano y las mías debió hacer una selección y se quedó con las que más le gustaban.

Cuando voy a casa de mi madre a veces me gusta coger el álbum y volver a ver esas fotos que conozco casi de memoria, o eso creía. Supongo que al pasar las hojas durante años mis ojos se fijaban inconscientemente en las que yo no tengo.
Pero hace unas semanas viéndolo por enésima vez me quede parada en esta foto, no podía dejar de mirarla y quería saber qué es lo que tanto me llamaba la atención. No recordaba si la había visto pero era imposible que no lo hiciera, pensé que simplemente pasé por ella sólo eso.

Hasta que me di cuenta de lo más importante, es la única fotografía que existe en la que estamos los tres, mi padre, mi madre y yo ¡la única! y eso la convierte en La Foto, la más importante de todas, Mi Foto.

Daba por hecho que todas las fotos las tomó mi padre y me equivoqué, quizás ese sea el motivo de que no la viera en todos estos años.
No sé quien la hizo, lo más importante es que La Foto existe.
Lamento no haberla visto antes pero he encontrado un tesoro, a su lado hay dos más en las que mi padre me tiene en sus brazos y en las que tampoco había reparado.

Disfruto con mi álbum azul en las manos no para ver mis fotos sino porque están hechas por mi padre, ahora las mirare una a una por si guarda algún tesoro más.

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01 marzo 2015

¡Ha venido el Ratoncito Pérez!

¡Ha venido el Ratoncito Pérez!
¡Hola!
¿Sabéis qué? ¡Se me ha caído mi primer diente!
Si si si, el de abajo a la izquierda y no me ha dolido nada de nada.
Ahora tengo un agujero y si soplo se me escapa el aire jejeje.

Tenía que poner el diente debajo de la almohada para que se lo llevara el Ratoncito Pérez y me dejara un regalo, pero me dormí en el salón y no lo hice.
Menos mal que mami se acordó que sino ...
Cuando me desperté lo primero que hice fue levantar mi almohada y ¡había 2 euros y un cochecito de Cars!
Mola ¿a qué si? Con todos los dientes que se me tienen que caer más las muelas ¡me van a tener que comprar otra hucha!
La que tengo ahora es la segunda porque la primera estaba tan llena que no cabían más monedas ni billetes y ¿sabéis qué? pues la llevamos al banco y papi y mami metieron todo mi dinero en una cuenta que había y es sólo mía.
Yo no sabía lo que era eso pero papi y mami me lo explicaron, es como una hucha muy muy grande en la que cabe muchísimo dinero para cuando sea más mayor, aunque ya tengo 6 años.
Así que tengo que llenar un montón de huchas y llevarlas al banco ese, pero con las tatas, los abus, la tita, el tito y los amigos de papi y mami va a ser muy fácil jejeje.

Al Ratoncito Pérez yo le conozco ¡de verdad! en serio, no es mentira.
Fuimos toda mi clase a su casa y conocimos a su familia. Lo que pasa es que sólo puedes verlo allí porque si pones el diente debajo de la almohada y no estás dormido no entra en tu habitación, no se lleva el diente ni te deja un regalo.

Tengo que contaros muchísimas cosas más, que tengo dos tortugas, que voy a natación, que ya juego partidos de fútbol,... pero otro día ¿vale?

¡Hasta luego!

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06 febrero 2015

En la yema de tus dedos

En la yema de tus dedos
Y en el yacer juntos

con ardiente deseo,
la excitación y el sexo,
la agitación y tu aliento,
tu lengua y los besos,
y en la yema de tus dedos
el placer más intenso.

Sentí como me volvía la vida,
que ya mi alma no estaba yerma,
que no, ya no,
que ahora albergaba vida.

No yerro porque amo
yerro si no lo hago.

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19 agosto 2014

Aparece el aire

Aparece el aire

De nuevo aparece el aire, respiro y sé que esta vez tampoco me ahogo.

Siempre hay alguien o algo que me salva, me hace el boca a boca y renazco, recupero las fuerzas y vuelvo a la Vida.
Sé que puedo seguir caminando, acercarme al borde y no caer. Basta con cambiar de rumbo y encontraré luz en la oscuridad.

Al final salgo a flote y tú con inmensa paciencia esperas para regalarme las caricias que guardas.

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24 julio 2014

Suave piel

El interior secreto: Suave piel

Es una tarde de cielo azul despejado y luminoso.
Calor, mucho calor, el habitual en verano.

Cierras los ojos y te sumerges en el agua refrescante que imaginas pero los abres de nuevo para unirte a la informal y relajada reunión.

Risas, conversación animada y buena compañía hacen que te sientas realmente cómodo.

Descubres que, de reojo unos y descaradamente otros, admiran la suave y delicada piel apenas cubierta por un ligero vestido de quien se sienta a tu lado.

Y sonríes, sólo tú tienes el privilegio de poder acariciarla.

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05 julio 2014

Somos lo vivido y creado

Somos lo vivido y creado

Cuando nacemos llevamos una carga genética que determina en gran parte como seremos: el color de ojos, la forma de la nariz, los gestos, la estatura, la sonrisa e incluso la actitud.
Una gran parte permanecerá con nosotros y el resto se irá construyendo poco a poco.

La educación irá moldeando nuestras respuestas, los recuerdos recrearán o no nuestro corazón ...

Pero son las experiencias buenas o malas las que terminarán por decidir lo que somos.
Saber aceptarlas o enfrentarlas es la gran lección a aprender.

Seremos fuertes, sensibles, decididos, débiles o la sinfonía que armoniza los sentimientos, pero habremos creado ese 'yo' que somos hoy.

Con cada retal se puede ir cosiendo el diseño del traje que nos arropará.
Compondremos la imagen de lo que somos y si no nos gusta sólo hay que descoser y volver a diseñarla, pero los retales de nuestra vida serán siempre los mismos, sólo hay que colocarlos en el lugar adecuado para que no desentonen y dejen de influir en lo que queremos ser.

Somos lo que somos porque hemos vivido, eso no significa que no podamos cambiar aquello que no nos gusta, sólo hay que adaptarlo a nuestra medida.


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